Bala¨ªdos contempla unas bellas tablas entre Celta y Espanyol
El cuadro perico frustra en los instantes finales con un gol de Gerard Moreno la remontada local cimentada en la posesi¨®n de la pelota y dos tantos de Maxi G¨®mez
Un magn¨ªfico partido acab¨® en tablas, empataron dos equipos que entendieron el partido de manera opuesta y extrajeron fruto de ello. Celta y Espanyol sumaron tras un carrusel de emociones y alternativas que culminaron con un gol de Gerard Moreno en los instantes finales de partido. As¨ª rescat¨® el Espanyol un punto trabajad¨ªsimo y se le escap¨® al Celta, que jur¨® en arameo con el pitido final porque se vio ganador tras remontar un partido gracias a un despliegue que le dio una posesi¨®n de la pelota durante casi tres cuartas partes del partido. Al final qued¨® claro que el f¨²tbol tiene diferentes caminos para el ¨¦xito.
El Celta tuvo un inicio abrupto, de esos que ponen a prueba la estructura mental de un colectivo. Comenz¨® mand¨®n, con dominio y llegada, con argumentos para someter y encerrar a su rival, pero de manera inopinada sin previo aviso El Espanyol le golpe¨® y muy duro. Marc¨® en su primera conexi¨®n y desnud¨® al Celta, un equipo al que da gusto ver jugar con la pelota en los pies, pero que sufre sin ella porque entre sus virtudes no figura la de la ferocidad. El gol que le puso cuesta arriba el partido delata su blandura, su falta de codicia en los balones divididos incluso en zonas sensibles del campo. A una serie de rechaces en la medular llegaron tarde todos los futbolistas celestes que intentaron oponerse a los del Espanyol. La pelota cay¨® a pies de Gerard Moreno, que no solo opera como goleador sino que engancha. Lo hizo con Leo Baptistao, un especialista en la b¨²squeda y la explotaci¨®n de los espacios que no dud¨® en el mano a mano ante Rub¨¦n Blanco.
El gol asent¨® al Espanyol. Y lo necesitaba. Hab¨ªa comenzado tibio, sin poder asentarse con la pelota, en un bucle perseguidor. Fue a m¨¢s y el partido lo agradeci¨® porque el Celta no perdi¨® el oremus, fue paciente y aplic¨® su plan de juego. Es una delicia ver jugar al equipo que prepara Juan Carlos Unzu¨¦ porque ya no es que tenga las ideas claras y es capaz de exponerlas sino que ese boceto es agradable a la vista del aficionado pelotero. Sus partidos est¨¢n plagados de magn¨ªficos gestos t¨¦cnicos, de controles excelsos, de combinaciones precisas, de golpeos como los de su meta, excepcional en los desplazamientos para dar salida a su equipo por los flancos ante la presi¨®n del rival. Con esas bases, y en cuanto el Espanyol se vino arriba, el partido vir¨® hacia un bello espect¨¢culo.
Le falt¨® pegada, con todo, al equipo perico, que acech¨® a la contra, pero no lleg¨® a culminarlas en los poco m¨¢s de veinte minutos que estuvo en ventaja en el marcador. Era un plus porque bastante ten¨ªa con trabajar para taparse. El Celta construy¨® a un ritmo elevado, junt¨® pases para avanzar metros y que se jugase en campo del rival, que todo pasase all¨ª, las llegadas o las transiciones. El Espanyol minimiz¨® errores, pero acab¨® golpeado por dos conexiones entre Hugo Mallo y Maxi G¨®mez. La primera la detuvo Diego L¨®pez, la segunda acab¨® en la red. En ambas remat¨® el fornido delantero uruguayo de cabeza. Y a¨²n tuvo otro gol, este en sus botas, antes del descanso tras una espectacular conducci¨®n de Iago Aspas y ulterior respuesta del meta espanyolista.
El Celta espes¨® en el descanso. Regres¨® con la misma vocaci¨®n que antes del receso, busc¨® el frenes¨ª, pero no lo encontr¨® porque el Espanyol acert¨® a tapar mejor las bandas, ofreci¨® m¨¢s ayudas por ejemplo a Marc Navarro ante Pione Sisto y detect¨® mejor las subidas de Hugo Mallo por la derecha del ataque celeste. Porque siempre que encontr¨® amplitud hizo da?o el Celta. Por ah¨ª naci¨® ya superada la hora de juego una nueva oportunidad para que Maxi G¨®mez mostrarse de nuevo su testa, para que tambi¨¦n Diego L¨®pez exhibiese su excelente nivel bajo palos, felino, con jerarqu¨ªa. Insisti¨® el Celta, que dirimi¨® todo el partido con una fe inquebrantable. Para entonces ya hab¨ªa dado cancha Quique S¨¢nchez Flores a Sergio Garc¨ªa en sustituci¨®n de Jurado. Con ese movimiento desplaz¨® a Leo Baptistao a la derecha para apoyar en la guerrilla contra Sisto. Mediada la segunda parte le relev¨® por Piatti y reforz¨® el otro costado para que Didac Vil¨¤ trabajase por delante de Aar¨®n.
Quique hizo la lectura que correspond¨ªa. Gast¨® los cambios para tapar la fortaleza del Celta en el partido. A esas alturas el partido ya solo iba en una direcci¨®n, la que se?alaba la porter¨ªa bajo la que estaba el inconmensurable Diego L¨®pez. Y ya estaba Emre Mor sobre el campo. Se le espera, se aguarda por su talento bien pagado por el Celta, que abon¨® 12,5 millones de euros al Borussia Dortmund para incorporarlo. Entr¨® por Pione Sisto con apenas un cuarto de hora para mostrarse y en la primera oportunidad que tuvo realiz¨® una fren¨¦tica conducci¨®n por la banda derecha, ante tres rivales. Sac¨® un centro y encontr¨® a Maxi G¨®mez, que enga?¨® a todos. Parece un tronco, una enorme sequoia, pero en realidad se movi¨® como un junco, se gir¨® sobre s¨ª mismo para sacar un remate que tropez¨® levemente en Aar¨®n para envenenar a Diego L¨®pez.
Todo parec¨ªa escrito, pero Gerard Moreno volvi¨® a gritar que est¨¢ en el mejor momento que se le recuerda. Bast¨® un bal¨®n en largo desde la zaga de V¨ªctor S¨¢nchez, el f¨²tbol directo de toda la vida que tambi¨¦n hay que trabajar y ejecutar, un control y un remate cruzado desde la frontal. Tan f¨¢cil y a la vez tan complicado.
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