Cuesti¨®n de identidad

Si hubiera que elegir un solo momento de la d¨¦cada de los 90 en el f¨²tbol espa?ol, el penalti de Djukic estar¨ªa sin ninguna duda entre los candidatos. En la temporada 93-94, el Deportivo se hab¨ªa convertido en un grande de la noche a la ma?ana. Aquel equipo liderado por Fran, Mauro Silva y Bebeto decidi¨® tratar de t¨² a t¨² a los m¨¢s poderosos y se plant¨® en la ¨²ltima jornada de Liga dependiendo de s¨ª mismo para ser campe¨®n.

En el ¨²ltimo minuto del ¨²ltimo partido ¡ªch¨²pate esa, Hollywood¡ª el conjunto gallego dispuso de un penalti. Lo lanz¨® Djukic y lo par¨® Gonz¨¢lez, que alz¨® dos veces el pu?o derecho para celebrarlo. En Riazor se hizo el silencio y en el Camp Nou, el Bar?a comenz¨® a festejar.

Hay dos detalles de ese momento que pasaron desapercibidos para muchos aficionados. El primero es la valla de publicidad que cae al suelo detr¨¢s de la porter¨ªa segundos despu¨¦s del fallo. Alguien le da una patada y se desploma. El segundo es la ¨²ltima inspiraci¨®n de Djukic antes del lanzamiento, que no llega a ser completa. El aire no termina de entrar. Para percatarse de esos detalles hay que haber visto muchas veces el v¨ªdeo y ser muy del Deportivo. Como Nacho Carretero, autor de Nos parece mejor (Libros del K.O.), libro en el que entrelaza su trayectoria vital con la de su equipo del alma.

Aquel S¨²per D¨¦por dej¨® su sello en forma de aficionados deportivistas por muchos rincones de Espa?a y del mundo. Algo impensable para un sentimiento circunscrito hasta entonces a su tradicional ¨¢rea de influencia. Sin embargo, cosas del f¨²tbol, fue el descenso a Segunda en 2011 el que termin¨® de unir a la ciudad con el equipo. Una suerte de vuelta a los or¨ªgenes, de pureza y de sentimiento verdadero que llev¨® a la afici¨®n a estar al lado del equipo como una pasi¨®n que casi superaba la de los d¨ªas de gloria. Una cuesti¨®n de identidad.

Carretero, que cubri¨® durante a?os la informaci¨®n sobre el Deportivo, evoca con gracia, ritmo y galleguismo las ¨²ltimas d¨¦cadas del club, recoge an¨¦cdotas de tipos tan brillantes y sencillos como Arsenio Iglesias o Jabo Irureta y deja para la historia el regalo en forma de pase al hueco que un d¨ªa le hizo Valer¨®n.