El Baskonia gana a Unicaja con suspense tras un recital de triples
Resolvi¨® la victoria frente al conjunto andaluz bajo el aro despu¨¦s de anotar 17 de 34 lanzamientos de tres
Un partido trepidante ten¨ªa que tener un final trepidante, inesperado en la forma, y con las secuencias adecuadas para dudar el mayordomo, del ch¨®fer, del arist¨®crata y del cocinero como autor del crimen Y el autor final fue Timma. El let¨®n tuvo el honor de lanzar el ¨²ltimo cuchillo que rompi¨® la redecilla del aro. Y lo hizo siendo infiel a su estilo, bajo el aro y no desde fuera del arco donde habita a menudo y desde donde hab¨ªa marcado a Unicaja, junto a Granger, a triples cuchillos que se clavaban uno tras otro sin soluci¨®n de continuidad. Pero al puro estilo de La Codorniz, la gran revista sat¨ªrica, a Timma y al Baskonia le toc¨® temblar antes de haber re¨ªdo. A menos de medio minuto, con 81-83, D¨ªaz hace personal a Granger que no implica tiro. Se supone que en la siguiente jugada, tras un tiempo muerto, volver¨¢ a cometer personal, pero al Baskonia se le hiela la sangre cuando el joven base le roba en un dos contra uno el bal¨®n al base uruguayo. Canasta y empate a 83. Otra vez el s¨ªndrome del ahogado en la orilla que flota en la mente del Baskonia que suma ya demasiadas decepciones en los ¨²ltimos instantes. Y la playa que se acerca al Unicaja invit¨¢ndole a surfear el marcador. Pero Timma resuelve el entuerto y le otorga la victoria al Baskonia rompiendo una mala racha de derrotas que aquejaban su autoestima.
Ah¨ª gan¨® el partido en el marcador el Baskonia, pero en realidad lo gan¨® jugando lejos del aro, una vez se repuso de una primera mitad de primer cuarto descorazonadora a la vez que ilusionante para Unicaja. El rebote era del equipo de Joan Plaza, la calidad la pon¨ªan McCallum y Nedovic, un jugador que parece un gusano de seda por la suavidad con la que se maneja sobre el parqu¨¦, m¨¢s propio del ballet que del deporte. Mccallum a?ade fortaleza y velocidad a un estilo similar al de su compa?ero serbio. Con el apoyo de Augustine, arrinconaron al Baskonia, hasta que consigui¨®, poco a poco corregir el rebote y resumir a una desventaja de dos puntos los da?os al t¨¦rmino del primer cuarto. Cuando ambos se fueron a banquillo coincidi¨® el desgaste del Unicaja y el resurgir del Baskonia impulsado por Garino, esta vez m¨¢s aplicado en ataque.
UNICAJA: 83-BASKONIA: 85
Unicaja: McCallum (11), Nedovic (19), Milosavljevic (3), Brooks (7), Augustine (6) -quinteto inicial- Soluade (0), Alberto D¨ªaz (9), Shermadini (12), Waczynski (9), Su¨¢rez (7) y Salin(0)
Baskonia: Huertas (0), Beaubois (10), Timma (17), Jones (9), Poirier (0), -quinteto inicial- Shengelia (13), Voigthmann (9), Vildoza (2), Granger (14), Janning (6), Garino (5) y Diop (0).
?rbitros: Paternico (Italia), Mojulkoc (Turqu?ia) y Koljensic (Montenegro)
6.528 espectadores en el Mart¨ªn Carpena
Y lleg¨® la tormenta llamada Jayson Granger que fue encadenando triples, uno, dos, tres, cuatro, y contagiando a sus alica¨ªdos tiradores, ahora Timma, ahora Jonnes, Vildoza, Voigthmann, Beaubois (a pesar de su despiste general), un reguero de triples que se le clavaban al Uniaja en el alma, empe?ado en intercambiar canastas con una desigualdad manifiesta. 4 de 25 tiros de tres convirti¨® en todo el partido el equipo andaluz por 17 de 34 del equipo vasco. Demasiada diferencia que, sin embargo, Unicaja consigui¨® ir recomponiendo gracias a sus dos figuras y al trabajo de Shermadini, el otro georgiano del partido, capaz de dominar bajo el aro a sus defensores Voigthmann y su compatriota Shengelia (muy desangelado).
