La cuenta atr¨¢s de la rodilla de Zaza
El m¨¢ximo goleador del Valencia, con el menisco roto, juega con la inc¨®gnita de cu¨¢ndo se le bloquear¨¢ definitivamente la pierna
Pese a que el Valencia funciona como una colmena y es un equipo solidario, hay diferentes individuos que le aportan cuajo y personalidad. Uno de ellos es Simone Zaza (Policoro, Italia, 1991), que anda renqueante el ¨²ltimo mes de competici¨®n por un problema en la rodilla izquierda: tiene parcialmente roto el menisco externo. No le impide jugar, pero le da problemas de cuando en cuando. Y sobre todo, le obliga a estar siempre pendiente de la evoluci¨®n de la dolencia. Si cada dos o tres semanas tiene dolor, derrames o bloqueos, entonces conviene operar. Exige atenci¨®n permanente por el riesgo de que el peque?o fragmento de menisco que tiene desprendido tras la rotura se mueva con alg¨²n gesto y roce con el cart¨ªlago. Ese roce continuo puede producir una lesi¨®n en el mismo cart¨ªlago.
Sin embargo, el Valencia y el jugador han decidido por ahora asumir el riesgo, y el italiano va a jugar hasta que su rodilla se bloquee definitivamente. Su momento es excelente. Lleva nueve goles en la Liga y es el ¨²nico que sigue la estela goleadora de Messi, que suma 12. No quiere parar.
¡°Simone desde hace tiempo tiene una rotura parcial del menisco externo. Sus molestias perduran durante un espacio corto y despu¨¦s, en un proceso de tres d¨ªas, empieza a entrenar con normalidad. Puede alargarse mucho en el tiempo siempre que esa rotura no influya en la articulaci¨®n, o puede bloquearse la rodilla. Con el menisco roto se puede jugar y competir hasta que la rodilla dice hasta aqu¨ª¡±, desvel¨® Marcelino en la previa del duelo ante el Espanyol. El t¨¦cnico va a exprimir al gladiador italiano hasta el final de curso. No obstante, tiene dudas de que su rodilla aguante toda la carga de partidos que restan por disputarse y ya est¨¢ buscando en el mercado un delantero grandote de perfil similar al de Zaza. El club est¨¢ trabajando en la cesi¨®n de Sandro, actual jugador del Everton.
La rodilla le hizo una jugarreta en la eliminatoria de repesca para el Mundial de Rusia hace dos semanas. Despu¨¦s de aquel maldito penalti que fall¨® en los cuartos de final de la Eurocopa de Francia ante Alemania en 2016, volv¨ªa a la selecci¨®n y apuntaba a titular para la gran cita azzurra. Su rodilla se neg¨® a jugar y no pudo participar en ninguno de los dos partidos. En cambio, volvi¨® a Valencia y pudo entrenarse con normalidad. Marcelino lo convoc¨® para viajar a Cornell¨¤, pero decidi¨® aguantarlo en el banco cuando el marcador se le puso franco.
La lesi¨®n de Zaza trascendi¨® cuando el 5 de octubre se le bloque¨® el menisco en un amistoso con el Eldense en Paterna. Desde entonces esa molestia es p¨²blica. Pero el italiano revel¨® el jueves en una entrevista a Fox Sports que su dolencia ¡°no es nueva, lleva casi un a?o detr¨¢s de m¨ª. Para los que juegan f¨²tbol es bastante com¨²n. Mientras pueda darlo todo jugar¨¦ y al final de a?o ya veremos, pero por ahora puedo jugar en silencio. El problema con esta rodilla es que a veces necesita descansar un poco¡±.
Esta semana apenas le ha molestado. El martes, despu¨¦s de tocarse la rodilla varias veces y de acercarse a la banda para hablar con los m¨¦dicos, se puso de portero cuando finaliz¨® el entrenamiento, lanz¨¢ndose al suelo en varias ocasiones para detener el bal¨®n. ¡°Simo es as¨ª, no podemos frenarlo¡±, dice Gay¨¤.
Zaza est¨¢ muy sereno. Su cuerpo colecciona tatuajes. Uno de ellos adorna su rodilla izquierda. All¨ª le dibujaron el rostro de un tigre de Bengala con la boca abierta. Ese tigre protege su rodilla y se quiere zampar al Bar?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.