Los incendiarios del f¨²tbol portugu¨¦s
El presidente de la federaci¨®n advierte del ¡°estado de alarma¡± que se vive, alimentado por el comportamiento de los dirigentes de clubes
Probablemente no haya en el mundo un pa¨ªs con futbolistas m¨¢s pac¨ªficos y dirigentes m¨¢s violentos. Hablamos de Portugal.
¡°La constante cr¨ªtica al arbitraje es impropio de un pa¨ªs civilizado¡±, ha escrito el presidente de la Federaci¨®n Portuguesa de F¨²tbol, Fernando Gomes. ¡°Estas cr¨ªticas, que muchas veces son inspiradas en dirigentes con las m¨¢s altas responsabilidades, potencian el odio y la violencia¡°. Para Gomes, existen ¡°se?ales de alarma en el f¨²tbol portugu¨¦s¡±.
Hace dos domingos, antes del partido, la polic¨ªa dispar¨® balas de goma para separar a forofos del Vit¨®ria de Guimar?es y del Braga. Tras la victoria del equipo visitante por 0-5, el presidente del Vit¨®ria culp¨® al ¨¢rbitro, ¡°que deshonr¨® la historia de nuestro club¡±. Al d¨ªa siguiente, el Tondela perdi¨® con el Sporting de Lisboa en el minuto 99. Su presidente tambi¨¦n acus¨® al ¨¢rbitro de la derrota y de deshonrar al club. En las im¨¢genes de esos partidos no se aprecian tales deshonras de los ¨¢rbitros que, en general, tienen un buen nivel.
El presidente de la federaci¨®n fue llamado por la Asamblea de la Rep¨²blica para explicar esa ¡°alarma¡± y ese ¡°odio¡± en las competiciones futbol¨ªsticas. Gomes mostr¨® a los diputados las amenazas que llegaban a los tel¨¦fonos de los ¨¢rbitros; algunos de ellos viven bajo protecci¨®n, y negocios familiares han sido atacados. Pese a las advertencias, contin¨²a la expansi¨®n del odio.
El presidente del Sporting de Lisboa, Bruno de Carvalho, contestado por ¨¦l mismo, recibi¨® la adhesi¨®n del 87% de los asistentes a la Asamblea General de hace unas semanas. As¨ª cerr¨® su discurso triunfal dirigido a los socios: ¡°Punto uno, a partir de hoy no compren ning¨²n peri¨®dico deportivo; punto dos, no vean ning¨²n canal portugu¨¦s de televisi¨®n, excepto Sporting TV; punto tres, que todos, pero todos los comentaristas del Sporting abandonen de inmediato los programas. Basta de programas que solo difaman y calumnian¡±.
El presidente del Sporting ha prohibido a sus socios que lean peri¨®dicos y que vean canales que no sean del club
Tras su alegato, periodistas que cubr¨ªan la informaci¨®n sufrieron insultos y fueron acosados por forofos sportinguistas all¨ª presentes
¡°La violencia entre aficiones, el odio entre los clubes, extendido por las redes sociales y los ¨®rganos de comunicaci¨®n social no pueden ser ignorados por el Estado¡±, seg¨²n Gomes. En la temporada 2015/2016 hubo 2.117 incidentes violentos, la pasada subieron a 2.671. Los ¨¢rbitros presentaron en el pasado campeonato 52 denuncias por delitos de violencia, el doble que en el anterior, y no eran por el comportamiento de los futbolistas
Si el f¨²tbol portugu¨¦s es un polvor¨ªn, no es por los futbolistas ni por los ¨¢rbitros. El presidente de la federaci¨®n apunta, en gran parte, hacia los dirigentes de los clubes y, fundamentalmente, a los tres dominantes: Benfica, Oporto y Sporting de Lisboa con sus tres respectivos presidentes-incendiarios Luis Filipe Vieira, Pinto da Costa y Bruno de Carvalho.
El colegio de ¨¢rbitros quiere que se comience a castigar a los clubes por declaraciones de sus comentaristas
¡°Soy populista con mucho orgullo¡±, se encar¨® Bruno de Carvalho con un socio cr¨ªtico a su gesti¨®n. ¡°Porque fui yo quien me apart¨¦ de las ¨¦lites, de los grupos y grupitos, para dar la voz a los socios y aficionados del Sporting¡±. Desde que en 2013 alcanzara la presidencia del club, De Carvalho acostumbra a ver los partidos en el banquillo, junto al entrenador y jugadores, aunque a veces hace excepciones. En el ¨²ltimo derbi con el Benfica, partido de m¨¢xima seguridad, no se le ocurri¨® otra cosa que acompa?ar la marcha a pie de la forofada hasta el estadio rival; con ellos vio el partido.
Adem¨¢s de conocerse el camino a sus estadios, los tres presidentes tambi¨¦n se conocen bien la sede de los tribunales de Justicia. El ¨²ltimo, el del Benfica, Luis Filipe Vieira, por presuntos delitos blanqueo, antes el del Oporto, Pinto da Cosa, por asociaci¨®n criminal; Bruno de Carvalho por tr¨¢fico de influencias. Suelen quedar en nada, pero sirven para calentar a las aficiones de uno y otro lado.
El presidente de la federaci¨®n pide crear un carn¨¦ de identidad para los seguidores de los equipos y, para los dirigentes, un cursillo de capacitaci¨®n. De momento, sus propuestas han ca¨ªdo en saco roto. Adem¨¢s, a menudo no son los presidentes, sino sus directores de comunicaci¨®n, los brazos armados para el lanzamiento de todo tipo de acusaciones contra el enemigo. Desde hace meses, el Oporto exhibe correos internos del Benfica que presumiblemente prueban ayudas arbitrales; tambi¨¦n sigue en los tribunales la denuncia del Sporting por los souvenirs del Benfica a los ¨¢rbitros que visitan su estadio. El Tribunal Supremo ha prohibido que el Oporto siga publicando correos privados, y el club le responde que acudir¨¢ al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Los comentaristas de televisi¨®n, como se?ala el presidente Gomes, no son ajenos al clima de odio. Los programas de debate cuentan con un comentarista oficial por cada uno de los tres clubes. Su objetivo es despotricar del contrario y del ¨¢rbitro. Cada uno de ellos es socio del club que defiende y a veces empleado.
El colegio de ¨¢rbitros quiere que se comience a castigar a los clubes por declaraciones de sus comentaristas y de los dirigentes de pe?as. De momento no consiguen nada y la convocatoria de huelga -que anularon en noviembre- parece inminente antes del desenlace liguero. La implantaci¨®n tecnol¨®gica del VAR, que promet¨ªa acabar con las pol¨¦micas arbitrales, tras un comienzo prometedor ha agitado m¨¢s las aguas y los ¨¢rbitros que visionan las c¨¢maras ya son tan famosos como los que piden el c¨¦sped.
Portugal vive el mejor momento de su historia futbol¨ªstica, campe¨®n de Europa de selecciones en f¨²tbol y f¨²tbol sala y con las mayores estrellas del mundo, Cristiano y Ricardinho. En este caso, las tanganas no son en el c¨¦sped; las tanganas del f¨²tbol portugu¨¦s nacen, crecen y se multiplican en sus palcos.
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