Al Bar?a no le sale el ¡®once¡¯

El Bar?a vive a¨²n de la fotograf¨ªa de la final de Berl¨ªn, de un equipo que se mantiene en pie pero que se estira como un chicle porque no es sencillo relevar a futbolistas que entienden y practican un f¨²tbol determinado, un juego tan particular como el azulgrana. En esa final de la Champions de 2015, en la que se impusieron a la Juventus, estaban los mismos futbolistas que se plantaron en Stamford Bridge a excepci¨®n de tres piezas. Uno es Mascherano, que decidi¨® hacer fortuna en China y acumular minutos para disputar el Mundial, por m¨¢s que desde el Bar?a le sugirieron que acabara el curso. Su baja est¨¢ bien cubierta con Umtiti, acaso tambi¨¦n con la renovada imagen de Vermaelen. Otro es Alves, que se neg¨® a negociar por un solo a?o y se march¨® a la Juve primero y al PSG despu¨¦s. Y, aunque no es lo mismo porque el brasile?o era un especialista en la demarcaci¨®n, Sergi Roberto cumple con creces, m¨¢s c¨®modo en ataque y en la conducci¨®n que en el marcaje individual. El tercero es Neymar, que quiso ser el rey de Par¨ªs antes que un compinche de Messi. Marcha que desmont¨® al equipo y que, por m¨¢s que Valverde haya dado con la tecla al cambiar el 4-3-3 por el 4-4-2, sigue dejando la duda de qui¨¦n completa un once que ya dio se?ales de desgaste en el curso anterior con los batacazos en campo ajeno frente a la Juve y el PSG, y que en este no acaba de enganchar, al menos si se atiende a los duelos europeos donde, por ejemplo, en cuatro encuentros fuera de casa solo han marcado dos goles.

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S¨ª que tiene el t¨¦cnico azulgrana a 10 jugadores que juegan por decreto en los momentos clave. Ya lo advirti¨® desde la sala de prensa del Chelsea: ¡°No son partidos para hacer experimentos sino de tener certezas¡±. La suya fue Paulinho. ¡°Es un jugador que en poco espacio tiene dificultades, pero se relaciona bien con el gol y lo demuestra el hecho de ser el tercer goleador del equipo¡±, reflexion¨® Valverde. Una decisi¨®n, en cualquier caso, que expresaba la voluntad de premiar al jugador ¡ªcon 14 titularidades en la Liga¡ª, pero tambi¨¦n la de jugar un poco a la defensiva porque con el brasile?o se gana m¨²sculo y despliegue, tambi¨¦n esfuerzo. Pero desde el costado Paulinho es menos, sobre todo porque no pisa ¨¢rea sino que trata de cobrarse metros en la banda para sacar centros.

La elecci¨®n de la pieza que completa el puzle, a tenor de las decisiones t¨¦cnicas, depende m¨¢s del rival. Si el entrenador busca profundidad (Demb¨¦l¨¦ o Aleix), llegada al ¨¢rea (Alc¨¢cer), pausa en el juego (Denis)... Aunque en la Liga se presupone que el lugar lo ocupar¨¢ Coutinho, que no puede jugar en Europa porque ya lo hizo este a?o con el Liverpool y, curiosamente, marc¨® cinco dianas con en la competici¨®n con los reds.

Futbolistas fuera de sitio

Por lo que para lo que resta de Orejona, Paulinho est¨¢ en la polepero no es raro que Andr¨¦ Gomes juegue de la partida (as¨ª lo ha hecho en campos complejos como el del Atl¨¦tico o el Athletic), que lo haga Aleix Vidal, recambio del brasile?o en Stamford Bridge, o quiz¨¢ Alc¨¢cer o Denis Su¨¢rez, toda vez que Deulofeu ya chuta para el Watford y Demb¨¦l¨¦ sigue sin ritmo ni posibilidades, por m¨¢s que sea el fichaje m¨¢s caro de la historia del club.

¡°Todos los jugadores que pueden ocupar el puesto est¨¢n ayudando al equipo en posiciones que no son las de ellos¡±, argumentan desde el club. Y a?aden: ¡°Paulinho, como a Alc¨¢cer, Denis o Andr¨¦ Gomes, no se trajeron para jugar en banda, aunque puedan ayudar desde ah¨ª. Pero cuando han jugado en su sitio, han sido fundamentales¡±. As¨ª, todos tuvieron su cuota de protagonismo ¡ªAndr¨¦ Gomes ante el Celta; Denis frente al Eibar; Aleix contra el Madrid y Alc¨¢cer ante el Sevilla¡ª, pero ninguno puja ahora por atornillarse en la banda derecha porque por la izquierda est¨¢ Iniesta, de nuevo a un nivel envidiable. Por lo que es el puesto m¨¢s codiciado, pero tambi¨¦n un agujero negro porque explica que al Barcelona le cuesta renovarse, encontrar relevo para Neymar.

No se sabe hasta d¨®nde llegar¨¢ el Bar?a en Europa, pero s¨ª que, por el momento, le falta un once.