Fe de errores
Cabe la posibilidad de que Cristiano sepa que no es el m¨¢s grande de la historia, y que decir que lo es constituye una broma
Cristiano Ronaldo habla claro. Emplea frases sencillas y a menudo rotundas, como ¡°Yo soy el mejor de la historia¡±. No dice que quiz¨¢s, tal vez sea el mejor, lo que complicar¨ªa la frase. No: ¨¦l es el mejor, sin paliativos. Pero esa claridad con la que habla no significa que est¨¦ demasiado claro lo que dice. Es habitual, cuando subraya lo maravilloso que es, que no se tome la molestia de aclarar que sus opiniones sobre s¨ª mismo pueden pecar de cierta irrealidad. Cree realmente que supera a Messi, a Maradona, a Pel¨¦ y a Di St¨¦fano, por citar solo a cuatro. Cabe la posibilidad de que sepa que no es el m¨¢s grande, y que decir que lo es constituye una broma, pero no admite que es una broma porque un humorista no explica sus chistes. Ojal¨¢ fuese eso, porque entonces sus palabras tendr¨ªan un pase.
Alardear de ser el mejor futbolista jam¨¢s visto requerir¨ªa por tu parte una aclaraci¨®n previa que evitase la tentaci¨®n de pensar que hablas totalmente en serio. Estas frases, adem¨¢s, conviene decirlas entre carcajadas, para distender el ambiente y no ser a su vez objeto de la risa de otros. Ah¨ª fuera, despu¨¦s de todo, hay verdaderos fan¨¢ticos del lenguaje crudo, dispuestos a interpretarlo todo al pie de la letra. Son personas que no creen en las hip¨¦rboles, ni en las met¨¢foras, y menos a¨²n en las bromas. Dar¨¢n por verdadera cualquier parida que sueltes. As¨ª que si te llamas Cristiano y no explicitas desde el principio que quiz¨¢ exageres al afirmar que no existe nadie m¨¢s bueno que t¨², entonces deber¨ªas advertirlo al final, con una rectificaci¨®n de tus palabras, como cuando un peri¨®dico publica una fe de errores.
No hace mucho este diario declar¨® dos erratas que se hab¨ªan deslizado en una columna de Julio Llamazares. En una de ellas, donde dec¨ªa ¡°Matutes mat¨¢ndose¡± deb¨ªa decir ¡°mutatis mutandi¡±. Te quedabas con la idea, despu¨¦s de leerla, de que aquel ministro de Asuntos Exteriores de los tiempos de Aznar se hab¨ªa librado de una buena gracias a la fe de errores. Enfriado el disgusto inicial, seguro que al poco los errores hicieron gracia incluso al mism¨ªsimo Llamazares, que sabe que re¨ªrse de uno mismo equivale a una se?al de salud mental. Nos quedar¨ªamos muy tranquilos, y todos admirar¨ªamos un poco m¨¢s a Cristiano, si en las pr¨®ximas horas declarase que ¡°cuando dije que soy el mejor futbolista de la historia deber¨ªa haber dicho que casi lo soy¡±. Vamos a esperar un rato.
Entretanto, podemos sugerir que cualquier comentario del delantero del Madrid sobre su f¨²tbol y su persona deber¨ªa estar precedido por algo parecido a uno de esos avisos fugaces, de un par de l¨ªneas, que incluyen al comienzo ciertas novelas para que el lector no se enga?e: esta es una obra de ficci¨®n, todos los personajes, situaciones o di¨¢logos son imaginarios, de modo que todo parecido con la realidad es mera coincidencia, etc¨¦tera. Pero muchos nos conformar¨ªamos con que el delantero no advirtiese nada al principio, si al acabar de decir que es el mejor futbolista de la historia a?adiese ¡°tranquilos, estoy de co?a¡±.
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