El Getafe regresa a Primera tras ganar al Tenerife (3-1)

Un a?o ha tardado el Getafe en culminar su regreso a Primera Divisi¨®n. Lo hizo en un partido marcado por un juego espasm¨®dico, con una noria emocional girada por los vaivenes del marcador en el primer tiempo. El segundo tiempo fue un ejercicio de contenci¨®n getafense y un ataque desesperado del Tenerife. Lozano y Amath tuvieron un par de ocasiones en la recta final, pero les falt¨® temple para definir bien.

El ascenso expr¨¦s del Getafe fue culminado con el sello futbol¨ªstico de Pepe Bordal¨¢s, su histri¨®nico entrenador. F¨²tbol visceral, sin apenas tr¨¢mite en el medio, con el Cata D¨ªaz impulsando el juego largo y la segunda l¨ªnea acudiendo a las segundas jugadas con todo. La pelota viaj¨® de ¨¢rea a ¨¢rea sin pausa porque el Tenerife tambi¨¦n acept¨® ese envite que dibuj¨® un partido muy de Premier League, con una ida y vuelta muy intensa de la que sali¨® mejor parado el Getafe y como gran triunfador Pacheco de la gesta. El menudo extremo, autor de dos goles, dio un curso de viveza. Fue el¨¦ctrico en la banda y definitivo para castigar las concesiones defensivas del Tenerife. Pacheco representa a esos chicos que siendo cr¨ªos probaron sin suerte en Inglaterra cuando a¨²n no estaban formados. El Liverpool de Rafa Benitez se lo arranc¨® al Barcelona en 2008. Diez a?os despu¨¦s de aquella aventura, tras dar tumbos por el Norwich City, Rayo Vallecano, Alcorc¨®n, Betis y Alav¨¦s, Pacheco ha culminado el necesitado ascenso del Getafe, al que un a?o m¨¢s en Segunda le hubiera puesto en una compleja situaci¨®n econ¨®mica.

Golpe¨® muy r¨¢pido el equipo de Bordal¨¢s, que sum ya dos ascensos . En ese inicio fren¨¦tico, con Pacheco y Chuli agitando las bandas, con Portillo haciendo pupa entrelineas y Jorge Molina dando un curso de juego de espaldas y apoyo, el Tenerife cedi¨® un c¨®rner. El saque deriv¨® en un barullo que resolvi¨® Faurlin con un disparo contundente. El tanto inflam¨® el Alfonso P¨¦rez, revivido con un lleno que pocas veces se dio en los diez a?os que el equipo estuvo en Primera. Entre las tareas del presidente de ?ngel Torres estar¨¢ la de mantener ese enganche de la grada y desterrar esa imagen de club fr¨ªo que destil¨® en los ¨²ltimos a?os de su primera etapa en la ¨¦lite.

Por haber obtenido una mejor clasificaci¨®n en campeonato regular el tanto, de Faurlin le garantizaba a su equipo el ascenso de haberse consumado una pr¨®rroga y concluir esta con ese mismo resultado. Pacheco acab¨® con esa posibilidad con el 2-0 al cuarto de hora y puso contra las cuerdas al Tenerife. La jugada que gener¨® ese tanto tambi¨¦n destap¨® las verg¨¹enzas de la l¨ªnea defensiva visitante. Portillo no tuvo para conectar con Chuli en la banda derecha, el otro extremo, que tambi¨¦n descosi¨® a la defensa de Mart¨ª se giro y puso un centro raso atr¨¢s que recogi¨® Pacheco sin marca alguna que le estorbase. Aplic¨® el interior con sutileza para superar a Dani Hern¨¢ndez. En menos de un cuarto de hora, el Getafe ten¨ªa el saco en el ascenso. Lejos de refugiarse en el resultado, sigui¨® aceptando ese f¨²tbol vertiginoso y se encontr¨® con el gol del Tenerife. Un mal despeje de Gorosito lo caz¨® Aitor Sanz, que mont¨® una jugada el¨¦ctrica con Shibasaki, acorde con ese paisaje que dibujaba el v¨¦rtigo y la verticalidad del juego. El japon¨¦s progres¨® por el costado izquierdo y un puso un centro raso al primer palo al que se anticip¨® el Choco Lozano.

Sin tregua, empe?ados los dos equipos en pisar el ¨¢rea contraria lo antes posible, con una intensidad criminal para la alta temperatura a la que se jug¨®, fue Pacheco el que termin¨® por culminar el ascenso del Getafe. De nuevo, Portillo pudo conectar con Jorge Molina, que maniobr¨® otra vez con maestr¨ªa en el giro, pero no logr¨® conectar el disparo, atosigado por los centrales del Tenerife. La pelota sali¨® rebotada y fue a parar a Pacheco, que la caz¨® a bote pronto y la revent¨®. Ese tercer gol, al borde del descanso, fue un duro castigo para el Tenerife. Obligado el conjunto de Mart¨ª a marcar, domin¨® el segundo tiempo, pero no encontr¨® el gol que le devolviera a Primera siete a?os despu¨¦s.