David Villa, el hombre que resolvi¨® el enigma de Espa?a

Hac¨ªa meses que en los corrillos de la selecci¨®n de Espa?a se juntaban algunos de los veteranos m¨¢s autorizados para lamentar lo que les ocurr¨ªa a los centrocampistas y a los mediapuntas cuando atacaban en campo contrario circulando el bal¨®n en busca de un hueco para filtrar el pase de gol. Muchas veces, la presencia de Diego Costa, un formidable nueve de referencia, supon¨ªa un obst¨¢culo m¨¢s que una v¨ªa de acceso al arco rival. Iniesta lleg¨® a comentar a sus compa?eros que por m¨¢s talento que tuvieran los nueves que desfilaban por el equipo, aquello le recordaba a los problemas que ten¨ªa el Barcelona cuando atacaban con Ibrahimovic. Considerar que Ibrahimovic ha sido el m¨¢s h¨¢bil de los puntas de este corte que ha dado la pasada d¨¦cada, solo expresa que el dilema de Espa?a era de naturaleza colectiva m¨¢s que individual. Torres, Llorente, Soldado, Negredo, Costa y Morata padecieron el efecto colateral de un estilo de juego que ahog¨® a todos los puntas menos a uno. La excepci¨®n fue David Villa y los veteranos a?oraban una r¨¦plica inexistente. Un jugador que tuviera eso tan poco valorado por los aficionados y sin embargo vital para los profesionales: el desmarque.

Pepe Acebal, el t¨¦cnico que en 2001 subi¨® a Villa del juvenil al primer equipo del Sporting, lo ve claro: ¡°Espa?a, por su forma de jugar, con tantos peloteros, tiende a ocupar el campo rival. Por eso sus centrocampistas necesitan un punta que les ofrezca soluciones, que se mueva bien en espacios reducidos cerca de la porter¨ªa para permitirles el pase. En esto Villa ha sido el mejor del mundo¡±.

Cuando Julen Lopetegui se hizo cargo de la selecci¨®n se embarc¨® en la b¨²squeda que suele ocupar a los entrenadores de los equipos que aspiran a dominar al rival mediante el monopolio de la pelota. Como hizo Luis Aragon¨¦s con Torres en la Espa?a en 2008, como hizo L?w con Mario G¨®mez en 2016 en la selecci¨®n de Alemania, como Guardiola con Ibrahimovic y Luis Enrique con Luis Su¨¢rez en el Barcelona, el seleccionador vasco procur¨® arbitrar alternativas instalando un nueve f¨ªsicamente notable que de vez en cuando permitiera a Espa?a una salida directa. Diego Costa y ?lvaro Morata fueron la pareja que coron¨® cada convocatoria, ante la expectativa que despertaban estos dos superdotados para la carrera, el juego de espaldas y el dominio a¨¦reo.

Es dif¨ªcil calibrar la adaptaci¨®n de Morata puesto que apenas fue titular una vez en partido oficial en esta clasificaci¨®n mundialista. Costa jug¨® siempre que estuvo sano y si bien sus estad¨ªsticas insin¨²an un acierto ¡ªcinco goles en cinco partidos¡ª su presencia en el campo result¨® algo disonante. Lopetegui, que ya en primavera vislumbr¨® inconvenientes, pens¨® en soluciones. Viaj¨® a Nueva York a ver al New York City FC y all¨ª contrast¨® el estado de Villa. Brillante en la MLS, cab¨ªa la duda de si la leyenda cuyos goles permitieron a Espa?a levantar la Copa del Mundo en 2010 estar¨ªa a la altura de las circunstancias para acometer el Mundial de 2018.

21 goles en seis partidos

La llamada de Villa coincidiendo con el duelo decisivo contra Italia, el pr¨®ximo s¨¢bado en el Bernab¨¦u, est¨¢ cargada de significado. Lopetegui no lo reclama pensando en el autor de 59 goles en 97 partidos con la selecci¨®n. No es exactamente gol lo que necesita Espa?a, que suma 21 tantos en seis partidos, todos menos uno ¡ªel de la ida en Italia¡ª contra adversarios menores. Es algo m¨¢s importante. Es gol en los partidos de m¨¢xima exigencia. Gol cuando los equipos que se encierren atr¨¢s sean los m¨¢s cualificados.

Paco Flores, que hizo debutar a Villa en Primera en 2003, en el Zaragoza, no tiene dudas de que contra Italia los puntas como el Guaje son ideales. ¡°En mi opini¨®n, si pones un nueve alto y fuerte, sutilmente est¨¢s invitando a tu gente a centrar balones¡±, explica. ¡°Esa no es la mejor manera de ganarle a Italia. Para defender centros y balones frontales los defensas italianos son los reyes. Hay que atacarlos con balones interiores y con atacantes que abren esas l¨ªneas de pase. Iago Aspas sabe hacerlo pero solo usa la izquierda y eso le limita si el bal¨®n le queda para el remate de derecha; Villa usa las dos piernas¡±.

¡°Como punta-punta Villa es extraordinario¡±, afirma Paco Flores, para persuadir a los colegas que sostienen que un nueve debe ser alto y poderoso. ¡°La gente lo pone en duda por su f¨ªsico porque desconoce su gran secreto, que es el desmarque. ?l maniobra como pez en el agua cuando va hacia el mediocampo, hacia el poseedor del bal¨®n, arrastra al central, se gira y le gana la espalda ofreci¨¦ndose para recibir. Eso es un don de nacimiento¡±.

Pepe Acebal suspira: ¡°El gran don de Villa es la combinaci¨®n de desmarques de apoyo y desmarques de ruptura. Muy pocos goleadores sincronizan tan bien el movimiento de la l¨ªnea defensiva con el pase del compa?ero para recibir el bal¨®n desequilibrando al defensa y sin caer en el fuera de juego. Debes decidir en d¨¦cimas de segundo y ¨¦l lo hace muy bien. ?Y con una gran frecuencia! Muchos saben desmarcarse bien, pero muy pocos se desmarcan bien muchas veces por partido. ?l lo disfruta. Le gustan esos movimientos y se nota que se cuida f¨ªsicamente para hacerlos. Los delanteros pesados llevan una mochila. Villa est¨¢ muy delgado porque as¨ª consigue ser m¨¢s resistente, desmarcarse m¨¢s y mejor¡±.

El p¨²blico recuerda a David Villa por lo que hac¨ªa con la pelota. Sus compa?eros le enaltecen por lo que hac¨ªa antes de recibirla. Nada menos que abrir las puertas al juego y al gol.