Manuel Sanchis, el chico de las medias ca¨ªdas

A menudo, sub¨ªamos un peque?o grupo, por la acera derecha de la calle de Men¨¦ndez Pelayo seg¨²n se va hacia O¡¯Donnell. Aquel recorrido de los mi¨¦rcoles por la tarde, cuando inici¨¢bamos la ruta al Bernab¨¦u para ver el partido de la Copa de Europa, ten¨ªa dos etapas en dos cervecer¨ªas. Primero en la de Manuel Sanchis (palabra llana), aquel menudo defensa izquierdo de las medias permanentemente bajadas, sin espinilleras; luego, en la calle de Ortega y Gasset, en la de Veloso, un fino delantero gallego, en la que con un poco de suerte a veces uno pod¨ªa ver acodado en la barra de madera a Amancio Amaro Varela.

Cu¨¢ntas veces miramos para ver si nos encontr¨¢bamos con Sanchis. En tiempos de poca exposici¨®n medi¨¢tica, de televisi¨®n en blanco y negro, nos conform¨¢bamos con cruzar la mirada, acaso una sonrisa de complicidad, con un jugador de f¨²tbol de car¨¢cter humilde, infatigable, fibroso (de los que gustan en Chamart¨ªn), que hab¨ªa tenido sus mejores minutos de gloria en un Espa?a-Suiza, en el Mundial de Inglaterra, en el a?o 1966, que no pasar¨ªa precisamente a la historia de la selecci¨®n. Pero s¨ª a la de Sanchis.

Perd¨ªa Espa?a 1-0 cuando Iribar pas¨® el bal¨®n a su defensa izquierdo (o al menos as¨ª lo recuerdo) que no hab¨ªa parado de correr; Sanchis inici¨® un furioso eslalon vertical desde su posici¨®n, regateando a uno y otro jugador contrario, hasta cruzar el bal¨®n en la porter¨ªa de su oponente (no sol¨ªa tener acierto en el disparo; s¨®lo consigui¨® uno vestido de blanco). Gol de la misma factor¨ªa que los posteriores de Maradona.

Hab¨ªa sido la temporada m¨¢s completa para ese veloz defensa valenciano, muy pegajoso con quien le tocaba cubrir, a veces atropellado en el pase, antiguo volante, que hab¨ªa probado sin ¨¦xito en la cantera del Bar?a y que s¨®lo lleg¨® al Bernab¨¦u con 26 a?os tras pasar por el Condal y el Valladolid. Apenas dos meses antes del Mundial de Inglaterra hab¨ªa contribuido decisivamente a la sexta Copa de Europa del Real Madrid, ganando en Bruselas al Partiz¨¢n de Belgrado (2-1, goles de Amancio y Serena), con un equipo de jugadores nacidos ¨ªntegramente en Espa?a cuya alineaci¨®n los ni?os madridistas recit¨¢bamos de memoria: Araquistain (Betancort); Pach¨ªn (Calpe), De Felipe, Sanchis; Pirri, Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Vel¨¢zquez y Gento.

Fue denominado el Madrid de los yey¨¦, aquel que sustituy¨® a la formaci¨®n m¨¢s m¨ªtica de los merengues, en la que militaron, entre otros, Santamar¨ªa, Kopa, Rial, Di St¨¦fano y Puskas, y que entonces hac¨ªa seis a?os que no mojaba en Europa.

Se hab¨ªa logrado la renovaci¨®n de los fen¨®menos y s¨®lo dos jugadores de la final de Bruselas proven¨ªan del antiguo equipo: los veteranos Pach¨ªn y Gento. Y en uno y otro caso, el mismo entrenador, Miguel Mu?oz Moz¨²n. En el libro oficial del centenario del Real Madrid, con ese lenguaje imperial que tanto gusta en la Casa Blanca, se escribe: ¡°La ciudad de Bruselas, como en la tercera Copa de Europa, se va a rendir al embrujo de un equipo lleno de juventud que, en una reacci¨®n de hombr¨ªa, dej¨® anonadado al veterano Partiz¨¢n (¡­) Un grupo de aficionados espa?oles salt¨® al terreno de juego no pudiendo sujetar su gozo y, tras volver a las gradas a indicaciones del ¨¢rbitro, el Partiz¨¢n busc¨® desesperadamente la igualada que no lleg¨®. A hombros, estrujados por los aficionados, la nueva ola madridista hab¨ªa recuperado el orgullo de sus predecesores¡±.

Mayo ha sido siempre el mes elegido del Real Madrid. El testigo de las 12 copas de Copa de Europa. S¨®lo 32 a?os despu¨¦s de la haza?a de los yey¨¦ sobre los yugoslavos sum¨® la siguiente Champions, y entonces, en el Arena de ?msterdam, contra la Juventus de Zinedine Zidane, de nuevo hab¨ªa un Sanch¨ªs (apellido agudo) sobre el terreno de juego, el primog¨¦nito de Sanchis, el ¨²nico componente de la Quinta del Buitre que consigui¨® este galard¨®n, convirti¨¦ndose en el jugador del Real Madrid que m¨¢s veces se ha enfundado su camiseta.

Los dos, Sanchis, que falleci¨® el s¨¢bado a los 79 a?os, y Sanch¨ªs, forman parte de la historia del Real Madrid. Y de nuestros recuerdos m¨¢s queridos.