Bale se presenta para Kiev en la goleada del Real Madrid al Celta
Los de Zidane arrollan a un rival muy blando con dos grandes tantos iniciales del gal¨¦s y otro magn¨ªfico del reaparecido Isco
Con el do de pecho inicial de Bale e Isco, golazo a golazo, el Real Madrid despidi¨® el curso con una goleada de a¨²pa en Chamart¨ªn, feudo de su inopinado desgarro en los torneos dom¨¦sticos. Tan incapaz en la Copa ¡ªen la que patin¨® en casa con Fuenlabrada, Numancia y Legan¨¦s¡ª como en la Liga ¡ªse ha dejado 17 puntos en La Castellana¡ª, el Madrid baj¨® el tel¨®n con un escarnio para un Celta amable y cort¨¦s, tan borroso toda la temporada. Para el Madrid, una jornada para brindar por goles para piropear. Pero el ¨²nico maquillaje posible a sus descalabros ib¨¦ricos pasa por Kiev.
A la espera de la final de la Copa de Europa, Zidane present¨® un equipo m¨¢s cercano al gran d¨ªa que a Sevilla. De la derrota del mi¨¦rcoles en Nervi¨®n solo repitieron Nacho, Casemiro y Benzema. Entre los nuevos reclutas, Bale, que present¨® su enmienda a la titularidad en Ucrania. Quiz¨¢ llegara tarde, pero ante el Celta el gal¨¦s puso la banda sonora a un partido sin chicha clasificatoria.
Bale, un cometa fugaz, va y viene en su particular columpio. A los vigueses, que por lo general dejan correr sin bridas a sus oponentes, ya les hizo la pu?eta en Bala¨ªdos con un doblete. Esta vez no fue menos y antes del cuarto de hora abri¨® gas el brit¨¢nico. Fue una jugada espejo de lo que adora el Madrid y de la flojera del Celta. Keylor la toc¨® de maravilla para Modric. El croata mim¨® la pelota, se gir¨® como si flotara y mand¨® a correr a Bale contra Jonny, al que nadie socorri¨® en una ruta que fue un coladero toda la noche. El madridista puso el intermitente y al llegar al balc¨®n del ¨¢rea hizo carambola: remate seco al poste izquierdo de Sergio y a la cazuela.
Lo mejor de Bale estaba por llegar. Antes, cuando el Celta a¨²n ten¨ªa soltura y palique, el ¨¢rbitro mir¨® a las musara?as en un atropello de Casemiro a Brais. La jugada deriv¨® en gol de Jozabed, anulado por fuera de juego de Wass. El Celta, bien navegado por Lobotka, su mejor noticia de la temporada junto a la nueva crecida de Aspas, estaba a un paso de la dimisi¨®n forzosa.
Con el argentino Boye sin retrovisor para quien se aventurara por su banda, ya fueran Achraf o Bale, liberados a sus anchas, Isco enfil¨® al gal¨¦s. Bale aceler¨® a 33 kil¨®metros por hora y fren¨® ante Jonny en un pico del ¨¢rea. Se concedi¨® un autopase ante el lateral celti?a y dinamit¨® el bal¨®n con un zurdazo en comba que retumb¨® en Vigo. Bale, de vez en cuando, en estado puro: potencia at¨®mica y munici¨®n nuclear. Eso s¨ª, como retrato de este Celta, en toda la extraordinaria maniobra de Bale en su 15? gol en Liga no apareci¨® ni de lejos un camarada del llanero Jonny.
Sin Aspas, que no reapareci¨® hasta el 6-0, y ante un desatado Bale, al equipo de Unzu¨¦ no le lleg¨® con Lobotka. El eslovaco, que tutela la pelota como si fuera su grial, es un futbolista din¨¢mico, de buen pie, ¨¢gil en los espacios cortos y el cuarto robabalones de la Liga. El ¨²nico visitante que dej¨® pisada en el Bernab¨¦u. A su alrededor, como toda la campa?a, un equipo blandengue, indefinido, m¨¢xime como forastero.
Kiev, ¨²nica gloria posible
Activado por Bale, con la letra de Modric e Isco, el conjunto de Zidane acorral¨® a su rival con una presi¨®n alta que destartal¨® al cuadro gallego, tibio ante cada acometida local. As¨ª se gan¨® Isco un pase de Modric y el malague?o enrosc¨® la pelota en la escuadra que ten¨ªa menos a la vista. Como Bale en el segundo emboque, un tiro propio de los elegidos, de esos que vuelan en curva con el efecto pl¨¢tano. Poco m¨¢s de media hora y tres dianas de pel¨ªcula. A¨²n restaban otras tres, menos de orfebrer¨ªa, pero igual de contables. De hecho, los goles m¨¢s terrenales llegaron en el mejor periodo del Madrid.
Unzu¨¦ reaccion¨® ante el cr¨¢ter en la banda de Jonny con Hern¨¢ndez por Boye y Jozabed desplazada al auxilio de su lateral izquierdo. No hubo ajuste. Y Achraf, en una de sus numerosas aventuras ofensivas, puso el turbo y clav¨® el cuarto. El Madrid advirti¨® que hab¨ªa fiesta y no se hizo el remol¨®n. Coloniz¨® al Celta y le sacudi¨® por todos los lados. Sergio, meta visitante, achic¨® cuanto pudo. Pero todo tiene un l¨ªmite, como el despeje a su red de Serio G¨®mez para el quinto tanto local. O el despiste descomunal de todos sus colegas, que se comieron un saque de banda para el sexto, con autor¨ªa de Kroos previa maniobra magn¨ªfica de Mayoral. Un cierre casero feliz. Eso s¨ª, para un Real sin otra gloria posible que la de Kiev.
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