Al estadio a ver a Boca, pero con c¨®digo de vestimenta
A pesar de la prohibici¨®n de p¨²blico visitante, casi 20 mil xeneizes se las ingenian para ver el partido
Hace algunos a?os que la violencia que se vive en el f¨²tbol argentino ha impedido a los hinchas asistir a los estadios cuando su equipo juega fuera de casa. Sin embargo, muchos todav¨ªa viven con nostalgia esa posibilidad que era uno de los aspectos m¨¢s interesantes de la liga, ya que aportaba la pasi¨®n que caracteriza al espect¨¢culo y que atrae a miles de turistas y curiosos a?o tras a?o. Las parcialidades parecen no acostumbrarse a la nueva era y de alguna manera se las ingenian para decir presente. Semejante situaci¨®n traspas¨® este fin de semana el l¨ªmite del rid¨ªculo con el partido que jug¨® Boca en el estadio Jos¨¦ Mar¨ªa Minella, de la ciudad de Mar del Plata.
La pol¨¦mica en la previa gir¨® en torno a la presencia de p¨²blico xeneize en el estadio, algo que Aldosivi habilit¨® bajo la venta de 18.000 plateas, para lo cual apel¨® a un eufemismo por dem¨¢s trillado: la venta de entradas para hinchas ¡°neutrales¡±. Sin embargo, la condici¨®n para asistir era con c¨®digo de vestimenta, por lo que ning¨²n hincha pod¨ªa vestir los colores de ning¨²n equipo y tampoco cantar c¨¢nticos partidarios. La teor¨ªa, que no convenci¨® a nadie, se hizo trizas incluso antes de que la pelota comenzara a rodar.
Los hinchas de Boca completaron los 404 kil¨®metros que separan Buenos Aires de Mar del Plata bajo una celosa custodia de las fuerzas de seguridad que sin propon¨¦rselo fueron c¨®mplices del absurdo. Los aficionados xeneizes cumplieron en su mayor¨ªa con no exhibir los colores de su club en las gradas pero no dejaron de cantar en favor de Boca durante todo el partido, sin que nadie se escandalizara por ello. Incluso, una bandera de factura r¨¢pida permaneci¨® todo el partido colgada de una de las barandas. Se trat¨® de un mensaje en apoyo a Juan Rom¨¢n Riquelme, el m¨¢ximo ¨ªdolo del club que, por estas horas, mantiene una disputa medi¨¢tica con otro peso pesado: Carlos T¨¦vez.
Una fuente de Aprevide -el organismo que depende del ministerio de Seguridad de Provincia de Buenos Aires y se dedica a los espect¨¢culos deportivos- explic¨® a EL PA?S que ¡°el gobierno no puede prohibirle a los clubes vender plateas pero no est¨¢n permitidos ni el p¨²blico visitante ni los neutrales, por lo que a Aldosivi le puede caer alguna sanci¨®n¡±. Incluso, si durante el partido se perciben gestos decididamente partidarios en las gradas, como por ejemplo banderas, el ¨¢rbitro del encuentro Patricio Lousteau tiene en su poder la facultad de suspender las acciones, algo que no sucedi¨®. En suma, a los 20 minutos del segundo tiempo, los neutrales armaron un mosaico de bengalas, algo que tambi¨¦n est¨¢ prohibido en Argentina, sin embargo, el ¨¢rbitro Lousteau parece no haberse enterado. La misma fuente de Aprevide adelant¨® que el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, cuando Boca juegue ante Olimpo en Bah¨ªa Blanca, se repetir¨¢ la misma situaci¨®n.
En Argentina, tal garant¨ªa solo est¨¢ permitida cuando alguna parcialidad canta consignas xen¨®fobas, aunque hasta el momento nunca se suspendi¨® un partido por hechos de este tipo. Poco le import¨® a los directivos del club marplatense ser plausible de sanciones si se tiene en cuenta el valor que el club ha percibido por la venta de las localidades, que costaban 1.200 y 1.500 pesos (74 y 92 d¨®lares). Las arcas de Aldosivi habr¨ªan percibido m¨¢s de 20.000.000 de pesos (1.300.000 d¨®lares) por el choque ante Boca y el xeneize pudo llevarse los tres puntos con el permanente aliento de su gente, en un hecho que antes era considerado ventaja deportiva. As¨ª se trat¨® de una relaci¨®n win win para los clubes, pero en la que una vez m¨¢s perdi¨® la coherencia. La misma que la nueva conducci¨®n de la Asociaci¨®n Argentina de F¨²tbol (AFA), con el presidente de Boca Daniel Angelici como vicepresidente, tanto brega por conquistar. Al menos desde lo discursivo.
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