El Deportivo se da otro tiro en el pie
El Levante iguala una desventaja de dos goles ante un rival que jug¨® una hora con diez hombres y desperdici¨® la oportunidad de abandonar los puestos de descenso
Cada fin de semana, casi con pasmosa regularidad, el Deportivo se empe?a en pegarse disparos en el pie y engrosar un agujero por el que se despe?e a Segunda Divisi¨®n. El gatillo se aprieta de las maneras m¨¢s variadas. El cat¨¢logo de errores de los guardametas es sobresaliente, el de las desatenciones defensivas tambi¨¦n, el de las err¨¢ticas decisiones en todos los ¨¢mbitos que tengan que ver con lo futbol¨ªsico ya desborda. En esta oportunidad se complic¨® con una expulsi¨®n que le oblig¨® a jugar en inferioridad num¨¦rica una hora de partido, que le impidi¨® ganar un partido que debi¨® ser suyo ante un rival que, como poco, es igual que d¨¦bil y le enjug¨® una ventaja de dos goles en los ¨²ltimos minutos. No ganan ni Deportivo ni Levante, que lo dieron todo en el campo. Y eso no es una buena noticia para ambos. Quiz¨¢s no tengan m¨¢s o no sepan como mostrarlo.
El Deportivo sigue en puesto de descenso y el Levante evita caer a ellos a pesar de que ha ganado apenas un partido de los ¨²ltimos 16 que ha jugado y ya suma nueve semanas sin ganar. Tuvo el triunfo en la mano, pero tambi¨¦n la derrota. Qued¨® claro que estamos ante dos equipos que viven en la penalidad y la frustraci¨®n. Tambi¨¦n en el miedo. Todo eso pes¨® en el nudo y el desenlance de un partido gris. Incide tambi¨¦n la exigencia de la clasificaci¨®n, la ausencia de alegr¨ªas que paraliza piernas e ideas. El estado de nervios, al que nadie es ajeno, se resumi¨® en un par de detalles en el amanecer del partido, que naci¨® con el Levante dominador. Mientras el Deportivo le persigui¨® la grada lo contempl¨® con expectaci¨®n; en cuanto trat¨® de afianzarse con la pelota y juntar dos pases, aunque fuesen inocuos, brotaron algunos silbidos. La gente no est¨¢ para frusler¨ªas en Riazor y los futbolistas de Crist¨®bal Parralo tuvieron que manejarse bajo esa presi¨®n, la que se han ganado por otra parte. V¨ªctima de sus propios errores, el Deportivo trata ahora de avanzar sobre el alambre para encontrar refugio.
El premio le lleg¨® casi sin buscarlo, mientras se tentaba los ropajes para percibir que vestimenta llevaba. Cuando trataba de desatarse brot¨® una acci¨®n a bal¨®n parado que Lucas P¨¦rez puso en el ¨¢rea y en la que medio Levante se trag¨® el enga?o, un se?uelo al primer palo que vaci¨® la boca de gol para que cabecease Adri¨¢n a la red. La respuesta del Levante fue la com¨²n en los equipos del fondo de la tabla: palideci¨®. Pero encontr¨® quien le reanimase.
¡°Esto solo nos pasa a nosotros, han faltado los huevos. Nos ha dado cagalera¡±, dijo Andone nada m¨¢s acabar el? partido. Luego pidi¨® disculpas
Borges evolucionaba desde una de las primeras jugadas del partido con una tarjeta amarilla porque tras un mal control se vio obligado a sujetar a un rival que se lanzaba hacia la meta. A¨²n as¨ª no dej¨® de asumir uno de sus roles en el equipo, el de la disputa de los balones a¨¦reos en los saques largos de los porteros. Quiz¨¢s fue un riesgo mal medido ante una acci¨®n sobre el foco arbitral porque en una de esas lizas, apenas superada la media hora de juego, abri¨® los brazos de manera sospechosa ante Jason, un futbolista de menos envergadura, y se fue a la caseta por doble amonestaci¨®n.
Ah¨ª estaba la bala que tanto emplea el Deportivo. Ya hab¨ªa tenido que realizar un cambio porque Sidnei not¨® una molestia muscular en una carrera y dej¨® su sitio al debutante B¨®veda. Y la ausencia de Borges, pilar en mediocampo, le obligaba a reconstruir el equipo, conformado de nuevo con un tridente en ataque. A Crist¨®bal Parralo le sobr¨® entonces Lucas P¨¦rez, que no es poco sobrar. Ten¨ªa otras opciones, por ejemplo la de retirar a Adri¨¢n o Andone, pero no estamos ante un t¨¦cnico al que le tiemble el pulso ante la her¨¢ldica de los futbolistas que dirige. En uno de las citas m¨¢s decisivas de la temporada, Lucas se fue al vestuario antes del descanso para que en aras del equilibrio entrase Valverde, un futbolista con pulmones. Al poco Andone marc¨® el segundo gol para el Deportivo tras un buen pase de Carles Gil.
El partido se hab¨ªa puesto all¨ª donde Andone se siente c¨®modo, en la disputa, en el cuerpeo, el choque y la carrera, en el galope generoso en la ida y la vuelta para molestar a cualquiera que llevase un escudo del rival y estirar a su equipo. Necesitaba su aliento el Deportivo, abocado a un partido eterno con sus dudas y sus demonios presentes en defensa.
Las decisiones en el Levante llegaron en el descanso. Su entrenador hab¨ªa llenado el campo de centrocampistas para empezar un partido que le llev¨® en direcci¨®n contraria, as¨ª que prescindi¨® de un lateral y un mediocentro para llamar a dos delanteros. Al poco retir¨® a otro mediocentro para darle cancha a Bardhi, un pegador. Tampoco es que se soltase la melena porque hab¨ªa decidido partir sin una referencia fija en la punta. Roger Mart¨ª y Boateng se la dieron y fijaron al Deportivo en su ¨¢rea, constre?ido y sin apenas capacidad para explotar los espacios que le dejaba el rival. Le castigaron dos disparos de Ivi, que emple¨® el interior de su bota derecha para colocar sendos remates en la red y empatar el partido, un palo para el Deportivo, que con el triunfo no solo sal¨ªa del descenso sino que superaba en el golaverage a un rival directo. Al final, tras tanto esfuerzo, tras pelear una hora con uno menos, brotaron los reproches. No estamos en tiempo de comprensiones, ni siquiera de puertas adentro. ¡°Esto solo nos pasa a nosotros, han faltado los huevos y al final se nos escapa habiendo tenido el partido controlado. Nos ha dado cagalera¡±, resumi¨® Andone, que mostr¨® los peligros de situarse ante un micr¨®fono nada m¨¢s acabar el partido sin haber rebajado pulsaciones. A los dos minutos se lo hab¨ªa pensado mejor y le pidi¨® perd¨®n a su entrenador y a sus compa?eros. M¨¢s calmado tras la ducha su compa?ero Adri¨¢n lo glos¨® de otra manera. "Lo tuvimos ah¨ª y nos sabe mal. Hicimos un gran esfuerzo. No hay falta de huevos. Conociendo a Andone seguro que estaba enfadado".
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