Messi casi gratis
Fue la imitaci¨®n perfecta de un matem¨¢tico. Marc¨® aplicando complejos c¨¢lculos trigonom¨¦tricos que elevaron el bal¨®n sobre la barrera y despu¨¦s lo hicieron caer
El Atl¨¦tico lleg¨® al Camp Nou para saber si era cierto que estaba vivo, como se rumoreaba, y m¨¢s tras sus ¨²ltimos triunfos y el empate del Bar?a ante Las Palmas. En la primera parte, sin embargo, se comport¨® como si estuviese muerto. Fue una imitaci¨®n perfecta, que Messi aprovech¨® para marcar de falta. Es tan bueno que sale casi gratis. Marc¨® a su manera, aplicando complejos c¨¢lculos trigonom¨¦tricos que elevaron el bal¨®n sobre la barrera y despu¨¦s lo hicieron caer. Fue una imitaci¨®n perfecta de un matem¨¢tico. Antes y despu¨¦s de ese instante el equipo de Simeone no pudo ser el mismo que gole¨® al Sevilla o el Getafe. Era mucho ser, y la primera parte tom¨® forma para ¨¦l de un invierno demasiado largo, y sin pan. El Bar?a no daba apenas respiro.
En casa, frustrado por lo que estaba viendo, un amigo le dio un pu?etazo a la pared, a la que incluso le dirigi¨® unas fe¨ªsimas palabras, a semejanza de esos jugadores de la loter¨ªa de Navidad que le protestan al bombo porque despu¨¦s de tantos a?os sigue sin tocarles el gordo. Me temo que una cosa que hizo bien el Atl¨¦tico en esa fase sangrienta del encuentro fue llegar al descanso. Roz¨® la genialidad, como en los d¨ªas de tormenta que llueve de modo descabellado, con total desprecio hacia los paraguas abiertos, y al fin alcanzas una marquesina y dices ¡°yo soy de aqu¨ª¡±.
En el descanso el Bar?a no solo no le hizo el segundo, sino que los atl¨¦ticos se conjuraron para actuar como si no recordasen nada de lo que hab¨ªa ocurrido antes. Entretanto, para reavivar los ¨¢nimos de los m¨ªos, cont¨¦ la historia de aquel escritor que, bastante enfermo, visit¨® a su m¨¦dico preferido y le pregunt¨® si se iba a morir pronto, tal vez la semana o el mes pr¨®ximo, como sospechaba. ¡°A¨²n no¡± ¡ªlo tranquiliz¨® el doctor¡ª. ¡°Puedes escribir un par de novelas m¨¢s, pero una que sea corta, por favor¡±.
La mejor¨ªa del Atl¨¦tico lleg¨® nada m¨¢s reanudarse el partido, cuando el equipo dio siete pasos seguidos, y result¨® tan evidente que hasta Jorge Valdano, comentarista del choque, se vio obligado a apartar los ojos de Messi un momento y contar. Despu¨¦s no se resisti¨® a afirmar que hab¨ªa sido la posesi¨®n m¨¢s larga del Atl¨¦tico en el Camp Nou. La suma de pases solo logr¨® acabar en saque de banda. Aunque nada fue ya como en la primera parte, salvo el resultado.
El Bar?a ejerci¨® el oficinismo, sustituyendo su inmoderado dominio del encuentro por una existencia de m¨ªnimos, que requer¨ªa apretar un poco m¨¢s en defensa, y aprovechar alguna alegr¨ªa de m¨¢s que se diese el rival en un intento desesperado por empatar. Qu¨¦ m¨¢s daba, si ten¨ªa a Messi, tan generoso con el futbol, y con los que disfrutamos de su genialidad, aunque a veces nos duela, que algunos d¨ªas me recuerda a Tim Maia, el artista brasile?o que regalaba LSD en sus conciertos para que nadie dejase de pas¨¢rselo de maravilla, mientras dec¨ªa ¡°yo no fumo, no bebo, no follo, no me drogo. Solo miento un poquito¡±.
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