Moreno pensaba que la juventud duraba siempre
El ciclista de Chiclana, ¡°un chaval que no se enteraba de nada¡±, gan¨® el primer oro. Hoy se entrena con su hijo
Cuando en La Caixa le dijeron que le entregaban una cartilla a su nombre con 100 millones de pesetas (600.000 euros), pero que solo podr¨ªa hacerla efectiva cuando cumpliera 50 a?os, Jos¨¦ Manuel Moreno se aceler¨® y les dijo, ¡°dadme ahora la mitad y ya no os pido m¨¢s¡±. ¡°No¡±, le respondieron. ¡°Lo que tienes que hacer es meter la cartilla en un caj¨®n y olvidarte de ella¡±, le aconsejaron. ¡°Y eso hice, y bien que se lo agradezco. Me dan 50 millones a los 23 a?os y los fundo en nada... era la edad. Solo sab¨ªa dar pedales, y ya est¨¢. Y piensas que toda la vida vas a ser joven y que no se va a acabar nunca. Y dentro de dos a?os ya recibir¨¦ los 100¡±.
¡°Ay, si todo aquello me hubiera pasado con la experiencia que tengo ahora, c¨®mo habr¨ªa cambiado¡±, dice Moreno, que no se lamenta m¨¢s que de lo que se lamenta todo el mundo: de que los golpes en la vida, los buenos y los malos, siempre le pillan poco preparado. Y acaban aceptando que la maduraci¨®n siempre llega a golpes. A Moreno, campe¨®n ol¨ªmpico del kil¨®metro contrarreloj (cuatro vueltas al vel¨®dromo de Horta, de 250 metros de cuerda y pino siberiano), que fue el primer oro espa?ol en Barcelona, hoy hace 25 a?os, la vida no le ha tratado nada mal.
El vel¨®dromo de Chiclana se llama como ¨¦l, Jos¨¦ Manuel Moreno Peri?¨¢n, y all¨ª echa sus horas, entren¨¢ndose a¨²n, con 48 a?os, y entrenando a su chaval, que quiere ser ciclista y le dice que est¨¢ un poco gordo. Han pasado 25 a?os. Moreno est¨¢ en el podio oyendo el himno nacional, escondiendo las l¨¢grimas y emocionado con una medalla de oro al cuello. Es campe¨®n ol¨ªmpico. ?Con qu¨¦ sue?a entonces? ?Le ha dado la vida lo que esperaba? ?La felicidad que le promet¨ªa el t¨ªtulo?
¡°Pero esa no es la pregunta, y tampoco la sabr¨ªa responder¡±, dice Moreno, hijo de emigrantes andaluces en Holanda que naci¨® en ?msterdam en 1969 y que desde que volvi¨® a su tierra, cuando ten¨ªa siete a?os, no se ha movido de Chiclana, de sus playas, de su Levante, de su vel¨®dromo, en el que ahora mismo, despu¨¦s de comprobar que sigue generando m¨¢s de 2.000 vatios en la arrancada, se quiere preparar para competir en la velocidad de los Juegos de Tokio, cuando tendr¨¢ 51 a?os. ¡°Cuando luchas por algo como unos Juegos no piensas para nada en lo que te van a dar. Yo era un chaval de 23 a?os que no sab¨ªa pr¨¢cticamente nada, ni me lo imaginaba, ni pensaba en lo que me iban a regalar, ni en lo que pasar¨ªa en el futuro. Un deportista, lo que soy yo, lo que hace es luchar a muerte para conseguir un nuevo ¨¦xito, que ans¨ªa. Uno se entrena para ello. El reconocimiento y los premios vienen despu¨¦s, pero mientras te fatigas entrenando no lo anticipas¡±.
Despu¨¦s del podio y del recibimiento en el pueblo, todos en la calle, todo gritos y alegr¨ªa, el deportista est¨¢ por la noche solo, en la cama, y la vida por delante.
¡°El reconocimiento encauz¨® mi vida, pero no la dirige, yo siempre he sido el mismo¡±, dice. ¡°Hay un antes y despu¨¦s por narices, pero no todo fue tan sencillo. En teor¨ªa se abr¨ªan muchas puertas y te promet¨ªan muchas cosas, much¨ªsimas promesas que se quedaron en el aire. Te cogen con 23 a?os y te manejan como un mu?equito. Pero, claro, la medalla me ayud¨® bastante. La gente me conoce en el mundo por la olimpiada de Barcelona. Yo ya hab¨ªa sido campe¨®n del mundo, y no ten¨ªa nada que ver¡±.
Cambia antes el programa ol¨ªmpico que las personas. La prueba del kil¨®metro, apenas 63s en el vel¨®dromo, a cerca de 60 por hora, ya no es ol¨ªmpica. Cuando Moreno, era una de las pruebas reinas. La m¨¢xima expresi¨®n del sinsentido ol¨ªmpico: cuatro a?os de preparaci¨®n para un examen de poco m¨¢s de un minuto sin posibilidad de repesca. Para aprobarlo con tan buena nota, Moreno se puso a las ¨®rdenes de un entrenador sovi¨¦tico que le obligaba a largas sesiones en la carretera, casi 20.000 kil¨®metros al a?o. Suficiente para hacerle dudar a uno. ¡°Pero yo no me preguntaba nada¡±, dice el ciclista, apodado el Rat¨®n en su Chiclana desde los tiempos en que de juvenil imbatible corr¨ªa en el Chiclanera. ¡°Ahora hay un movimiento fuerte de masters, de ni?os, en el vel¨®dromo de Chiclana, y cuando me preguntan les digo que lo que tienen que hacer es divertirse, y cuando me dicen, ?sufriste mucho?, les digo que la verdad es que yo no sufr¨ª. Yo ahora voy a entrenar con mi cr¨ªo, y, aunque me vaya quedando de ¨¦l, echar un rato en bicicleta es lo que m¨¢s me gusta del mundo¡±.
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