La afici¨®n abandona al Everton el d¨ªa en el que firma la compra de los terrenos para su nuevo estadio

Las derrotas se digieren mejor en soledad, por aquello de velar el duelo en la intimidad, aunque aplicado al f¨²tbol se le pueda dar la vuelta a este argumento. Los aficionados aplauden las glorias y castigan las derrotas, en la misma medida en la que los r¨¦ditos son compartidos pero los fracasos dependen de actores concretos. En el caso del Everton, un club que esta temporada se ha gastado 158 millones de euros en fichajes (la mayor partida de sus historia y el cuarto mayor desembolso de la Premier esta temporada por detr¨¢s de City, Chelsea y United), la derrota est¨¢ siendo la t¨®nica habitual. El jueves perdi¨® contundentemente ante el Atalanta (1-5) en la Liga Europa, y sus aficionados empezaron a dejarle claro que en ese barco puede que terminen caminando solos.

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Goodison Park, un estadio con capacidad para 40.569 espectadores, el und¨¦cimo con mayor aforo de los 25 que se reparten por toda Inglaterra (Wembley, con 90.000 asientos sigue siendo el mayor), registr¨® la peor entrada de la temporada, con solo 20.000 butacas ocupadas. La imagen, captada por los objetivos de los fot¨®grafos desplazados al campo, ejemplifica de la manera m¨¢s cruda el distanciamiento que existe entre una afici¨®n que registraba una media de 38.710 espectadores a lo largo de la temporada, y que empieza a estar harta.

La estampa se produjo casualmente el d¨ªa en el que la direcci¨®n club anunci¨® la compra de los terrenos en los que se pretende construir el nuevo estadio del Everton, junto al muelle Bramley Moore en la ribera del r¨ªo Mersey, valorados en cinco millones de libras (5,8 millones de euros), seg¨²n confirm¨® el alcalde de Liverpool, Joe Anderson. El acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento y el club, que ha presupuestado la construcci¨®n de su nuevo estadio en 300 millones de libras (unos 348 millones de euros), recoge que el consistorio recibir¨¢ una cuota anual del club a cambio de la participaci¨®n del consejo del Puerto de Liverpool.

"Nuestro partido ha sido inaceptable", resumi¨® David Unsworth, entrenador del Everton, en rueda de prensa. "Seguimos concediendo goles muy f¨¢ciles, y los equipos no est¨¢n teniendo que trabajar demasiado para marcarnos. Los jugadores deben asumir su responsabilidad", a?adi¨® el t¨¦cnico. Unsworth se hizo cargo del banquillo despu¨¦s de que el presidente Bill Kenwright, el consejo de administraci¨®n y el principal accionista, Farhad Moshiri, tomasen la decisi¨®n de destituir a Ronald Koeman a finales del mes de octubre.

Adem¨¢s de la ambiciosa inversi¨®n en fichajes, el Everton apel¨® al sentimentalismo de sus aficionados con el regreso de Wayne Rooney, uno de sus futbolistas m¨¢s ic¨®nicos, que, sin embargo, ha tenido, cuando menos, un nulo impacto deportivo. El jugador, de 32 a?os, disput¨® los 90 minutos del encuentro ante el Atalanta, una circunstancia que no ocurr¨ªa desde el pasado 15 de octubre ante el Brighton en liga (1-1). Su escasa aportaci¨®n sobre el campo (cinco goles y una asistencia en 19 partidos), se ha complementado con una secuencia de episodios extradeportivos que no han hecho m¨¢s que emborronar su regreso a Goodison Park 13 a?os despu¨¦s de fichar por el Manchester United. El 1 de septiembre fue detenido por conducir bajo los efectos del alcohol despu¨¦s de abandonar una cena junto a una mujer que no era su esposa, por lo que fue le fue retirado el permiso durante dos a?os, result¨® condenado a 100 horas de trabajo social para la comunidad y el Everton le retir¨® el sueldo durante dos semanas, lo que conllev¨® una p¨¦rdida de unos 363.000 euros.

Tras conseguir un solo punto en cinco partidos, los toffes est¨¢n eliminados de la Europa League y en la Premier ocupan la 16? posici¨®n con 12 puntos, a tres del descenso.