El Barcelona silencia el Camp Nou frente a Las Palmas
Los azulgrana derrotan a la Uni¨®n Deportiva Las Palmas con un gol de Busquets y dos de Messi en un partido inanimado que puso a Bartomeu en la diana
El Camp Nou nunca hab¨ªa sido un estadio mudo, que se sepa jam¨¢s se quej¨® desde el silencio, sino que fue un escenario vitalista, mayormente rebelde, colorista y sensible con el sentir de Catalu?a, una manera de ser no siempre bien vista y entendida por los aficionados que le siguen en el mundo y especialmente en Espa?a. Las esteladas y los c¨¢nticos de independencia han resonado muy fuerte ¨²ltimamente en el campo del FC Barcelona.
No es f¨¢cil gobernar el club cuando el pa¨ªs est¨¢ encendido y la directiva es reactiva y tibia, como pasa con la de Bartomeu, superado por los acontecimientos, atrapado entre la espada y la pared, en medio de la ley administrativa que le exig¨ªa disputar el partido y de la presi¨®n social que clamaba por su aplazamiento el d¨ªa del 1-O. Quiso suspender el encuentro Bartomeu y no se atrevi¨® por miedo a la sanci¨®n de la Liga y la Federaci¨®n.
Y puede que tambi¨¦n porque no estaban muy conformes algunos futbolistas del propio Bar?a. La cuesti¨®n es que la junta no encontr¨® c¨®mplices para no jugar y se invent¨® una soluci¨®n salom¨®nica que no content¨® a nadie e indign¨® a la hinchada m¨¢s nacionalista, que sinti¨® que se manchaba el Camp Nou al disputar el partido a puerta cerrada, por m¨¢s justificaciones que diera Bartomeu, sometido en su estadio y solidario con Catalu?a.
No pudieron ver el partido los aficionados que acudieron al campo y no lo quisieron ver los seguidores enfadados por su celebraci¨®n ni los que abogaban por la cancelaci¨®n de cualquier espect¨¢culo en Barcelona. El Camp Nou fue una Galia callada y desnuda en una ciudad sin ocio por el Refer¨¦ndum. Aunque evit¨® el castigo deportivo, Bartomeu afronta ahora una crisis de dimensiones incalculables, hoy ya personalizada en la dimisi¨®n del vicepresidente Carles Villarrubi y del directivo Jordi Mon¨¦s.
A los futbolistas azulgrana les llev¨® mucho tiempo demostrar que pretend¨ªan jugar el partido contra Las Palmas, equipo que se bord¨® la bandera de Espa?a en la camiseta amarilla para expresar tambi¨¦n su posici¨®n ante el 1-O, sabedor el club que ha sido protagonista de jornadas c¨¦lebres en el Camp Nou como la primera narraci¨®n en catal¨¢n de Puyal (1976) y la visita del presidente Tarradellas a su regreso del exilio en octubre 1977.
No hab¨ªa nadie en el palco y en la cancha solo jugaba la Uni¨®n Deportiva. Tocaban, p¨ªo- p¨ªo los canarios y Calleri remat¨® al palo de Ter Stegen. Incluso Valverde no dio con la alineaci¨®n y se tuvo que corregir en el descanso para acabar con la sensaci¨®n de vac¨ªo que presid¨ªa el partido, el sinsentido que supon¨ªa seguir un bal¨®n sin nadie que aplaudiera o pitara, la defensa inanimada de la condici¨®n de invicto y el liderato ganado a pulso en la Liga.
Tuvieron que salir Iniesta y Rakitic para que el equipo barcelonista pusiera al menos un gol a la salida de un c¨®rner botado por Messi y rematado por Busquets. Al 10 le da igual las condiciones de juego, incluso que saltara un espont¨¢neo con una camiseta amarilla y el lema de independencia en mitad de un partido a puerta cerrada, una se?al m¨¢s del desprop¨®sito de la tarde; el 10 volvi¨® a marcar las diferencias con dos tantos que ya suman 11 en siete partidos de Liga.
Los pases interiores de Denis Su¨¢rez y Rakitic dejaron a Messi mano a mano con Chichizola y acabaron con el inter¨¦s por puntuar del Las Palmas. A falta de f¨²tbol, quieto y espectador como estuvo a menudo el equipo de Valverde, se impusieron las jugadas y los goles, suficientes a efectos de clasificaci¨®n para la Liga.
La imagen del estadio
Los focos del Camp Nou, sin embargo, se centrar¨¢n en las gradas vac¨ªas, como pretend¨ªa Bartomeu, firmante, por otra parte, de la adhesi¨®n del club al Pacto por el Refer¨¦ndum y permisivo en 2013 para que la V¨ªa Catalana pasara por el Camp Nou.
Una vez llegado el partido, el presidente prefiri¨® salvar la competici¨®n, obediente con el reglamento y sordo ante los seguidores que le ped¨ªan que se plantara, el camino opuesto al que ha seguido el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. La decisi¨®n del mandatario azulgrana pes¨® m¨¢s durante el encuentro que las gambetas de Messi, las molestias de Iniesta ¡ªse retir¨® antes de que pitara el final el ¨¢rbitro Munuera Montero¡ª y los toques de Piqu¨¦, el futbolista azulgrana que precisamente m¨¢s sinton¨ªa hab¨ªa demostrado con quienes ocupaban las calles para votar muy cerca del apagado Camp Nou. Piqu¨¦, en calidad de ciudadano, hab¨ªa pasado por el colegio electoral antes de llegar a las instalaciones del FC Barcelona.
El partido no tuvo historia, presa de la tristeza, tal que fuera un acontecimiento furtivo en un d¨ªa en que no se hablaba de nada m¨¢s que del 1-O. A los directivos les costar¨¢ defender su postura ante muchos aficionados, indignados por las cargas policiales, mientras los futbolistas se remitir¨¢n al marcador y al comunicado consensuado del club. Nadie entendi¨® a fin de cuentas porqu¨¦ no se cambi¨® el partido al s¨¢bado como pas¨® con el baloncesto en el Palau. La s¨¦ptima victoria consecutiva ser¨¢ considerada anecd¨®tica por el marco en que se logr¨®: a puerta cerrada, silenciado el Camp Nou, m¨¢s lejos que nunca de lo que suced¨ªa en Catalu?a. M¨¢s que un club, el Bar?a fue solo y sobre todo un equipo de f¨²tbol.
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