La pen¨²ltima danza del guerrero
El doblete de Griezmann propicia el t¨ªtulo del equipo rojiblanco en la que podr¨ªa ser su despedida
Y Griezmann bail¨® sobre el c¨¦sped del Stade de Lyon. Fue una danza de guerra a pesar de la comicidad de la coreograf¨ªa, inspirada en el videojuego Fortnite. Es la fiesta despu¨¦s del trabajo, de marcar, de llevar al Atl¨¦tico a su tercera Liga Europa y de ser elegido el mejor jugador de la final. Y todo sabi¨¦ndose observado al detalle. Su m¨¢s que probable marcha al Barcelona hab¨ªa copado la preparaci¨®n de un partido que pod¨ªa darle un t¨ªtulo, el segundo tras la Supercopa de Espa?a que gan¨® en 2014. "Si quiere irse que sea haciendo historia", le hab¨ªa avisado Costa. Lo hizo a lo grande, aprovechando las dos ocasiones m¨¢s claras que tuvo en un partido que arranc¨® torcido para el Atl¨¦tico. Pero es que el equipo de Simeone tiene cuerpo y colmillos de serpiente.
Retrasado en la posici¨®n de mediapunta, saltando por los aires tratando de controlar los primeros balones que le llegaron se choc¨® con hasta tres jugadores del Olympique de Marsella. No fue casualidad. Anguissa, Sanson y Rami hab¨ªan recibido la misma orden. Pero Griezmann tiene la libertad y capacidad para resultar inc¨®modo en demasiadas posiciones. Y no perdon¨® cuando le lleg¨® un pase de Gabi tras un error garrafal de uno de sus carceleros, Anguissa, con el que bati¨® a Mandanda en algo que se pareci¨® a un penalti por la distancia y la ejecuci¨®n. En el que ser¨ªa solo el primer gol defini¨® con precisi¨®n pero en el segundo lo hizo con tanta elegancia como mala intenci¨®n. "Lo cierto es que puede jugar en cualquier equipo del mundo", dijo el martes Gabi. Lo que demostr¨® es que tambi¨¦n puede marcarle a cualquier equipo del mundo.
El ¨²nico atisbo de humanidad que demostr¨® el de Macon con el Marsella tuvo que ver con Payet. Cuando este tuvo que abandonar el campo lesionado, hecho un mar de l¨¢grimas, Griezmann se acerc¨® a ¨¦l y le bes¨® en la mejilla. Un cari?o para un amigo en la selecci¨®n francesa. No hubo ninguna concesi¨®n m¨¢s. De hecho, a punto estuvo tambi¨¦n de asistir a Costa y terminar por cerrar un partido de por s¨ª decantado gracias a su repertorio. "Nuestro objetivo es siempre ser un equipo duro y definir arriba", cont¨® el franc¨¦s tras el partido. Es el primer gran t¨ªtulo para el siete. "Yo sal¨ª de casa con 14 a?os para ganar Copas", cont¨® al micr¨®fono de beIN antes de escabullirse para evitar m¨¢s preguntas.
El de Griezmann no fue el ¨²nico marcaje individual del partido. Durante gran parte del partido, Germ¨¢n Burgos tuvo al cuarto ¨¢rbitro pegado a ¨¦l. "Perdona", le dec¨ªa este con la mano cada vez que abandonaba el rect¨¢ngulo que limita la zona t¨¦cnica. "Vale, que no vuelva a pasar", respond¨ªa este con muecas el paciente Szymon Marciniak con resignaci¨®n polaca. Lo cierto es que Germ¨¢n Burgos se movi¨® menos de lo que acostumbra Simeone, inquieto en la jaula de cristal desde la que observ¨® el partido.
Bengalas en la grada
En la grada, la mayor¨ªa de aficionados franceses convirti¨® por momentos el Stade de Lyon en una r¨¦plica del Velodrome, aunque los cerca de 10.000 seguidores del Atl¨¦tico aprovechasen los escasos silencios para hacerse notar. El humo de las bengalas que prendieron desde el fondo marsell¨¦s lleg¨® a molestar a los jugadores. "Recuerden que dentro del estadio est¨¢ prohibido fumar", avisaron por megafon¨ªa. Curiosa distinci¨®n entre humos.
Lleg¨® a llover con tanta intensidad en la segunda mitad que el Mono sigui¨® en su sitio. Rudi Garc¨ªa se refugi¨® en su banquillo, elevado unos metros por encima del c¨¦sped, pero el entrenador del Atl¨¦tico solo se meti¨® las manos en los bolsillos. Pegado a la l¨ªnea de cal, movi¨¦ndose sobre su eje. El Atl¨¦tico jug¨® como si nada estuviera ocurriendo alrededor, con el piloto autom¨¢tico puesto. Como el Mono cuando Griezmann marc¨® el primer gol con la calma de un oficinista. La misma con la que volvi¨® a hacerlo despu¨¦s con un remate picado quir¨²rgico. Ni con esas se alter¨® el argentino, contemplativo en su recuadro. Solo para abrazarle cuando fue sustituido por Fernando Torres.
Desde ah¨ª sigui¨® observando como Antoine entregaba al Atl¨¦tico un trofeo bals¨¢mico, que si bien no sutura la eliminaci¨®n de la Champions, s¨ª que sirve para agrandar la vitrina. Y todo gracias a un futbolista que deber¨¢ pronunciarse pronto acerca de su futuro. Esperar¨¢ a que acabe la temporada, para la que resta un partido el domingo ante el Alav¨¦s. De irse lo har¨¢ con un t¨ªtulo, como le conmin¨® Costa, como lamentar¨¢n todos y cada uno de los colchoneros que dejar¨¢n de verle bailar.
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