Las figuras del Madrid divierten a los ni?os
La plantilla blanca se regala un ba?o de cari?o de j¨®venes aficionados en el ¨²nico entrenamiento abierto del a?o, el pen¨²ltimo de 2017

Apenas pasaban unos minutos de las 16.00 y acceder al parking del estadio Alfredo Di St¨¦fano se hab¨ªa convertido ya en un imposible. Restaba una hora para el pen¨²ltimo entrenamiento del 2017 del Real Madrid, el primero tras las vacaciones navide?as y el ¨²nico a puerta abierta en todo el a?o para los socios del club, y un chorreo continuo de ni?os, padres y grupos de adolescentes no dejaba de llegar a Valdebebas. Lo hac¨ªan en coche o a pie, completando una traves¨ªa de pr¨¢cticamente dos kil¨®metros que hay desde la parada de Metro y Renfe m¨¢s cercana. Poco importaba, ni el trayecto, ni la reciente derrota a manos del Barcelona en el Bernab¨¦u (0-3), ni los 14 puntos de desventaja en una Liga que parece perdida tras solo 17 jornadas.
La de ayer era una cita excepcional, el ¨²nico d¨ªa en el que los aficionados pueden acercarse a la ciudad deportiva para ver ejercitarse de cerca a sus ¨ªdolos, tan inaccesibles el resto del a?o que m¨¢s bien parecen ser figuras elevadas a la categor¨ªa de dioses. Amenizados por tradicionales melod¨ªas navide?as americanas, los m¨¢s peque?os esperaban a los jugadores fantaseando con el bot¨ªn que podr¨ªan llevarse esta tarde. "Tenemos que coger alguna camiseta de las que tiren o un bal¨®n. Seguro que al final podemos", planeaba un ni?o. "O que nos firme Cristiano, Ramos, Modric o Asensio", dec¨ªa otro del grupo. Otros muchos ven¨ªan con las peticiones escritas de casa en las decenas de pancartas que no dejaron de ense?ar entre gritos minutos m¨¢s tarde.
Entre las s¨²plicas no se encontraba ning¨²n fichaje. Con el portero Kepa, aparentemente, en la puerta de entrada y Eden Hazard y su familia peleando con estar en ella como sea, no hubo rastro de ning¨²n nombre propio en las gradas que no fuese el de los jugadores de la plantilla, con Cristiano Ronaldo, Marco Asensio, Isco Alarc¨®n y el capit¨¢n Sergio Ramos como los m¨¢s aclamados por la hinchada.
Los 5.000 los aficionados que se hicieron con una localidad, agotadas desde el pasado martes 26, tuvieron que esperar ocho minutos m¨¢s de lo previsto para ver aparecer a sus ¨ªdolos. A todos menos a uno, Karim Benzema. El franc¨¦s era una de las grandes atracciones de la tarde y uno de los que m¨¢s expectaci¨®n generaba. En su peor momento desde que lleg¨® al club en el verano de 2009, una sonora pitada en la derrota frente al Barcelona (0-3) fue el ¨²ltimo encontronazo entre el delantero y la hinchada. Su recibimiento ayer, por el grader¨ªo menos exigente que puede encontrarse, se antojaba como uno de los momentos m¨¢s interesantes. No pudo ser. Unas molestias que el club no especific¨® le obligaron a ejercitarse en solitario en el interior de las instalaciones.
El primero en aparecer por el tapete fue Zinedine Zidane. El t¨¦cnico, gorra Adidas en la cabeza, lider¨® al grupo, que desfil¨® entre los aplausos y jaleos de un madridismo ansioso de ver a los suyos y los cinco trofeos conseguidos en este 2017, que presidieron la ¨²ltima aparici¨®n p¨²blica del a?o. A cinco d¨ªas de regresar a la competici¨®n en Soria con la ida de los octavos de la Copa ante el Numancia, no exigi¨® mucho el t¨¦cnico a sus pupilos, entre los que se alist¨® un invitado especial como observador, Enzo Vieira, el hijo de Marcelo. Revolote¨® el peque?o, integrante del Benjamin blanco, junto a Luis Llopis, el entrenador de porteros. Tambi¨¦n estuvo Luca Zidane, que realiz¨® parte del entrenamiento junto al grupo mientras ultima la fase final de la recuperaci¨®n tras ser operado a principios de noviembre de una fractura en el hombro.
Poca o ninguna chicha hubo sobre el campo en una sesi¨®n ligera que se le prolong¨® aproximadamente una hora. Comenzaron los blancos con una suave carrera continua alrededor del campo; a continuaci¨®n un par de rondos y dos ejercicios de presi¨®n y posesi¨®n y como plato estrella de la tarde un partidillo de 11 contra 11 a mitad de campo. La pachanga acab¨® en empate y los jugadores regalaron a la afici¨®n unos penaltis como postre.
Despu¨¦s, lo gordo. Avalancha hacia las primeras filas y lo que sea por llevarse alg¨²n recuerdo. El bot¨ªn no fue muy grande, balones, aut¨®grafos y algunas sudaderas y camisetas de entrenamiento que les regalaron sus ¨ªdolos. "Esa ya es para guardar, ?eh?", le dec¨ªa un padre a su hija, que no paraba de presumir de las firmas en la prenda. La jornada festiva del Madrid dej¨® muchas sonrisas y alguna que otra l¨¢grima.
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