Federer de largo recorrido
Contrariamente a lo que yo hab¨ªa deducido, Roger no es un jugador muy disciplinado ni met¨®dico

El a?o pasado por estas fechas tuve la oportunidad de intercambiar an¨¦cdotas e impresiones con Tony Godsick, el m¨¢nager de Roger Federer, y con su mujer Mary Jo Fern¨¢ndez. Sus hijos, buenos amigos de los nuestros, estaban en la Rafa Nadal Academy y salimos a cenar todos juntos.
Siempre que tengo ocasi¨®n me gusta indagar e intentar descubrir qu¨¦ cosas hacen o han hecho las personas con ¨¦xito profesional que las distinga de las otras. Y eso es lo que le sonsaqu¨¦ a Tony aquella noche con respecto al jugador suizo. Me sorprendi¨® lo que me cont¨®. Contrariamente a lo que yo hab¨ªa deducido, Roger no es un jugador muy disciplinado o muy met¨®dico. Por lo visto no cuida una barbaridad su alimentaci¨®n ni sus rutinas de descanso.
Me cont¨® adem¨¢s que, en un momento dado, ¨¦l se hab¨ªa ofrecido a proporcionarle las estad¨ªsticas y los datos descriptivos de los que disponemos hoy en d¨ªa gracias a las tecnolog¨ªas, y Federer lo rechaz¨® de plano. Le argument¨® que a ¨¦l le gusta un juego m¨¢s improvisado y que no quer¨ªa verse encorsetado por unos datos que le predispusieran sobre lo que ten¨ªa que hacer. Lo que asever¨® y recalc¨® el m¨¢nager, en cambio, fue que para Roger el tenis es su vida, su obsesi¨®n, lo ¨²nico que ocupa su pensamiento. Supongo que exager¨® en eso ¨²ltimo. Imagino que sus hijos y su familia tambi¨¦n le ocupan.
Pocos deportistas han logrado un dominio tan amplio de su propia disciplina. El juego de Roger no muestra puntos d¨¦biles y es, adem¨¢s, capaz de desplegar una plasticidad y elegancia muy dif¨ªciles de superar. En el a?o 2013, no fueron pocos los que le dieron por acabado o, por lo menos, viviendo un declive irreversible a sus 31 a?os y con una brillante carrera como para darse ya por satisfecho.
Visto lo visto, no lo estaba. Ese mismo a?o, incorpor¨® a Stefan Edberg en su equipo, cambi¨® de raqueta y adopt¨® una nueva estrategia optando por acortar los puntos, por subir con m¨¢s frecuencia a la red y dando mayor velocidad a los intercambios. Aunque seguir¨ªa sin a?adir a su palmar¨¦s ning¨²n otro t¨ªtulo del Grand Slam en 2014, 2015 y 2016 su capacidad de adaptaci¨®n ver¨ªa su culminaci¨®n a principios de este a?o cuando levant¨® el t¨ªtulo en Australia. Le siguieron Indian Wells, Miami, Halle y ahora, su octavo Wimbledon.
Bas¨¢ndome en la comparaci¨®n, debo declararme como un entrenador que va un poco a contracorriente, hecho que no me avala en absoluto. Quede esto muy claro. Pero esa conversaci¨®n con el representante de Federer me alivi¨® por ver toda una serie de coincidencias con mi forma de entender el deporte en general y el tenis en particular. Yo tengo una visi¨®n mucho m¨¢s rom¨¢ntica y menos estudiada, mucho m¨¢s intuitiva y menos documentada.
Defiendo con ah¨ªnco, y as¨ª he intentado traslad¨¢rselo a mi sobrino, la capacidad de adoptar cambios. Estar dispuesto a modificar lo que te ha dado buenos resultados pero que ya ha dejado de hacerlo es un s¨ªntoma de inteligencia y, probablemente, la caracter¨ªstica m¨¢s determinante para una carrera de largo recorrido.
Me inclino por la pasi¨®n, la ilusi¨®n, el amor por lo que uno hace como forma de ennoblecer el deporte, que ser¨ªa una frivolidad, de lo contrario. S¨®lo a?adir¨¦, por si he confundido a alguien, que no me agrada m¨¢s de la cuenta el brillante ejemplo cuando lo protagoniza otro que no es mi sobrino.
A¨²n as¨ª, a Roger, a su equipo y a su familia, mi m¨¢s sincera enhorabuena.
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