Javier Fern¨¢ndez, el genio que no se sospechaba a s¨ª mismo
Me pregunto qu¨¦ pasar¨ªa por su cabeza cuando ve¨ªa la cara de estupefacci¨®n que se nos quedaba a sus compa?eros y su propio profesor
Javi ten¨ªa apenas cinco a?os la primera vez que lo vi. Fue en la pista de Boadilla, en una competici¨®n de promoci¨®n infantil. Patinaba la m¨²sica de Superman con un traje que le hab¨ªa hecho su madre tirando m¨¢s de imaginaci¨®n y de recursos caseros que de talonario. Ese era Javi, un ni?o en apariencia normal, con una familia normal que, con el tiempo, se ha convertido en un tipo capaz de hacer con los patines la clase de cosas que a uno le generan incredulidad, incluso cuando las ve en una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n.
El caso es que cuando comenz¨® a patinar ¨¦l no parec¨ªa ser consciente de las extraordinarias cualidades que ten¨ªa. El patinaje art¨ªstico sobre hielo es un deporte algo complejo t¨¦cnicamente. El medio de uni¨®n entre el hielo y el sujeto es una cuchilla con dos filos de menos de un mil¨ªmetro de grosor, lo cual permite al patinador generar elevados momentos de fuerza angular producto de la velocidad, la inclinaci¨®n y la rotaci¨®n sobre su eje axial. Muy complicado todo. Cada elemento t¨¦cnico, requiere un enorme esfuerzo de aprendizaje por parte de los ¡°patinadores mortales¡±. Generalmente los profesores ense?amos estos elementos a trav¨¦s de determinados gestos secuenciales: paso 1, paso 2, paso 3¡ Y finalmente llega ese d¨ªa so?ado en el que el patinador logra hacer el salto o la pirueta en cuesti¨®n. Javier se saltaba ese recorrido paso a paso. Sin embargo, cuando veo sus cu¨¢druples a c¨¢mara lenta no deja de asombrarme el nivel de perfecci¨®n y excelencia con los que los ejecuta. Nada parece aprendido, todo parece innato.
Para un profesor con tantas limitaciones como yo, Javi era un alumno de esos que te rompen los esquemas. Mientras sus esforzados compa?eros hocicaban una y otra vez, Javi se dedicaba a jugar al pilla-pilla con cualquier patinador que pasara por ah¨ª ¡ªera r¨¢pido como un perdig¨®n, pero con una miop¨ªa galopante, as¨ª que fig¨²rense el peligro que supon¨ªa para s¨ª mismo¡ª. Luego reun¨ªas a todos los alumnos para que salieran uno por uno a ense?arme el pu?etero paso 2, y claro, ¨¦l directamente te hac¨ªa el salto en cuesti¨®n. A¨²n me pregunto qu¨¦ pasar¨ªa por su cabeza cuando ve¨ªa la cara de estupefacci¨®n que se nos quedaba tanto a sus compa?eros como a su propio profesor.
De todos modos, lo que siempre recordar¨¦ de Javi es su mirada, y la de su hermana Laura (tambi¨¦n alumna). Lo que es la gen¨¦tica: ambos eran parcos en palabras pero te miraban con esos enormes ojos y, ?madre m¨ªa!, la sinceridad a veces duele, y otras veces estremece. Gracias, Javi.
Jordi Lafarga es entrenador de patinaje en La Nevera de Majadahonda, el club donde se form¨® Javier Fern¨¢ndez.
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