J¨¹rgen Klopp, presionar o morir
Bajo la determinaci¨®n de ir al ataque sin reparar en gastos, el t¨¦cnico del Liverpool disimula la contradicci¨®n de una plantilla carente de talento para gestionar el bal¨®n con pausa
J¨¹rgen Klopp es v¨ªctima de un debate interno. Se?alado por muchos de sus colegas como un entrenador contragolpeador que destaca exclusivamente por la organizaci¨®n extrema de lo que en Alemania llaman gegenpressing, la presi¨®n contra la presi¨®n, el t¨¦cnico que ha conducido al Liverpool a la final de la Champions acusa una contradicci¨®n. Le catalogan como a un predicador del juego directo pero ¨¦l nunca fue m¨¢s feliz que cuando en el eje de su equipo dispuso de Hummels, Gundogan y G?tze, tres magos del manejo de los tiempos de la elaboraci¨®n. Con ellos en el Dortmund gan¨® la Bundesliga en 2012, antes de que la directiva comenzara a vender a los mejores jugadores. Si este Liverpool se comporta mejor contra rivales que llevan la iniciativa, no es porque Klopp as¨ª lo quiera. Es porque, con la plantilla que tiene, no le ha quedado m¨¢s remedio.
¡°Despu¨¦s de los ensayos de la primera temporada, este a?o pusimos el foco en la posesi¨®n¡±, indica Peter Krawietz, el jefe de los analistas del Liverpool; ¡°la idea fue controlar la velocidad del juego con la pelota. Pero no lo olvidemos: el control total del bal¨®n es imposible¡±.
La dificultad se multiplica cuando los mediocampistas, los principales encargados en marcar los tiempos, carecen del talento de los mejores. Klopp no tard¨® en resignarse a la evidencia: Coutinho, no era un centrocampista como Gundogan sino un jugador inclinado espiritual y f¨ªsicamente a vivir en el ¨¢rea contraria. Le qued¨® Emre Can, un mediocentro prolijo que no dej¨® de sufrir problemas f¨ªsicos ni de negociar su marcha a la Juventus, cosa que parece inminente. Y le qued¨® el atl¨¦tico Wijnaldun, que no es capaz de sacudirse sus dispersiones de extremo nato; y los abnegados volantes ingleses, Oxlade-Chamberlain, que se lesion¨®, Jordan Henderson, el capit¨¢n, y el viejo James Millner. Poca cosa para dominar los tiempos, los espacios y la pelota durante 90 minutos.
Klopp fue todo lo expl¨ªcito que le permiti¨® el protocolo, en la conferencia de ayer en Anfield. ¡°Si hubi¨¦ramos intentado jugar como el Bayern, el Bar?a, la Juventus o el Madrid, nos habr¨ªamos quedado fuera en la fase de grupos¡±, dijo. ¡°Tenemos que ser m¨¢s en¨¦rgicos que otros equipos. Porque estamos en otro nivel y para compensarlo debemos hacer m¨¢s. Hacer m¨¢s puede hacernos cometer m¨¢s errores. Pero no creo que tengamos otra alternativa¡±.
¡°Todo lo que puedes hacer es encontrar un orden general que saque lo mejor de tu plantilla¡±, dice Kravietz en el libro Bring the Noise. ¡°La combinaci¨®n eficaz en el f¨²tbol siempre depende de que dos personas tengan la misma idea al mismo tiempo. El trabajo de un entrenador es practicar estas secuencias para implantar una idea. La alternativa es depender de la calidad individual. Pero en ninguno de los clubes en que hemos trabajado nos pudimos permitir ese tipo de jugadores¡±.
Ante la falta de un metr¨®nomo Klopp ha recurrido a las fuentes. Al orden aprendido de su padre Norbert y al achique de espacios que incorpor¨® como disc¨ªpulo de Wolfgang Frank, pionero en la introducci¨®n en Alemania del modelo de Arrigo Sacchi. Constatada la incompetencia de la l¨ªnea de cuatro para sostener una defensa m¨ªnimamente segura en campo propio, env¨ªa a todos sus jugadores a invadir el campo rival. La decisi¨®n lo empuja a la aplicaci¨®n extrema del gegenpressing. La presi¨®n como punto de apoyo del ataque r¨¢pido, sin pausa. Su marca registrada.
¡°El mejor momento para ganar la pelota es inmediatamente despu¨¦s de que tu equipo la pierde¡±, dice Klopp; ¡°cuando el rival todav¨ªa est¨¢ buscando orientarse para dar el primer pase, cuando ha concentrado su esfuerzo en correr para interceptar o para ir al suelo y, distra¨ªdo en ese gasto de energ¨ªa, ha desatendido el juego. Ah¨ª es cuando el contrario es m¨¢s vulnerable¡±.
