Un derbi en brazos de Oblak
El portero del Atl¨¦tico mantiene los cuatro puntos de ventaja al Madrid tras un partido en el que los blancos tuvieron m¨¢s chispa, decisi¨®n y ocasiones
Para nada fue un derbi de garraf¨®n. Hubo trama, y de la buena. Por mucho que nadie brindara m¨¢s por su desenlace que el Bar?a, el duelo dej¨® pasajes, mayormente con la autor¨ªa madridista. Nadie disimul¨® sus esencias. Frente a un Madrid con m¨¢s volumen, el Atl¨¦tico mitig¨® su aire m¨¢s pedestre con el simposio de Oblak y un gancho de Griezmann.
Con el orgullo capitalino en liza, el Atl¨¦tico sac¨® provecho del resultado, lo que se le neg¨® a un Madrid con m¨¢s cuerpo, m¨¢s osado y recreativo. Pero ante el empuje mosquetero de los madridistas respondieron los colchoneros en brazos de Oblak y a los pies de Griezmann. De punta a punta, los sostenes de un Atl¨¦tico con el colmillo que le distingue sin el bal¨®n. Tan reconocible en esa faceta como en su poco flirteo con la pelota. A los de Simeone les va m¨¢s el f¨²tbol sacamuelas. Y as¨ª lleva cinco derbis sin verse desamparado en Chamart¨ªn. Y as¨ª tiene a su contrincante a cuatro puntos por el retrovisor. Si el f¨²tbol se decidiera por un concurso de m¨¦ritos, en casi toda la sobremesa los hicieron el Madrid, de forma coral, y Oblak y Griezmann, solistas de a¨²pa en este conjunto tan castrense que ha hecho del cholismo el gran credo rojiblanco en d¨¦cadas.
La propiedad de la pelota
Mayoritariamente, los blancos requisaron la pelota. No de forma ret¨®rica, sino con ¨¢nimo punzante: dos remates al larguero en el primer acto y media docena de paradas de m¨¢ster del meta esloveno del Atl¨¦tico. Dos de ellas con remates desde el ¨¢rea menor, un hecho contradictorio con la certificada reputaci¨®n de los colchoneros a la hora de blindar el rancho. Por el per¨ªmetro de la fortaleza de Oblak tambi¨¦n reclam¨® el Real dos penaltis, uno de Juanfran a Kroos y otro de Lucas Hern¨¢ndez a Lucas V¨¢zquez. Bien pudo serlo cualquiera de los dos.
Antes de que se agitara el marcador en el segundo tiempo, tambi¨¦n el Madrid se impuso sin la pelota, con el eficaz Kovacic de cortafuegos como relevo de Casemiro. Sin goles, los blancos apenas concedieron dos contras a sus vecinos, pero Keylor venci¨® en su duelo con Diego Costa. En la otra, un derrotado: un asistente sin mirilla que sancion¨® con fuera de juego una arrancada de Vitolo desde campo propio.
De inicio, el Atl¨¦tico fue un equipo r¨ªgido, limitado a la barricada en su ¨¢rea y ulceroso con el bal¨®n, salvo que por su camino se cruzara Griezmann. Enfrente, un Madrid m¨®vil, dispuesto a dar palique a la pelota con el dinamismo de todo su regimiento de ataque. Situaci¨®n que propician futbolistas como Asensio y Lucas V¨¢zquez. Dos jugadores ambulantes para los que las bandas son solo un punto de partida. Como tacha ofensiva madridista, su escaso peritaje de los pasillos interiores. Sin gente como Benzema e Isco el embudo se estrecha. Con todo, Asensio y Marcelo ¡ª?con la derecha!¡ª cazaron dos disparos al larguero. Y Oblak abroch¨® de maravilla dos zarpazos de CR y otro de Varane a bocajarro. Tampoco se arrug¨® ante un disparo de Carvajal. En este portero tiene el Atl¨¦tico una veta extraordinaria. Oro puro: por agilidad, anticipaci¨®n y poder¨ªo a¨¦reo. Todo con sobriedad, sin aderezos fotog¨¦nicos.
Colgado de Oblak y su larguero, el Atl¨¦tico, demasiado atornillado, refugiado en sus cuerdas hasta dar con Griezmann, se fue aliviado al descanso. De vuelta, las mismas constantes. Hasta que Bale rebobin¨® al Bale que despunt¨® en la Premier y se ajust¨® al sector donde m¨¢s florece. Desde la izquierda, tir¨® de periscopio y dio con Cristiano, que sin parar la pelota solt¨® un perdigonazo que super¨® a Oblak. El gal¨¦s nunca conect¨® mejor con CR que cuando le puso en su teleobjetivo como el genuino extremo zurdo que es. De hecho, con Marcelo de centinela, el Madrid adivin¨® que su mejor yacimiento estaba por la izquierda. Por ah¨ª percuti¨® y percuti¨® hasta el final. El gol de CR surti¨® un efecto inopinado, pero epis¨®dico. En desventaja se espabil¨® el cuadro visitante. No solo no demor¨® el empate, sino que por un ratillo tuvo el duelo por la pechera.
Liberaci¨®n rojiblanca
Cuando tuvo que afiliarse a Griezmann emergi¨® otro Atl¨¦tico, ya m¨¢s descamisado, sin repel¨²s a la pelota, m¨¢s invasor en territorio enemigo. Decididos los rojiblancos, Griezmann, quiz¨¢ con un me?ique fuera de lugar, hilvan¨® con Vitolo. Keylor se interpuso ante el canario y al rechace lleg¨® al propio atacante galo. Aturdido el Madrid por el empate, en un pesta?eo Koke tuvo el 1-2, pero Keylor fue Oblak. El partido ya no solo era de ida, ten¨ªa vuelta, chispa en los dos territorios. En ese instante, los t¨¦cnicos movieron ficha. Cumplida la hora, Zidane no tuvo reparos en abanicar a CR, que se fue del c¨¦sped jovial, idea de un relevo pactado. Benzema tom¨® el testigo poco antes de que lo hicieran Modric e Isco por Asensio y Kovacic. Un Real a por todas. Sin CR, s¨ª; pero tambi¨¦n sin el ancla industrial de Casemiro o Kovacic. Simeone apuntal¨® justo la zona caliente, y Gabi sustituy¨® al discreto Diego Costa. El preparador argentino no tard¨® en devolver el amparo ofensivo a Griezmann con Gameiro por Thomas, otro de los centuriones que tanto abundan en este Atl¨¦tico.
Corregidos los dos equipos, el choque se cerr¨® como amaneci¨® y discurri¨® casi toda la tarde. De nuevo el Madrid al frente y el Atl¨¦tico al bloqueo. Y por si hab¨ªa dudas respecto al p¨®ster del reto madrile?o, Oblak baj¨® el tel¨®n con un vuelo para desviar una falta lanzada por Sergio Ramos ya en ausencia de CR. El mismo Ramos que casi descarga un cabezazo triunfal en el ¨²ltimo parpadeo. Si no fue en ese minuto 93 demonizado de por vida por los colchoneros muy cerca estuvo. Respiraron los rojiblancos y poco tuvieron que reprocharse los madridistas. El derbi supo a derbi, al menos desde el timbre cholista. Ahora, tiempo europeo para los dos mientras el Bar?a tiene la Liga en los morros, con el Atl¨¦tico distanciado a once puntos y el Madrid, a 15. A la espera del alir¨®n azulgrana, en Madrid el derbi fue de Oblak.
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