Asensio, el futbolista de hoy para el ma?ana
Con permiso de Cristiano Ronaldo, el mundo sigue y a Marco Asensio le queda todo un mundo por delante. A sus 21 a?os, no hay mejor veta para el Real Madrid y el f¨²tbol espa?ol. Con el tutelaje adecuado, si nada se tuerce, este mallorqu¨ªn apunta tan alto como su cabeza de oro y su zurda de quilates. Con focos merecidos en el club madridista y a un dedo de asentarse en la selecci¨®n absoluta, estos d¨ªas luce en el Europeo Sub-21, donde deslumbr¨® en el estreno y estuvo peor abrigado en la segunda cita, frente a Portugal. Eso s¨ª, dej¨® una asistencia a lo Laudrup para enmarcar. Ya saben, el pie por un lado y la vista por otro. Hasta en los d¨ªas grises, en este balear de aire reflexivo y con buenos modales se intuye a un futbolista cumbre.
En Asensio confluyen dos Asensios capitales para cualquiera que vislumbre una gran cima. De un lado, la persona, el joven sin pajarillos, tan firme como prudente, sin tachas ni voceros, dispuesto a la titularidad y a la reserva. En un Real Madrid es tan dif¨ªcil consolidarse en la primera l¨ªnea como adaptarse a la sala de espera. Al Asensio sin pirotecnia, capaz de jugar cada rato como si fuera el ¨²ltimo partido de su vida y luego estar a la sombra sin el morro retorcido, se suma el futbolista virtuoso, con una marcha asombrosa, freno, vista e instinto para el gol.
Fue puntero desde chiquillo, siempre en el radar de los grandes caladeros. Ya fuera el vasco, origen de su familia paterna, el holand¨¦s, cuna de su madre, fallecida cuando solo ten¨ªa 15 a?os, o el balear, donde se incub¨®. No son pocos los mocosos que se extrav¨ªan con luces de ne¨®n prematuras. Para nada parece ser por ahora el caso de Asensio, al que su entorno ha llevado con ojo cl¨ªnico desde la infancia. Su alistamiento en el Real Madrid por unos cuatro millones de euros no tuvo fuegos artificiales. Un becario m¨¢s en la casa blanca, donde el ruido atronador se limita al camerino del primer equipo. Y no a todos, solo a los de la galaxia.
Asensio aprob¨® su bachiller en el Mallorca antes de sus pr¨¢cticas en el Espanyol durante un curso, donde tuvo impacto como asistente, porque su primer gol se demor¨® 25 jornadas. Le faltaba graduarse en Chamart¨ªn, atalaya en la que el pret¨¦rito juvenil apenas cuenta como garant¨ªa. A lo largo de la historia, el tonelaje del escudo madridista ha fagocitado a una interminable lista de noveles. Los precedentes m¨¢s cercanos, Odegaard, impaciente y de atajo en atajo sin ¨¦xito por ahora, e Illarramendi, un buen futbolista al que consumi¨® el peso de la zamarra. Lo llaman mal de altura y tiene dif¨ªcil tratamiento.
Salvo Messi, nadie conduce la pelota a toda mecha y a¨²n puede filtrar un pase
Con los pies en la tierra, Asensio despeg¨® como un cohete. Lastrado el equipo por la baja de Cristiano y alguna otra, el mallorqu¨ªn arranc¨® con un primer gol al Sevilla en la Supercopa de Europa. Repiti¨® en la primera jornada liguera en Anoeta, pero en el plan de libranzas de Zidane figuraba a cola del vestuario, cerca de la casilla de Mariano y Coentr?o. Aquella explosiva irrupci¨®n hizo sospechar que quiz¨¢ fuera un fulgurante cometa. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Zidane supo dosificarle en la misma medida que el futbolista acept¨® el escal¨®n a escal¨®n. No solo lo asumi¨® sin inmutarse, sino que dej¨® huellas en cada intervenci¨®n, fuera el tiempo que fuera. No hay recuerdos de un choque en el que pasara inadvertido, con los jerarcas del A o los del pelot¨®n del B. Y ya fuera en Liga, en Copa ¡ªenormes sus dos partidos contra el Sevilla¡ª o Champions ¡ªen el revolc¨®n al Bayern en M¨²nich, con su broche al Juventus en Cardiff¡ª.
Una sola temporada ha bastado para se?alar a Asensio como un futbolista con molde para el Madrid. Tiene personalidad, no se doblega antes las infinitas exigencias y, en las malas, tampoco se deja llevar por el victimismo. Por cada paso atr¨¢s que le hicieron dar luego dio tres adelante.
Sobre el c¨¦sped tiene un repertorio fabuloso. Con horizontes conduce la pelota como solo Messi puede llevarla cosida en la puntera a mil por hora. Y son muy pocos los que con el turbo al rojo vivo a¨²n tienen luces para el observatorio y adivinar un servicio filtrado y preciso. Percute de maravilla como extremo, pero no desde?a las posiciones del embudo, porque conoce el juego. Cu¨¢ndo estar en modo pausa, cu¨¢ndo subir el volumen. Nunca fue un carpanta del gol, pero tiene corazonadas en el ¨¢rea. En cuanto al remangue sin el bal¨®n, sabe que no ser¨¢ Casemiro, ni falta que hace, debe haber de todo, pero cumple con sus obligaciones.
Tan aplicado como descarado, con la cabeza en su sitio y el f¨²tbol en las venas y en los pies, Asensio tiene de todo. Incluido un atractivo para Zidane y Lopetegui: el reto de pulir un diamante cada d¨ªa menos en bruto. Asensio ya est¨¢ aqu¨ª. Es el hoy que anticipa el ma?ana.
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