Higua¨ªn rescata a la Juventus ante el Tottenham
Un gol y una asistencia del delantero argentino mandan al traste el tanto inicial de Son para los ingleses, y meten al conjunto italiano en cuartos de final
Si hay algo que demostr¨® la Juventus en Wembley es que sabe respirar bajo el agua. Y eso que no llovi¨® durante el partido, aunque durante muchos m¨¢s minutos de los esperados se vio atragantado por el temporal del Tottenham. Pero lo que parec¨ªa una tormenta de invierno cambi¨® de estaci¨®n, y no pas¨® de un aguacero de verano. La Juve es un equipo anclado a la supervivencia, capaz de arrastrar mar adentro a una lancha elegante y predispuesta como el Tottenham, pero que todav¨ªa no sabe leer el mar. Y en eso es un experto el equipo italiano, que demostr¨® gallard¨ªa para dar la vuelta a un partido que lo llevaba contra las rocas, y lo hizo devolviendo el golpe a lo grande.
Si hubo un jugador que guio el barco ese fue Higua¨ªn. Autor de dos goles en la ida, volvi¨® a marcar y asisti¨® a Dybala para consumar la remontada. Que todo el peso del ataque recae sobre estos dos delanteros es sabido por todo aquel que los enfrenta, lo que rara vez ocurre es que ambos no lleguen a encontrarse en alg¨²n momento. Y lo hicieron cuando lo necesitaba el equipo, cuando el Tottenham se cre¨ªa a salvo y con un equipo tan italiano como la Juve eso no ocurre hasta que se alcanzan los vestuarios. El f¨²tbol, tan injusto a veces, ofrece asaltos continuos para que cualquiera presente su mejor golpe, pero hacerlo una vez no garantiza derribar a un gigante. Y la Juve sigue siendo un ¨¢rbol muy dif¨ªcil de cortar para cualquiera.
Sin embargo, los spurs parec¨ªan ajenos al desaf¨ªo. El de Pochettino es un equipo encajado dentro de un modelo de comportamiento reconocible resulta obvio cuando enfrenta distintos tipos de circunstancias desde el mismo punto de partido. Por ejemplo, aunque con el 2-2 de la ida no necesitaba marcarle a la Juve, lo buscaba. Aunque no ten¨ªa porque meterlo en su campo, lo intentaba. Y todo a partir de la ejecuci¨®n de eso tan complicado que es pasarse el bal¨®n sin importar la ubicaci¨®n del rival. El equipo italiano, pese a ser un bloque destacable en lo individual, no lograba encajar los ladrillos en la pared.
Pochettino ha transmitido de manera n¨ªtida que la caricia al bal¨®n no es incompatible con la explosi¨®n muscular. Seguramente Alli sea el jugador que mejor represente semejante paradoja anglosajona. El tipo, un tallo espigado, chocaba a menudo con Chiellini y no ced¨ªa el duelo ante la gravedad. Y con el bal¨®n en los pies circulaba en medio de una carretera secundaria llena de piernas sin bajar el pie del acelerador.
Penalti no pitado
Se le calaba el juego a la Juve porque Pjanic no encontraba el sitio. Solo Douglas Costa, un cicl¨®n, revolvi¨® el patio del Tottenham. Lo hizo de tal forma que provoc¨® que Vertonghen lo derribase dentro del ¨¢rea, pero los ¨¢rbitros, el de ¨¢rea y el principal, no se atrevieron a se?alar lo evidente.
El gol de Son, que lleg¨® en el peor de los remates que realiz¨® ante Buffon, insufl¨® tanto aire al Tottenham como inquina a su rival. Y en la demostraci¨®n futbolera de la rabia Higua¨ªn se mueve como pez en el agua. Se hizo hueco el argentino dentro del ¨¢rea de Lloris para desviar con tino un cabezazo de Khedira, y tres minutos despu¨¦s, con el bal¨®n controlado, se revolvi¨® como un tornado para dejar el bal¨®n claro a Dybala que no perdon¨®.
La cara del Tottenham reflejaba el asombro de aquel que se come el postre antes de pedirlo. Y a la Juve no hay cosa que m¨¢s le guste que disputar la cena hasta que se retiran los cubiertos. Soport¨® entera las acometidas de los spurs, que tuvieron en un cabezazo de Kane que se top¨® con el poste su mejor oportunidad para forzar la pr¨®rroga. Pero si la Juve es italiana en concepto, es inglesa en dedicaci¨®n. Y ni con Kane y Llorente sobrevolando su espacio a¨¦reo descendi¨® un ¨¢pice la efectividad de su defensa. Chiellini y Barzagli son dos de los mejores controladores a¨¦reos que existen, y cortaron de ra¨ªz los deseos de grandeza de un Tottenham que sigue sin encontrar la manera de despegar en Europa.
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