Sergio Garc¨ªa y Jon Rahm recuerdan a Seve y Olazabal en Valderrama
En su mejor a?o en el golf, el ganador del Masters y el n¨²mero cinco del mundo, lideran la participaci¨®n en el Masters de Andaluc¨ªa
Llueve como llov¨ªa hace 20 a?os, con furia a veces, ataques sorpresa que empapan las calles y greens de Valderrama, el campo bandera del golf espa?ol, donde Sergio Garc¨ªa y Jon Rahm juegan, como una primicia de oto?o, esta semana el Masters de Andaluc¨ªa. Es el primer torneo en Espa?a de Garc¨ªa desde que gan¨® el Masters en abril; es la primera vez que Rahm juega en Espa?a un torneo profesional, tan joven y brillante es que a¨²n no ha cumplido los 22 a?os y ya es quinto del mundo en una sola temporada jugando con los mejores. Podr¨ªa ser su trayectoria por los circuitos norteamericano y europeo, con triunfo en ambos, una definici¨®n de la palabra v¨¦rtigo.
La lluvia de hace 20 a?os fue m¨¢s intensa, y los caminos serpenteantes entre alcornoques acabaron convertidos en torrentes. La ocasi¨®n lo merec¨ªa, tanta fuerza, era la Ryder Cup de Seve Ballesteros la que estaba en juego, y Jos¨¦ Mar¨ªa Olazabal no andaba muy lejos. Sus hijos espirituales a¨²n no tienen tanto tir¨®n, y nunca tendr¨¢n tanto carisma, pero hacen lo que pueden. Y el torneo tampoco lo mismo, aunque para ambos es simb¨®lico, y hasta se emocionan. Es la cadena sentimental del golf espa?ol, en la que los dos se declaran enganchados. ¡°Es uno de mis sue?os formar pareja en la Ryder del a?o pr¨®ximo, en Par¨ªs, con Sergio, como la que formaron Seve y Olazabal¡±, dijo Rahm, plasmando en una imagen lo que le pesa la herencia. ¡°Ser¨ªa incre¨ªble, un honor jugar con ¨¦l¡±. El vizca¨ªno no jugaba en Espa?a desde que en julio de 2015 gan¨® como amateur el Campeonato de Espa?a en el campo de Laukariz (Mungia).
Cuando la Ryder del 97 en Valderrama, Garc¨ªa ten¨ªa ya 17 a?os, ya era conocido como casi un ni?o prodigio, y pudo empaparse de la energ¨ªa y del valor que daba al golf Seve. Esa misma descarga no la pudo sufrir Rahm, que a¨²n no hab¨ªa cumplido los tres a?os, pero s¨ª que le lleg¨® de alguna manera: unos amigos de sus padres la notaron tan fuerte que contagiaron a Edorta, el padre del futuro crack la afici¨®n por el golf, y de all¨ª pas¨® a Rahm aumentada y reforzada. ¡°Es una historia que me emociona un poco¡±, dijo el jugador vizca¨ªno. ¡°Es una historia que hace que este lugar sea importante para m¨ª¡±.
Sergio Garc¨ªa dedic¨® una de sus fotos con la chaqueta verde de Augusta y el trofeo en una mano a Seve, al que se?alaba en el cielo. Desde entonces, hace ya seis meses, no jugaba en Espa?a. Vuelve a su torneo (su fundaci¨®n es uno de los patrocinadores junto a la Junta), que es el ¨²nico espa?ol en el circuito europeo, a su campo favorito. ¡°Es un a?o incre¨ªble, el mejor a?o de mi carrera¡±, dijo el jugador de Castell¨®n. ¡°He ganado el Masters, me he casado, voy a tener una hija¡¡±
Rahm, bien afeitado, llega como un cicl¨®n que busca ganar para alcanzar el ¨²ltimo objetivo que le queda en su a?o loco, ganar la orden del m¨¦rito europea (la llamada Race to Dubai) cuando solo lleva desde marzo en el circuito. ?V¨¦rtigo?, dice, y aclara innecesariamente. ¡°No soy una persona que tenga miedo. Pocas veces he tenido medo a conseguir algo¡±.
Sergio Garc¨ªa llega con barba y un aire de madurez y calma que solo se consigue con el paso de la edad y la conciencia de haber alcanzado lo que se quer¨ªa. Su ¨²ltimo desaf¨ªo es agarrar el putter de forma natural, abandonado el agarre anterior, el que le dio el Masters, con los dedos pinzando el palo. ¡°Me estoy obligando a hacerlo mentalmente¡±, dijo. ¡°Y a veces tambi¨¦n cierro los ojos en el putt. Busco fluidez, lanzar la bola guiado solo por mis sensaciones¡±.
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