El Ly¨®n descubre los problemas del PSG
Sin Neymar, de baja, la plantilla m¨¢s rica de Europa no acaba de cuajar en un gran equipo, a la vista del sufrimiento que le impone la visita al segundo clasificado de Francia
No sabemos lo que son los equipos hasta que se confrontan con sus verdaderos rivales. El Dijon no es rival del PSG. Ni el Toulouse, ni el Angers, ni el Amiens, ni siquiera el Caen. La Liga francesa no es un laboratorio exactamente fiable para calibrar la envergadura real del PSG, la reuni¨®n de futbolistas m¨¢s majestuosa de la temporada. Pero se puede decir que el Olympique de Ly¨®n s¨ª sirve de herramienta.
Dos choques en menos de diez minutos, uno contra Lopes, otro contra Aouar, dejaron a Kylian Mbapp¨¦ chorreando sangre, con una brecha en la cabeza, tendido inm¨®vil como un durmiente sobre la hierba del ¨¢rea, antes de que lo retiraran los m¨¦dicos en camilla. Fue antes del descanso del partido que enfrent¨® al Ly¨®n contra el PSG y reflej¨® la dureza de una velada agotadora. Revelaci¨®n de la tensi¨®n interna que experimenta la plantilla m¨¢s cara de Europa por cuajar un estilo, un orden, un patr¨®n de juego que encauce su evidente talento. No parece hallarlo y la angustia crece con el transcurso de los d¨ªas en los despachos y en el vestuario. Se agota el tiempo. El 14 de febrero espera el Real Madrid en el Bernab¨¦u. Se aproxima el d¨ªa clave para constatar la viabilidad del proyecto m¨¢s ambicioso emprendido en el f¨²tbol mundial en el ¨²ltimo lustro y, de momento, la apariencia es de obra inacabada. En Ly¨®n, el PSG cay¨® con estr¨¦pito (2-1).
El PSG tiene problemas. Las dificultades para constituirse en un equipo competitivo se ponen de manifiesto en los contrastes relevantes como el de Ly¨®n, segundo clasificado a ocho puntos. No fue la primera vez. En Marsella (2-2) se evidenciaron dificultades en las transiciones y en Nantes padeci¨® hasta el final para arrancar tres puntos (0-1). En Ly¨®n se unieron el mal juego a los accidentes. La lesi¨®n de Mbapp¨¦, estampado contra Lopes cuando persegu¨ªa un env¨ªo frontal de Verratti, y la expulsi¨®n de Alves por encararse con el ¨¢rbitro sin venir a cuento, fueron manifestaciones de destemplanza. La clase de circunstancias que acompa?an a los equipos con grandes jugadores cuando se sienten frustrados.
Fekir de falta directa atorment¨® a los visitantes con su gol en el minuto dos. Obligados a atacar espacios comprimidos por una presi¨®n agobiante, los jugadores del PSG no encontraron salida interior. Los Celso, Verratti y Rabiot no mezclaron bien en el mediocampo, ni para atacar ni para defender. Puestos a buscar el pase filtrado, o el toque r¨¢pido, no se encontraron entre s¨ª ni descubrieron m¨¢s colaboraci¨®n por delante que los desmarques de Mbapp¨¦ mientras estuvo en la cancha. Di Mar¨ªa nunca se caracteriz¨® por su lucidez entre l¨ªneas y Cavani qued¨® aislado entre los centrales rivales. La a?oranza de Neymar se hizo inevitable en esta penuria. Pero el brasile?o se hab¨ªa quedado en Par¨ªs recuper¨¢ndose de unas molestias musculares.
Neymar tampoco acudi¨® a Nantes hace una semana y el club aleg¨® que sufr¨ªa dolores costales. Regres¨® en el Parque de los Pr¨ªncipes para enfrentar al Dijon ¡ªel equipo m¨¢s goleado de la Ligue 1¡ª y participar en un 8-0 celebrad¨ªsimo por L'Equipe. Pero la verdadera prueba esperaba en Ly¨®n. All¨ª el PSG se vio en un aprieto grav¨ªsimo.
Solo Alves y Kurzawa brindaron cierta profundidad al juego del PSG. No fue casual que Kurzawa metiera el 1-1 a pase de Alves, antes del descanso. Pero la reanudaci¨®n no alivi¨® la situaci¨®n. Lanzado por un Ndombel¨¦ ubicuo, exuberante y atrevido, t¨ªpico volante franc¨¦s, el Ly¨®n percuti¨® sin sutileza pero con gran vigor sobre un rival incapaz de salir jugando con claridad. El gol de Depay desde fuera del ¨¢rea puso las cosas en su sitio. Lo Celso, encajado con calzador en el mediocentro, no lleg¨® a la cobertura.
La segunda derrota del l¨ªder de Francia en el campeonato se produjo por decantaci¨®n. La baja de Neymar, la lesi¨®n de Mbapp¨¦, o la expulsi¨®n de Alves, m¨¢s que justificaciones, parecen s¨ªntomas. El juego del PSG no est¨¢ a la altura de sus jugadores.
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