Los triples eran como cuchillos afilados, pero Unicaja resisti¨® hasta llegar al suspense final, a la resoluci¨®n de un caso que ten¨ªa algo de misterioso pero que al final evit¨® la sorpresa. No parec¨ªa que con los n¨²meros parciales en la mano y el desarrollo el encuentro el Baskonia pudiera perder, pero tampoco parec¨ªa que el talento del Unicaja le augurase un mal destino. Pero fue un final tan emotivo como cotidiano. Esta vez el Baskonia lleg¨® a la orilla por su propio pie. Y de tres en tres zancadas.
Un partido trepidante ten¨ªa que tener un final trepidante, inesperado en la forma, y con las secuencias adecuadas para dudar el mayordomo, del ch¨®fer, del arist¨®crata y del cocinero como autor del crimen Y el autor final fue Timma. El let¨®n tuvo el honor de lanzar el ¨²ltimo cuchillo que rompi¨® la redecilla del aro. Y lo hizo siendo infiel a su estilo, bajo el aro y no desde fuera del arco donde habita a menudo y desde donde hab¨ªa marcado a Unicaja, junto a Granger, a triples cuchillos que se clavaban uno tras otro sin soluci¨®n de continuidad. Pero al puro estilo de La Codorniz, la gran revista sat¨ªrica, a Timma y al Baskonia le toc¨® temblar antes de haber re¨ªdo. A menos de medio minuto, con 81-83, D¨ªaz hace personal a Granger que no implica tiro. Se supone que en la siguiente jugada, tras un tiempo muerto, volver¨¢ a cometer personal, pero al Baskonia se le hiela la sangre cuando el joven base le roba en un dos contra uno el bal¨®n al base uruguayo. Canasta y empate a 83. Otra vez el s¨ªndrome del ahogado en la orilla que flota en la mente del Baskonia que suma ya demasiadas decepciones en los ¨²ltimos instantes. Y la playa que se acerca al Unicaja invit¨¢ndole a surfear el marcador. Pero Timma resuelve el entuerto y le otorga la victoria al Baskonia rompiendo una mala racha de derrotas que aquejaban su autoestima.
Ah¨ª gan¨® el partido en el marcador el Baskonia, pero en realidad lo gan¨® jugando lejos del aro, una vez se repuso de una primera mitad el primer cuarto descorazonadora a la vez que ilusionante para Unicaja. El rebote era del equipo de Joan Plaza, la calidad la pon¨ªan Mccallum y Nedovic, un jugador que parece un gusano de seda por la suavidad con la que se maneja sobre el parqu¨¦, m¨¢s propio del ballet que del deporte. Mccallum a?ade fortaleza y velocidad a un estilo similar al de su compa?ero serbio. Con el apoyo de Augustine, arrinconaron al Baskonia, hasta que consigui¨®, poco a poco corregir el rebote y resumir a una desventaja de dos puntos los da?os al t¨¦rmino del primer cuarto. Cuando ambos se fueron a banquillo coincidi¨® el desgaste del Unicaja y el resurgir del Baskonia impulsado por Garino, esta vez m¨¢s aplicado en ataque.
Y lleg¨® la tormenta llamada Jayson Granger que fue encadenando triples, uno, dos, tres, cuatro, y contagiando a sus alica¨ªdos tiradores, ahora Timma, ahora Jonnes, Vildoza, Voigthmann, Beaubois (a pesar e su despiste general), un reguero de triples que se le clavaban al Uniaja en el alma, empe?ado en intercambiar canastas con una desigualdad manifiesta. 4 de 25 tiros de tres convirti¨® en todo el partido el equipo andaluz por 17 de 34 del equipo vasco. Demasiada diferencia que, sin embargo, Unicaja consigui¨® ir recomponiendo gracias a sus dos figuras y al trabajo de Shermadini, el otr georgiano del partido, capaz de dominar bajo el aro a sus defensores Voigthmann y su compatriota Shengelia (muy desangelado).
Los triples eran como cuchillos afilados, pero Unicaja resisti¨® hasta llegar al suspense final, a la resoluci¨®n de un caso que ten¨ªa algo de misterioso pero que al final evit¨® la sorpresa. No parec¨ªa que con los n¨²meros parciales en la mano y el desarrollo el encuentro el Baskonia pudiera perder, pero tampoco parec¨ªa que el talento del Unicaja le augurase un mal destino. Pero fue un final tan emotivo como cotidiano. Esta vez el Baskonia lleg¨® a la orilla por su propio pie. Y de tres en tres zancadas.
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