Simeone: ¡°La expulsi¨®n de Diego Costa est¨¢ bien¡±
El t¨¦cnico del Atl¨¦tico lamenta la roja al delantero por celebrar el gol con los aficionados y asegura que su reacci¨®n fue la l¨®gica al tratarse de un momento ¡°muy emotivo¡±
Despu¨¦s de terminar el calentamiento previo al partido, Diego Costa se adentr¨® en las tripas del Wanda Metropolitano por el t¨²nel de vestuarios. Alrededor decenas de manos esperaban un golpeo, muy al estilo de la NBA. Pero el hispano-brasile?o, titular por primera vez desde su regreso al Atl¨¦tico, en su primera vez en el nuevo estadio, no levant¨® la mirada del hormig¨®n del suelo. Llevaba los brazos en jarra como si cargase con el peso de la responsabilidad de saberse un regalo de Reyes, y el d¨ªa, gris, lluvioso y oscuro, y le obligase a iluminarlo. Pero Costa tiene poco de sol y mucho de tormenta.
Hay que tener en cuenta que llega tras seis meses sin jugar..."
Empezado el partido Djen¨¦ apenas le permiti¨® moverse. El togol¨¦s fue una sombra constante, un incordio f¨ªsico permanente para un jugador como Costa, que se mueve como un tanque, sin mirar alrededor. Apenas una dejada de cabeza para Griezmann en la primera mitad fue todo lo que hizo el de Lagarto, al que se le ve¨ªa moverse entre la defensa del Getafe como si tuviese una barra de futbol¨ªn atraves¨¢ndole la cintura. Ni una r¨¦plica desde la distancia del Cholo, m¨¢s pendiente del centro del campo, la l¨ªnea en la que todo comienza. Y en el Atl¨¦tico las propuestas se formulaban despacio, a lo que el Getafe respond¨ªa con la calma que da ve la pizarra de frente.
El gol de Correa allan¨® el camino para los rojiblancos pero si acaso agrand¨® las ansias de un Costa que empez¨® a enzarzarse con Cala con demasiada asiduidad. Sin embargo, fue tras un codazo a Djen¨¦ cuando vio la tarjeta amarilla. Una miga que acabar¨ªa convirti¨¦ndose en pan en el momento m¨¢s inesperado.
Tras un gran centro de Vrsaljko desde el costado derecho Costa hizo lo que se le pide a todo delantero centro, ganar el espacio necesario para que el remate m¨¢s sencillo sirva para enviar el bal¨®n al fondo de la porter¨ªa. Y eso hizo. Y tanta alegr¨ªa sinti¨® que fue a celebrar su gol con la grada, esa que le observa con incredulidad todav¨ªa. Pero la escena, rom¨¢ntica incluso, deriv¨® en la segunda amarilla y la consiguiente expulsi¨®n del delantero. La incredulidad hab¨ªa cambiado de bando. Aunque no fue solo suya. ¡°No sab¨ªa que celebrar el gol as¨ª era roja¡±, confeso tras el encuentro Correa. Costa abandon¨® el campo por el t¨²nel, pero este vez en lugar de mirar al suelo lo hac¨ªa al cielo. ¡°Si la regla es as¨ª, la amarilla es justa. La expulsi¨®n est¨¢ bien¡±, lament¨® Simeone. ¡°Lo que est¨¢ claro es que tras la expulsi¨®n de Costa el partido fue otro¡±, a?adi¨®.
Sin embargo, y a pesar de la capacidad del argentino para intentar no decir lo que le pide el cuerpo, valorando el trabajo de Costa se le escap¨® algo. ¡°Hay que tener en cuenta que llega tras seis meses sin jugar, vuelve a su club, a un nuevo estadio, marca un gol y es normal que quiera celebrarlo con los aficionados. Es un momento muy emocional¡±, describi¨® Simeone.
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