El Liverpool define todo su juego a partir de la presi¨®n porque as¨ª se obtienen tres cosas. Atenuar los da?os en defensa, evitar que sus centrocampistas piensen demasiado, y trasladar el centro de gravedad del equipo a Firmino, Man¨¦ y Salah, tres delanteros capaces de dar sentido a las maniobras gracias a su conocimiento del juego. El resultado es la enfermer¨ªa o la puerta grande. Klopp, que sabe que su plantilla no ofrece mejor alternativa, desv¨ªa la atenci¨®n autoparodi¨¢ndose: ¡°No soy la clase de t¨ªo que va y dice cosas como: ¡®?Vamos a conquistar el mundo!¡¯. Pero vamos a conquistar el bal¨®n. ?Cada pu?etera vez! Vamos a cazar la pelota, vamos a correr m¨¢s, vamos a luchar m¨¢s¡¡±.
En la temporada 2016-17 este plan le funcion¨® para contragolpear a los equipos grandes de la Premier. No perdi¨® ni uno solo de los diez duelos que disput¨® contra City, United, Chelsea, Tottenham y Arsenal. Gan¨® cinco y empat¨® otros cinco antes de clasificarse quinto. Este curso el Liverpool no ha conducido tan bien sus cruces con los rivales directos, con dos victorias, cuatro empates y cuatro derrotas, pero ha logrado el cuatro puesto en la Premier y el acceso a la final de la Champions como el cuadro m¨¢s goleador.
¡°Me gusta la intensificaci¨®n total¡±, dice Klopp, consciente del gancho que producen sus exageraciones en la prensa inglesa. ¡°Me gusta cuando hay choques y estruendo por todas partes, un sentido de todo o nada, pura adrenalina y nadie capaz de respirar¡±.
La risa es una forma como cualquier otra de buscar consuelo y mantener al p¨²blico distra¨ªdo. La realidad es que a J¨¹rgen Klopp, preso de su imagen salvaje, le gustar¨ªa tener jugadores m¨¢s sofisticados.
Suabo, cristiano y socialista
J¨¹rgen Klopp naci¨® en Glatten, en la Selva Negra. ¡°Hab¨ªa 1.500 personas cuando me fui y ahora viven 1.499¡±, dijo, cuando le preguntaron por la naturaleza de su aldea suaba.
De joven quiso ser m¨¦dico. Como era un mal alumno, sus notas se lo impidieron. Estudi¨® entonces Ciencias del Deporte en la Universidad Goethe de Frankfurt mientras se esforzaba por ser futbolista profesional. Desechado en la cantera del Eintracht, acab¨® instal¨¢ndose en el Mainz 05, en la Segunda Divisi¨®n. All¨ª renunci¨® a sus pretensiones de goleador para ejercer en el que, por entonces, constitu¨ªa el m¨¢s irrelevante de los puestos del f¨²tbol: el lateral derecho. La revoluci¨®n comenz¨® en el rinc¨®n m¨¢s marginal.
Entre 1995 y 2000, el Mainz de Wolfgang Frank aplic¨® el ideario de Sacchi de forma pionera en Alemania, en donde los equipos tardaron en superar al libero, practicar el 4-4-2 y establecer la defensa zonal. La prolongaci¨®n de Frank en el terreno de juego fue Klopp, feliz de poder disimular sus carencias t¨¦cnicas con las novedosas trampas colectivas de la t¨¢ctica.
Cristiano de convicciones protestantes, desde adolescente lo movi¨® un poderoso sentido comunitario. "Yo dir¨ªa que nuestra misi¨®n es hacer que nuestro min¨²sculo pedazo de tierra sea m¨¢s hermoso", dijo en el Westdeutsche Zeitung, en 2007. "La vida consiste en hacer que los lugares por donde pasas sean mejores, y en no tomarte demasiado en serio. En darlo todo. En amar y ser amado".
"Creo en el estado de bienestar", dijo una vez al diario Taz; "nunca pagar¨¦ un seguro privado de salud. Nunca votar¨¦ un partido porque prometan bajar los impuestos. Si hay algo que jam¨¢s har¨¦ en toda mi vida es votar a la derecha".
Cuando le pidieron que reflexionara sobre el Brexit durante una entrevista para el Guardian, no reprimi¨® un mensaje que, al menos en Inglaterra, desat¨® una pol¨¦mica: "No soy de ning¨²n modo la persona adecuada para hablar del Brexit, pero si me preguntan doy mi opini¨®n. ?Qu¨¦ la gente me escucha? Quiz¨¢s ese sea el problema: la gente escucha a las personas equivocadas. ?Por eso Trump es presidente de los Estados Unidos! ?Por eso los ingleses han votado el Brexit! La Uni¨®n Europea no es perfecta, no ha sido perfecta y no ser¨¢ perfecta. Pero es la mejor idea que hemos tenido hasta el momento. Pens¨¦moslo una vez m¨¢s. Votemos otra vez con la informaci¨®n adecuada. Aprobar el Brexit con el 51% contra el 49% de los votos no tiene ning¨²n sentido".
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