El Atl¨¦tico pasa ante el Sporting sin un pase
El equipo de Simeone hace valer su ventaja de dos goles al caer por 1-0 tras un partido desastroso con el bal¨®n y en el que Oblak volvi¨® a ser fundamental
Sin un pase como equipo durante m¨¢s de una hora, el Atl¨¦tico de Madrid alcanz¨® las semifinales de la Europa League en Lisboa. Estar¨¢ en el bombo por Oblak y por los errores del Sporting en Madrid, pero autoridad y favorito lo justo si lo que ofrece es lo visto en el Jos¨¦ Alvalade durante dos tercios del partido. No se puede jugar peor el f¨²tbol bajo el prisma en el que se entiende que este es un juego que consiste en pasar el bal¨®n a un compa?ero para tratar de progresar. No hubo un futbolista del Atl¨¦tico que no entregara mal una pelota en el primer tiempo. Los que juegan con el mono puesto y los que supuestamente llevan el frac. Ni los peones ni las reinas. Ni internacionales de nuevo cu?o, ni internacionales asentados, ni internacionales de vuelta. Un erial futbol¨ªstico, un esperpento de equipo que se tambaleaba acongojado bajo la manta de lluvia atl¨¢ntica que ca¨ªa.
No es la primera vez esta temporada que el mal del tobillo y del interior afecta a todos en un partido trascendental. Anoche, el mal del pase fue end¨¦mico, una pandemia inquietante. Puede que el Jos¨¦ Alvalade fuera el testigo del peor primer tiempo de la era Simeone. Esta vez el repliegue temeroso en campo propio no apunt¨® al entrenador. El Atl¨¦tico fue encajonado en su terreno por la impericia de sus jugadores con la pelota por imprecisos, presionados y sin presi¨®n. Por jugar al f¨²tbol muy mal.
Las p¨¦rdidas groseras fueron de todos los colores y en todas las situaciones posibles. Tantas malas entregas propiciaron el caldo de cultivo ideal para estos partidos que exigen dinamita y revoluciones para remontar. Contragopes vertiginosos, un chorro de c¨®rners y centros al ¨¢rea y la estancia permanente en campo contrario para actores ideales. El inteligente y fino Bruno Fernandes, el desequilibrante Gelson, el percutidor Bryan Ruiz, el incansable y punzante Acu?a y el m¨®vil Montero. Todos contribuyeron a aprovechar esa escenograf¨ªa generada por el mal pie del Atl¨¦tico para encender a una grada. La del Sporting lo estaba de antemano y los futbolistas de Simeone le dieron la pirotecnia ideal. El personal se olvid¨® de la crisis interna desatada por su presidente tras la derrota de Madrid y se dedic¨® a jalear las oleadas de los suyos. Cant¨® la hinchada lisboeta antes de tiempo el gol en un cabezazo de Coates a la salida de un c¨®rner. Oblak sesg¨® la algarab¨ªa con otro vuelo imposible dificultado por un despegue complicado. Estaba clavado en la l¨ªnea de gol y tir¨®de potencia de piernas para alcanzar con la manopla el testarazo del larguirucho central uruguayo.
Un equipo en coma
La endeblez en la defensa de los centros laterales, un mal que persigue al Atl¨¦tico este curso, tambi¨¦n se hizo expansivo en el Alvalade. Por ah¨ª lleg¨® el gol al borde de la media hora de juego. Fue un centro pasado de Bruno Fernandez que caz¨® libre de marca en el segundo palo Montero. El estado comatoso de equipo era tal que Simeone mand¨® calentar de una tacada a Thomas, Correa y Gameiro. Un disparo lejano de Bruno Fernandes al que respondi¨® Oblak y un cabezazo de Gelson, otra vez con la zaga marcando a nadie, finiquitaron ese horroroso primer tiempo.
?No cambi¨® en exceso el paisaje en la reanudaci¨®n. Simeone se vio obligado a retirar a Lucas y meti¨® a Vrsaljko en un carril que a veces frecuenta con Croacia. El segundo acto dio por fin para el primer disparo a puerta del Atl¨¦tico. Fue pr¨®ximo a la hora de juego. Otro dato que corroboraba su desastrosa actuaci¨®n. Ante la visi¨®n de un equipo tan acopado como acongojado, Simeone decidi¨® meter a Fernando Torres cuando Costa se rompi¨® en una carrera para intentar ganar un pase filtrado a la espalda de la defensa del Sporting. El Cholo debi¨® interpretar que un equipo tan aplastado necesitaba jerarqu¨ªa. Tanta que tir¨® de Torres sin estar en el grupo de los que calentaba. El Ni?o le dio profundidad al equipo y merode¨® el gol en una internada y en un cabezazo. Tuvo p¨¦rdidas y malos controles, pero sus compa?eros levantaron algo el vuelo. Tambi¨¦n porque el Sporting comenz¨® a acusar el desgaste y empez¨® a rajarse por el medio. Por ah¨ª entr¨® dos veces Griezmann para medirse cara a cara con Rui Patricio. En la primera, el meta luso le record¨® el fantasma de la final de la pasada Eurocopa. En la segunda, quiso ejecutarle como en el partido de ida, pero el tobillo esta vez lo abri¨® demasiado y su toque se fue por un dedo. Ah¨ª se pudo evitar el agobio y disimular que su equipo pas¨® sin tener un pase durante m¨¢s de una hora...
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