Retrato de Alberto Zerain, un ejemplo de compromiso y dedicaci¨®n

Aquel punto indefinido que avanzaba ladera abajo a gran velocidad solo pod¨ªa ser un fragmento de roca desprendido desde el campo 2, o una mochila extraviada en un descuido. La masa desconocida se aproximaba al campo 1 de la vertiente norte del Everest en l¨ªnea recta, a saltitos, creciendo con celeridad ante nuestros ojos incr¨¦dulos. Nunca hubi¨¦ramos pensado que, en realidad, se trataba de una persona, ni siquiera de un alpinista con prisas. Pero Alberto Zerain no ten¨ªa prisa alguna: bajaba as¨ª porque pod¨ªa y cuando pas¨® entre las tiendas camino del campo base parec¨ªa un paseante, con las manoplas colgando de sus mu?ecas como si llevase los brazos en jarras. El Zeras, como se le conoc¨ªa en Vitoria, hab¨ªa salido a dar un paseo de unos 1.300 metros de desnivel para no sucumbir al tedio del campo base.

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Fue en el a?o 2000 y el programa de TVE Al filo de lo imposible hab¨ªa reclutado a varios alpinistas para recrear la epopeya de 1924 protagonizada en esta monta?a por George Mallory y Andrew Irvine. Zerain hizo de Irvine, un papel que le emocionaba: estaba seguro de poder alcanzar la cima vistiendo un traje de la ¨¦poca aunque el guion del programa solo les obligase a vestir de esta guisa hasta el ¨²ltimo campo de altura. Oscar Cadiach, que hac¨ªa de Mallory, sol¨ªa escuchar las arengas divertidas de Zerain: ¡°T¨², Mallory, eres la ambici¨®n y yo, Irvine, la fuerza¡±.

Pocos himalayistas pueden presumir de una capacidad de adaptaci¨®n a la altura y de una fortaleza f¨ªsica como la que exhib¨ªa Zerain. Caminaba a 8.000 metros como si lo hiciese por las laderas del Gorbea, y esa facilidad unida a su idilio con las monta?as m¨¢s elevadas del planeta le hab¨ªa permitido firmar ascensiones no solo r¨¢pidas sino limpias. Por eso a nadie extra?aba que su cordada habitual fuese un gu¨ªa de monta?a argentino, Mariano Galv¨¢n, con quien compart¨ªa fortaleza f¨ªsica y una ¨¦tica que defend¨ªa el estilo alpino, enfrentarse a la monta?a con poco, sin cuerdas fijas, porteadores de altura u ox¨ªgeno artificial.

Galv¨¢n se hab¨ªa adjudicado en solitario (2010) la pared sur del Aconcagua para dar el salto al Himalaya: en apenas seis a?os de actividad sumaba la mitad de las 14 cimas m¨¢s elevadas del planeta. El mundillo de los ochomiles regala paradojas: no es infrecuente dar con hombres y mujeres empe?ados en coleccionarlos todos¡­ aunque dejen de saber el porqu¨¦ y sus razones iniciales se difuminen para dejar paso a una obsesi¨®n amarga. No era el caso de Zerain, casado y con dos hijos, transportista de profesi¨®n y con una trayectoria de monta?a definida ¨²nica y exclusivamente por la pasi¨®n.?A sus 56 a?os de edad, Zerain iba a m¨¢s, sumaba 10 de los 14 ochomiles y en el Nanga Parbat se enfrentaba al mayor reto de monta?a que hab¨ªa conocido. ¡°Mi familia y la monta?a es lo que soy¡±, aseguraba en 2007. Atr¨¢s hab¨ªan quedado a?os de obsesi¨®n para dejar paso a una madurez que le hab¨ªa ense?ado a dosificarse, a saber sufrir y sacrificarse y a llevar a buen puerto sus expediciones. Ten¨ªa la confianza del que sabe hacer bien las cosas, del que sabe aproximarse a las monta?as con cautela, bien entrenado y con una planificaci¨®n exhaustiva.

Al parecer, un alud explicar¨ªa su desaparici¨®n y la de Galv¨¢n. Seguro, ambos sab¨ªan que la zona en cuesti¨®n era un terreno cl¨¢sico de aludes. As¨ª lo reconocieron los brit¨¢nicos Rick Allen y Sandy Allan en 2012, los ¨²nicos que han podido completar la arista Mazeno hasta la cima del Nanga Parbat. Claude Rey, gran niv¨®logo y en su d¨ªa presidente de la Uni¨®n Internacional de Asociaciones de Gu¨ªas de Monta?a, sol¨ªa felicitarse por los avances en la detecci¨®n y prevenci¨®n de aludes, pero reconoc¨ªa que cuando un alpinista debe cruzar una ladera expuesta es imposible saber a ciencia cierta si esta aguantar¨¢ o se vendr¨¢ abajo. ?Seguir o regresar? En todos los grandes logros del alpinismo se plantea esta sencilla pregunta de respuesta tremenda: todos los alpinistas saben del compromiso de su actividad. Juntos, Zerain y Galv¨¢n (37 a?os) hab¨ªan escalado el Dhaulagiri y el Manaslu y juntos quer¨ªan imitar a los grandes alpinistas que un d¨ªa recorrieron (sin ¨¦xito) la Mazeno: Doug Scott, Erhard Loretan, Jean Troillet, Wojcieck Kurtyka¡­