Guardiola busca un ¡®Puyol¡¯ en Laporte
El Manchester City, el club que m¨¢s ha invertido en marcadores en la historia del f¨²tbol, ficha al central del Athletic por 70 millones para mejorar la transici¨®n de ataque a defensa
Hay dos clases de defensas. Aquellos que se distinguen por el sentido t¨¢ctico, la elasticidad y la finura en el manejo de bal¨®n; y aquellos que, menos acad¨¦micos, destacan por una naturaleza salvaje que les impulsa a atacar a los delanteros a la m¨ªnima oportunidad de anticipaci¨®n, cosa que perciben con una especie de olfato. Un prestigioso analista de la Premier califica a estos ¨²ltimos de "defensas puyolianos", porque de alg¨²n modo representan la herencia de Carles Puyol. El fiero Aymeric Laporte, fichado por el Manchester City a cambio de 70 millones de euros para el Athletic, es el t¨ªpico anticipador cong¨¦nito.
Aparentemente se trata de una operaci¨®n contradictoria. En realidad forma parte de una estrategia. El City, el club que m¨¢s empe?o ha puesto en tener el bal¨®n en campo contrario, es el que m¨¢s dinero ha dedicado a comprar defensas. El fichaje de Laporte convierte al franc¨¦s de 23 a?os en el segundo defensa m¨¢s caro de todos los tiempos y eleva la inversi¨®n en marcadores en el club ingl¨¦s a cerca de 370 millones de euros desde 2016. Un hecho ins¨®lito en la historia del f¨²tbol.
Obsesionado por llevar la iniciativa, Pep Guardiola, el entrenador del City, alcanz¨® el convencimiento de que el control del bal¨®n no es la ¨²nica v¨ªa de perfeccionamiento del ataque. Ante rivales como el Liverpool o el United, que basan su t¨¢ctica en cerrarse, presionar y contragolpear, el control del juego pasa por optimizar las transiciones: de ataque a defensa y de defensa a ataque.
Los defensas m¨¢s caros de la historia
1. Virgil van Dijk (Liverpool), 78,8 millones de euros.
2. Aymeric Laporte (City), 70 millones de euros.
3. Benjamin Mendy (City), 57,5 millones de euros.
4. Kyle Walker (City), 51 millones de euros.
5. David Luiz (PSG), 49,5 millones de euros.
6. Rio Ferdinand (Manchester United), 46 millones de euros.
7. Nicol¨¢s Otamendi (City), 44,6 millones de euros.
8. Leonardo Bonucci (Milan), 42 millones de euros.
9. Thiago Silva (PSG), 42 millones de euros.
10. Lilian Thuram (Juventus), 41,5 millones de euros.
Eduard Fortet, director t¨¦cnico del grupo de entrenadores MBP, con sede junto al Camp Nou, no lo duda: ¡°Guardiola quiere a Laporte porque est¨¢ trabajando la defensa del espacio; lo vemos en Otamendi. Otamendi no tiene tantas cualidades con el bal¨®n pero es muy bueno en el timming para reducir espacios hacia adelante, es r¨¢pido en espacios cortos, y bueno en el uno contra uno. Laporte tampoco destaca en la fase ofensiva. Guardiola lo ficha pensando que ya no controla el juego el que tiene la posesi¨®n sino el que gestiona mejor las transiciones y los espacios¡±.
El t¨¦cnico que caracteriz¨® su obra por trasladar el eje del juego al mediocampo ¡ªdonde el ¨¦nfasis lo pone la acumulaci¨®n de jugadores que pueden maniobrar en 360 grados¡ª ha dirigido la inversi¨®n en fichajes hacia la zaga. Desde 2015 el director deportivo del City, Txiki Beguiristain, ha contratado atacantes por valor de 160 millones de euros, mediocampistas e interiores por 180 millones, y defensas por 370 millones, en cifras aproximadas. Mendy (57 millones), Stones (55), Walker (51) y Laporte (70), cuatro de los cinco defensas m¨¢s caros de la historia, se suman a Otamendi (44 millones), Mangala (30), Danilo (30) y Delph (12).
Dijo Menotti en 2010 que el inter¨¦s de Guardiola en armar las jugadas desde atr¨¢s con los defensas centrales obedec¨ªa a una din¨¢mica muy l¨®gica: ¡°Lo que empieza mal no puede acabar bien¡±.
El adagio menottiano no encaja exactamente en este City de 2018. Que Laporte y Otamendi se constituyan en la pareja de centrales no habla tanto de un alarde de refinamiento en la primera entrega del bal¨®n como de la intenci¨®n de asegurar que las p¨¦rdidas sean lo m¨¢s ef¨ªmeras posibles. Consciente de que el destino de su propuesta futbol¨ªstica depende del instante que sobreviene a la p¨¦rdida de la pelota, Guardiola concentra su esfuerzo en buscar soluciones r¨¢pidas que corten de ra¨ªz los contragolpes del rival. De ah¨ª la necesidad de un vigilante que no pierda el duelo con el delantero rival cuando el equipo se encuentre volcado en el ataque y la zaga permanezca en inferioridad. Alguien con el sentido de la anticipaci¨®n muy agudizado. Un especialista como Laporte capaz de apagar el fuego antes de que se desate el incendio.
Lo confes¨® Guardiola en uno de sus m¨²ltiples intentos por reforzar la moral del sofocado John Stones: ¡°Yo adoro a los t¨ªos como Stones. Porque no es f¨¢cil ser defensa central conmigo. Tienes que defender a 40 metros de tu porter¨ªa y salir construyendo la jugada. En otros equipos los centrales solo tienen que meterse en su ¨¢rea a despejar balones de cabeza y a jugar en largo (¡). En el City los errores de un defensa lo ponen en evidencia porque son muy dif¨ªciles de solucionar¡±.
La situaci¨®n m¨¢s peligrosa para el City es la m¨¢s frecuente durante sus partidos. Sucede cuando el equipo tiene la posesi¨®n en campo contrario y los interiores, los laterales y los extremos se van sumando a las maniobras dejando a los centrales solos a medio camino entre el borde del ¨¢rea y el c¨ªrculo central. Dos hombres para vigilar a uno o dos atacantes descolgados. Dos islotes expuestos a que el rival presione, robe la pelota y les meta un pase a la espalda. En caso de crisis, el margen para actuar no es de m¨¢s de un par de segundos. Stones, que es bueno t¨¦cnicamente, suele reaccionar demasiado tarde ante el desborde. Laporte, un marcador del mont¨®n cuando juega metido en su ¨¢rea, brilla en campo abierto gracias a su demarraje.
En el segundo decisivo de la transici¨®n de ataque a defensa, all¨ª donde la mayor¨ªa sufren para ponerse en marcha, Laporte impone una arrancada inmediata. La tracci¨®n de sus zancadas imprime a sus primeros pasos una potencia diferencial. Mide m¨¢s de 1,90 y emplea el cuerpo de modo que se interpone en la l¨ªnea de carrera de los contrarios con facilidad. Decidido como parece, no es raro que sus duelos se salden con la m¨¢s provechosa de las victorias: intimida tanto a los delanteros en el primer instante del ataque que muchos de ellos se inhiben antes de luchar.
Laporte no es Beckenbauer. Pero tiene cierto parecido con Puyol. Si demuestra el mismo car¨¢cter, el City se convertir¨¢ en el due?o de la pelota.
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