En la cabeza de Zidane cabemos todos

Un c¨¦lebre comentarista radiof¨®nico, tantos como hay, aseguraba el pasado s¨¢bado que estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de que Gareth Bale abandonara este verano la disciplina del Real Madrid. ¡°Incluso a pagar¡±, enfatiz¨®, no sin a?adir que su donaci¨®n ser¨ªa de 50 c¨¦ntimos. Ello demuestra no solo que el afamado locutor anda escaso de posibles, o es asaz taca?o, sino que no es Bale santo de su devoci¨®n. Viene esto a colaci¨®n porque en ese programa deportivo, como en el contiguo en el dial, y en el otro y en el de m¨¢s all¨¢ y en el de m¨¢s ac¨¢, el tema de conversaci¨®n, exclusivo y recurrente, no era lo que en el Bernab¨¦u ocurr¨ªa en un Madrid-Getafe que resolvi¨® 3-1 el cuadro de Zidane, con un gol de Bale, qu¨¦ tonter¨ªa, sino lo que el t¨¦cnico franc¨¦s tiene en la cabeza con vistas al decisivo encuentro ante el PSG. Y entre los innumerables especialistas que al respecto opinaban se mezclaban los que expon¨ªan lo que modestamente creen que har¨¢ Zidane, sosegados y reflexivos; los que desvelaban lo que ellos har¨ªan, cuesti¨®n de gustos, y los que exig¨ªan a Zidane lo que tiene que hacer, que eran mayor¨ªa absoluta. As¨ª las cosas, este que escribe considera que haga lo que haga Zidane, y aunque gane, s¨ª, aunque gane, se va a equivocar. Porque Zidane otra cosa no, pero equivocarse¡­

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Como se equivoc¨® en el partido de ida. ¡°Pero si gan¨® el Madrid 3-1¡±, dir¨¢ el siempre atento lector. Y remontando, adem¨¢s. Y solventando un partido complicad¨ªsimo. Se equivoc¨® Zidane, no lo duden. Recordemos: faltaban poco m¨¢s de diez minutos y entonces, con empate en el marcador, Zidane puso en liza a Lucas V¨¢zquez y Asensio. El partido dio un vuelco y en ese rato el Madrid se desat¨®. Marc¨® dos goles y logr¨® inclinar la eliminatoria a su favor. Cabr¨ªa suponer que la decisi¨®n del t¨¦cnico conllevar¨ªa el aplauso general. Suposiciones. No faltaron voces, entre la afici¨®n y en algunos concili¨¢bulos tan de expertos, que censuraron a Zidane no haber hecho antes esos cambios, que ya no es ver la botella medio llena o medio vac¨ªa sino, directamente, no ver la botella. Porque en el citado rato de arrebato, el Madrid se qued¨® sin mediocampo que lo sujetara (Casemiro fue uno de los sustituidos y Kross estaba renqueante). Y no es lo mismo aguantar en ese estado diez minutos que, pongamos, media hora. Es la distancia que va de la valent¨ªa a la temeridad.

Hay una parte del madridismo que no se sabe por qu¨¦ llora, pero siempre llora, jaleados sus miembros desde p¨²lpitos en los que alg¨²n Fulano de Tal le dice a Zinedine Zidane lo que tiene que hacer. Al fin y al cabo, ?qui¨¦n es Zinedine Zidane comparado con Fulano de Tal? Bien podr¨ªa el franc¨¦s agarrarse a su hoja de servicios como entrenador, a los ocho t¨ªtulos de 10 posibles que lleva conseguidos con el Madrid, para defenderse. Pero de nada le servir¨ªa. Hoy, ante el PSG, saque el equipo que saque, le van a llover las cr¨ªticas. Porque juegue Bale, 50 c¨¦ntimos no parecen suficientes para que se vaya, y porque no juegue. Porque est¨¦ Isco o porque no est¨¦. Porque sea titular Asensio o porque no. Porque Benzema siga en su sitio o vaya al banquillo. Porque Lucas s¨ª o porque Lucas no. El hombre sonreir¨¢ y dir¨¢ aquello de ¡°sabes lo que pasa, que soy yo el que hace las alineaciones¡±. ?Pero qui¨¦n se ha cre¨ªdo este t¨ªo que es? ?El entrenador del Madrid?