Y el sustituto de Keylor es¡
A?o tras a?o, con la llegada de la primavera, se disparan los rumores sobre qu¨¦ portero fichar¨¢ el Madrid, mientras el costarricense se empe?a en que no fiche a nadie
Cada cierto tiempo, cada veinte minutos m¨¢s o menos, recibimos la noticia de que el Madrid va a fichar a tal o cual portero. Ocurre a?o tras a?o cuando llega la primavera, o como se llame esto que vivimos. Pensar¨¢ el lector poco informado, si alguno hay, que tiene un problema el equipo blanco con el guardi¨¢n de su porter¨ªa. Pues va a ser que no. Porque resulta que quien protege la guarida madridista es un portero fabuloso, de nombre Keylor Navas. Que en cuanto asoman estas fechas, tan cercanas a la Semana Santa, entra en una especie de ¨¦xtasis, de arrebato m¨ªstico por el que, bal¨®n que le llega, bal¨®n que detiene (o casi), a lo que sin duda le ayudan sus magn¨ªficas relaciones con la providencia. La semana pasada, en el zarandeo europeo al que someti¨® el Madrid a la Juve, Keylor dej¨® su puerta a cero pese a que se expuso, entre otros lances, a un fusilamiento desde metro y medio a cargo de Higua¨ªn. El domingo, en el derbi madrile?o, hizo lo propio ante Koke, quien todav¨ªa desconoce de d¨®nde sali¨® aquella mano que rechaz¨® su disparo. Del cielo saldr¨ªa.
Hagamos un inciso porque ya ha pasado un tiempo desde el inicio de este relato y no ser¨ªa extra?o que en alg¨²n rinc¨®n de la Red, tan grande como es, se nos est¨¦ desvelando en este instante el nombre del nuevo portero a quien quiere el Madrid, en sustituci¨®n, ya saben, del pat¨¢n este de Navas. Bien. Parece que no, que los que se dice que van a venir ya iban a venir hace semanas, meses, a?os en algunos casos. Repasemos la lista de la compra: De Gea, Courtois, Donnarumma, Kepa, Allison, Letica... No hay portero en el mercado que se escape al ojo que todo lo ve del Madrid. En tan variopinta relaci¨®n hay guardametas consagrados, como De Gea y Courtois, que se cuentan entre los mejores del mundo (donde se cuenta tambi¨¦n Keylor, dicho as¨ª como quien no quiere la cosa). Y tambi¨¦n los hay menos c¨¦lebres. Es el caso del ¨²ltimo en aparecer, Letica de apellido, portero del Hajduk Split del que se nos describen maravillas, entre ellas sus 2,02 metros de altura, que le vinieron de perlas para en fechas recientes resolver en el tiempo de descuento un partido de su equipo con un gol de cabeza, detalle del que habr¨¢ tomado buena nota el Madrid por aquello de que alg¨²n d¨ªa Cristiano no estar¨¢.
En estado de alerta debe sentirse Keylor, siempre pendiente de que salte esa informaci¨®n, sobradamente contrastada, que revele a qu¨¦ portero va a fichar el Madrid en su lugar. A ese respecto son interrogados a menudo el propio Keylor y Zidane. El jugador acostumbra a decir, tras dar gracias a Dios por poder darle las gracias, que tiene contrato con el Madrid y no piensa irse. El t¨¦cnico, tras no dar las gracias a nadie, suele ser elocuente: ¡°Mi portero es Keylor¡±. As¨ª que como Keylor tiene contrato y no piensa irse, y como el futuro entrenador del Madrid se llama Zidane, y como su portero es Keylor, pues habr¨¢ que deducir que el Madrid no va a fichar a ning¨²n portero y, si lo hace, ser¨¢ para sentarle en el banquillo.
Pero que no cante victoria Keylor que de aqu¨ª al verano hay tiempo de sobra para que en la lista de posibles aparezcan nuevos nombres. Es curioso lo ocurrido el domingo en el Madrid-Atl¨¦tico. Las porter¨ªas las defend¨ªan dos tipos de vidas antag¨®nicas. A uno, Keylor, son legi¨®n los opinantes y agoreros que venden que el Madrid le quiere echar. Y Zidane, que diga misa. Al otro, Oblak, pretendido al parecer por los equipos m¨¢s afamados allende los Pirineos, nadie le ve fuera del Atl¨¦tico si aquellos no vienen con los 100 millones de su cl¨¢usula de rescisi¨®n bajo el brazo. Su descomunal actuaci¨®n en el Bernab¨¦u quiz¨¢ haya convencido a los PSG o City de turno para gastarse ese pastizal. Las actuaciones de Keylor, que de vez en cuando ayudan a que el Madrid gane alg¨²n t¨ªtulo, incluso un par de ellos de ese torne¨ªllo llamado Copa de Europa, no evitar¨¢n que de aqu¨ª a cierto tiempo, unos veinte minutos, alguien le encuentre un nuevo sustituto. Y si marca goles de cabeza, mejor.
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