La Volta le allana el camino a Valverde

Llega la primavera a Valls cuando el sol deja entrar un aire fr¨ªo en su retirada y un ciclista de edad oto?al (para lo que se lleva en su profesi¨®n as¨ª son sus 37 a?os, casi 38, sus 16 a?os en el pelot¨®n) levanta los brazos victorioso y jovial. Es Alejandro Valverde, que no se aburre de ganar. Mejor expresado: que solo se divierte ganando. Por eso, por puro vicio, quiz¨¢s, y porque quer¨ªa distraer a su hijo, Iv¨¢n, que se rompi¨® la clav¨ªcula jugando al f¨²tbol el domingo y le operan el mi¨¦rcoles, gan¨® con un estilo que ya no cultiva (al sprint) una etapa que no ten¨ªa prevista (la v¨ªspera de una monta?a que ser¨¢ tristemente escamoteada) en su muy estudiado camino hacia la victoria en su tercera Volta, que no ser¨¢ como esperaba tampoco.

El fuerte viento temido en las alturas de Vallter 2000, y el sol primaveral que se espera, ha hecho que la prudente organizaci¨®n, preocupada por los posibles aludes de nieve, aplique el protocolo de mal tiempo y borre del mapa la cumbre m¨¢s temida de la Volta, y con ella, los dos primeras de paso, Oix y Rocabruna, dejando la etapa reina de los Pirineos en una vulgar jornada de media monta?a con final en la lejana Camprodon. No parece que el asunto, que convierte a la p¨¢lida Molina, el jueves, en la ¨²nica subida importante de toda la semana, preocupe mucho a Valverde, quien se siente el m¨¢s fuerte en todos los terrenos, tambi¨¦n en la monta?a. M¨¢s perjudica a los escaladores que esperaban su jornada, a los colombianos j¨®venes Egan Bernal y Jhojan Garc¨ªa, y a Chaves, Nairo, Aru, Pinot y los Yates, la crema de la Volta a¨²n invisibles.

El apetito, quiz¨¢s, se le despert¨® a Valverde pedaleando. Con su equipo, el muy serio Movistar de Nairo y Soler tambi¨¦n, controlando la carrera en todo momento, el murciano y el colombiano adquirieron unos segundos de bonificaci¨®n en la segunda meta volante, uno de esos lugares del ciclismo en los que con una pancarta y un altavoz se logra que un pueblo como Sarral viva un d¨ªa especial. M¨¢s pedaleos adelante, el tendido y tan ancho Coll de Lilla, un tobog¨¢n hacia Valls entre vi?edos y cebolletas que el equipo Mitchelton de los Yates brothers hizo recorrer volando, dej¨® tan tocado al pelot¨®n que en el pueblo de su amigo llorado Xavi Tondo se encontr¨® en cabeza y con pocos rivales casi sin haberlo buscado. As¨ª, con un aceler¨®n final, sum¨® Valverde la 114? victoria de su carrera profesional, la sexta de un a?o 2018 en el que ya se ha apuntado la Vuelta a Valencia y el Tour de Abu Dhabi. Y a¨²n en marzo, a¨²n a un mes de sus Flecha y Lieja, las cl¨¢sicas que tanto desea.