El Bar?a y la infelicidad
La brillante conquista de la Copa y la inminente de la Liga no impiden que algunos cul¨¦s, como Gaspart, piensen que la temporada solo ser¨¢ redonda "si el Madrid no gana la Champions¡±
Hay quien opina que el mejor t¨ªtulo que puede conquistar el Bar?a esta temporada es que el Madrid no gane la Copa de Europa. No, no, esperen, no dejen de leer todav¨ªa que esto va en serio. Preguntado Joan Gaspart (recuerdan, aquel presidente del Bar?a que dej¨® para la posteridad sentencias del tipo ¡°Figo nunca jugar¨¢ en el Real Madrid¡±) por el ¨¦xito del equipo azulgrana en la Copa, y el inminente en la Liga, el actual vicepresidente de la federaci¨®n, hombre probo y visionario, respondi¨®: ¡°?Me permite una incorrecci¨®n?¡±. ¡°Por supuesto¡±, dijo la periodista, lo que llev¨® al incorrecto Gaspart a expresar as¨ª sus deseos: ¡°La temporada del Barcelona solo ser¨¢ redonda si el Madrid no gana la Champions¡±. Y esto lo dijo minutos despu¨¦s de que el Bar?a, su Bar?a, la ni?a de sus ojos, conquistara un t¨ªtulo, la Copa del Rey, con una exhibici¨®n que perdurar¨¢ en el recuerdo. Lo mismo da, por lo visto, que el equipo haya encadenado su cuarto t¨ªtulo copero consecutivo, algo que no ocurr¨ªa desde la Rep¨²blica. Lo mismo da, por lo visto, que el Bar?a vaya a ganar la Liga, la cuarta de las ¨²ltimas seis disputadas, con un margen de puntos sobre su gran rival vergonzante (para su gran rival). En opini¨®n de Gaspart, y en la de otros muchos, la redondez de la temporada del Bar?a depende de un tercero, del Madrid. Pero ocurre que la redondez de la temporada azulgrana pas¨® a mejor vida en Roma, en un batacazo que, este tambi¨¦n, perdurar¨¢ en el recuerdo. Y en ello no tuvo nada que ver, que se sepa, el Madrid.
Fue decir Gaspart su incorrecci¨®n, que no fue tal, sino la expresi¨®n de un pensamiento que el hombre tiene tatuado en lo m¨¢s profundo, algo as¨ª como que el Bar?a tal y como ¨¦l lo concibe solo es feliz si el Madrid pierde, y escucharse el exabrupto de alguien cuya voz en off, quiz¨¢ proveniente del estudio de televisi¨®n, tron¨®: ¡°Qu¨¦ cabr¨®n¡±. No se le pasa por la imaginaci¨®n a este opinante jalear un insulto de ese jaez. Y mucho menos dedicado a un hombre que, tras el purificador paso de Cruyff por el club, consigui¨® resucitar todo el victimismo y el lagrimeo del que el Bar?a se hab¨ªa desprendido gracias al inolvidable Johan. Y que hoy, por fortuna para el aficionado azulgrana, solo est¨¢ presente en algunos medios de comunicaci¨®n que enmugrecen sus portadas con supuestos robos del siglo.
Y hablando de mugre, no necesita el Bar?a de elementos ajenos, por mucho que se trate de un expresidente o de un peri¨®dico af¨ªn, para que le salpique la cochambre. As¨ª, horas antes de la hist¨®rica final de Copa supimos que un directivo del club, de manera an¨®nima, que es como se manejan los valientes, filtr¨® que el puesto del t¨¦cnico, Ernesto Valverde, corr¨ªa peligro en caso de que el equipo no lograra el triunfo. El asunto, dicen los que conocen de ello, indign¨® al vestuario, hartos como est¨¢n de murmuraciones quienes all¨ª cohabitan. El caso es que, en versi¨®n del oculto confidente, el club no perdonaba al entrenador su actuaci¨®n en el cataclismo de Roma. Y no le perdonaba, ah¨ª es nada, que no alineara a Paulinho. S¨ª, han le¨ªdo bien. A Paulinho.
Pero dec¨ªamos al principio que esto iba en serio y nos hemos puestos chistosos. Valverde va a cerrar su primera temporada en el club con un doble ¨¦xito digno de todos los elogios y un desastre merecedor de cuanta cr¨ªtica (sensata) sea menester. Pero un triunfo del Madrid en la Champions no va a borrar la importancia de aquellos ni va a atenuar la relevancia de este. Lo diga Gaspart o lo diga el papa. El de Roma, incluso.
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