Messi se queda en casi
El argentino, epicentro del ataque del Barcelona, se enreda en el remate hasta el punto de que tambi¨¦n falla un penalti
Diego L¨®pez le desafi¨® con los ojos pero se encontr¨® con el vac¨ªo porque Messi ten¨ªa la cabeza gacha, quiz¨¢ para no dar pistas, quiz¨¢ porque los retos no van con. Desde que empez¨® a jugar a f¨²tbol su gran desaf¨ªo ha sido superarse a s¨ª mismo ya que nunca hubo uno mejor que ¨¦l. Pero aunque no se llev¨® la batalla de las miradas, Diego L¨®pez venci¨® la guerra porque de inicio aguant¨® unas d¨¦cimas de segundo para ver por d¨®nde ejecutaba el argentino el penalti, para tirarse raudo hacia su izquierda y despejar con la manopla el gol cantado. Todo un ¨¦xito del guardameta, capaz de negarle a Leo el pan de cada d¨ªa: el gol. Ocurre, sin embargo, que no era la noche del 10.
Messi ya empez¨® a pie cambiado porque Valverde dio descanso a Luis Su¨¢rez, su gran compinche en los calentamientos como en su d¨ªa lo fue Alves y despu¨¦s Neymar. As¨ª que Messi escogi¨® a Paulinho ¡ªmuestra de lo bien que ha encajado el brasile?o en el vestuario¡ª para dar los pases, para ponerse a tono antes de que el colegiado inflara los mofletes para indicar el inicio del encuentro.
Sucedi¨® que a Messi no le sal¨ªan las cosas. O, mejor dicho, le sal¨ªa de todo menos el remate, exigencia m¨¢xima del f¨²tbol. Descontaba con sus esl¨¢lones a cuantos le sal¨ªan al paso y en un par de ocasiones logr¨® plantarse en el balc¨®n del ¨¢rea para soltar su latigazo. Uno se estamp¨® en la mara?a de piernas rivales que poblaba el ¨¢rea; el otro lo absorbi¨® sin apuros Diego L¨®pez al tiempo inici¨® una bronca monumental porque ya hab¨ªan hablado que al 10 no se le daba ni agua, ni medio metro. La idea de Quique S¨¢nchez Flores para frenar a La Pulga no fue novedosa como pudo ser el mediocentro de pega que pon¨ªa en su d¨ªa Pochettino, el central adelantado como prob¨® Ancelotti con Sergio Ramos o el marcaje al hombre que le hizo Maffeo en el ¨²ltimo envite frente al Girona. El Espanyol simplific¨® la tarea; a Messi lo cog¨ªa el central que estuviera m¨¢s cercano y en caso de que bajara a recibir, era Fuego el que desatend¨ªa a su marca para hacerle el dos contra uno. Les sali¨® a medias, pero el portero blanquiazul complet¨® la faena.
Ni a bal¨®n parado
Y eso que el ataque del Barcelona, casi siempre en est¨¢tico porque el Espanyol no se daba muchas alegr¨ªas en campo ajeno, siempre pasaba por las botas de un Messi que debi¨® acabar el duelo con alg¨²n morat¨®n de m¨¢s. ¡°Un encuentro agresivo sin ser violento¡±, repet¨ªan desde el Espanyol como advertencia de lo que ocurrir¨ªa en el estadio perico.Y a Leo le cazaron unas cuantas veces, solo sancionado Aar¨®n por una zancadilla a destiempo, por una falta t¨¢ctica. Pero ni esa ni las otras dos que chut¨® desde la frontal fueron atinadas, toda vez que una se fue a las nubes y las otras dos, a la barrera. Curiosamente, el 10 tambi¨¦n debi¨® ver una cartulina cuando cort¨® una contra de Moreno, pero el colegiado hizo la vista gorda.
Anulado en la definici¨®n, Messi prob¨® con el reparto de caramelos. Como ese que le dio a Paulinho, que trat¨® de prolongarlo con un chut de puntera pero que todav¨ªa sigue sin saber con qu¨¦ superficie del pie la impact¨® porque el cuero casi se marcha por la l¨ªnea de banda. O como ese para Aleix Vidal, que por un mil¨ªmetro no le lleg¨® para dejarle mano a mano con el portero, finalmente despejado por Naldo.
No hab¨ªa tut¨ªa pero Messi no pensaba sacar la bandera blanca porque nunca lo hizo. As¨ª que tras sacar una falta lateral y recibir el rechazo, baj¨® la pelota con el pecho y solt¨® una volea con la zurda que Diego L¨®pez, de nuevo, logr¨® desbaratar. Era un cuento sin fin hasta que Granero pis¨® a Sergi Roberto en el ¨¢rea. Pero el portero se llev¨® el triunfo (validado tambi¨¦n por el gol de Melendo) a falta del pr¨®logo del Camp Nou.
Insultos a Piqu¨¦ y lanzamiento de objetos a Cillessen
Fue en la segunda parte tras un chut desviado del Espanyol. Cillessen, portero del Bar?a, fue a buscar el bal¨®n extraviado y de camino se llev¨® un pelotazo en la cara ¡ªpareci¨® ser una
Quedaba por ver el acta colegial para saber si Ricardo de Burgos Bengoetxea al menos lo redact¨®, del mismo modo que tambi¨¦n se aguardaba para saber qu¨¦ pone sobre los repetidos insultos a Piqu¨¦. Pero el ¨¢rbitro no puso nada al respecto y s¨ª que escribi¨® sobre un silbato que molestaba ¡°pero no tuvo incidencia en el juego¡± desde la grada blanquiazul.
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