Un esbozo de Serena Williams

Embutida en una especie de neopreno negro de licra, al estilo de una superhero¨ªna, con una faja sanferminera y regalando sonrisas all¨¢ donde pasaba.

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De esta guisa regres¨® Serena Williams a Roland Garros, donde no se la ve¨ªa sobre la arena de la Chatrier desde hace dos a?os y donde se la quiere a raudales, porque entre la estadounidense y Par¨ªs siempre ha habido feeling, una conexi¨®n especial que se palpa durante estos albores del torneo. Volvi¨® Serena (7-6 y 6-4 a Krystina Pliskova) y regres¨® el show, el espect¨¢culo en estado puro, los ?ooohs! interminables y sobre todo las emociones fuertes, la adrenalina, la derecha m¨¢s demoledora de todos los tiempos. No jugaba la estadounidense un partido de un Grand Slam desde hac¨ªa un a?o y cuatro meses, as¨ª que hab¨ªa cierta ansiedad por verla de nuevo y por comprobar en qu¨¦ estado est¨¢. Veredicto: lejos, muy lejos de la aut¨¦ntica Serena ahora mismo.

En su primera toma de contacto con un evento de m¨¢ximo nivel ¨Chabiendo regresado oficialmente en Indian Wells, casi tres meses atr¨¢s¨C, la norteamericana ofreci¨® una lectura clara m¨¢s all¨¢ del atractivo componente que arrastra siempre su personaje. Despu¨¦s de haber estrenado maternidad el a?o pasado y de 14 meses retirada de las pistas, todav¨ªa le faltan varias vueltas de tuerca para volver a ser la que era. ¡°La mejor tenista, mujer u hombre, de todos los tiempos¡±, declar¨® la semana pasada Roger Federer.

Venci¨® con un marcador ajustado, pero al margen de las cifras ¨Cdiscretos porcentajes con el servicio y cuatro opciones de rotura menos que su rival, la 70 del mundo¨C se la vio torpona y oxidada, fuera de forma y atolondrada; rob¨®tica en los movimientos y muy confusa en la toma de decisiones. Resumiendo, un mejunje que invita a pensar en un recorrido corto en Par¨ªs y que depar¨® escenas con un toque ciertamente circense: patinazos, ca¨ªdas y un extra?o manoteo en la red, no se sabe muy bien si con prop¨®sito disuasorio o para mantener el equilibrio y no rebozarse otra vez.

La maternidad por delante

Serena, hoy d¨ªa, es un esbozo de s¨ª misma. Consciente de ello, ha ido retrasando el hom¨¦rico desaf¨ªo de superar los 24 grandes de Margaret Court hasta la fecha. Insinu¨® que competir¨ªa en enero en Melbourne, el escenario donde el a?o pasado gan¨® el t¨ªtulo en un estado de gestaci¨®n de casi tres meses, pero al final renunci¨®. Se asom¨® por Indian Wells (3? ronda) y Miami (1?) para jugar cuatro partidos y tambi¨¦n actu¨® fugazmente en la Copa Federaci¨®n, en un dobles junto a su hermana Venus, y las sensaciones fueron muy tibias. Por eso declin¨® jugar encuentro alguno en tierra (Madrid y Roma) para aterrizar directamente en Par¨ªs, ciudad que adora pero que parad¨®jicamente es, de los cuatro Grand Slams, en la que menos oro ha recaudado (2002, 2013 y 2015).

¡°No fue un partido f¨¢cil¡±, admiti¨® en la sala de conferencias. ¡°Pero definitivamente estoy feliz por mi actuaci¨®n y c¨®mo jugu¨¦ hoy¡±, continu¨® antes de bromear sobre la curiosa indumentaria que luci¨®, inspirada en la pel¨ªcula Black Panther. ¡°El catsuit [traje de una pieza] es genial, divertido, aunque lo dise?amos antes que la pel¨ªcula. Intent¨¦ pon¨¦rmelo un par de veces antes¡­ pero no lo hac¨ªa desde hace tiempo, como hace un mes¡±, brome¨® la tenista, de 36 a?os, a la que se le plante¨® si tal vez las rivales puedan ahora subestimarla, dada la exigencia de un regreso como el suyo: ¡°No lo s¨¦, no lo s¨¦. No puedo responder a esto. Estoy aqu¨ª solo para disfrutar y ver qu¨¦ ocurre. Creo que voy por el camino correcto, porque he trabajado mucho tanto dentro de la pista y fuera, dentro, fuera... As¨ª ha sido mi vida¡±.

Despu¨¦s, la ganadora de 23 grandes ¡ªinstalada en el puesto 451 del ranking y emparejada con la australiana Ashleigh Barty el jueves, en la segunda ronda¡ª dej¨® muy claro su orden de prioridades actual: ¡°Olympia [su hija de ocho meses] es lo primero, sea lo que sea. Le dado mucho al tenis y el tenis me ha dado mucho a m¨ª, estoy muy agradecida, pero ahora ella es lo primero. Todo lo que hago ahora gira en torno a ella¡±.