Dinamarca y Australia empatan en un fren¨¦tico partido
Los daneses se adelantan con un tempranero gol de Eriksen y los australianos igualan tras convertir un penalti en el que el VAR, impecable una vez m¨¢s, auxili¨® a Mateu Lahoz
El muestrario mundialista es variado. Ofrece equipos que ejecutan libretos basados en el aseo en el toque, en salvaguardar la posesi¨®n de la pelota, en aplicar una presi¨®n asfixiante y lanzar veloces transiciones o en abrir el paraguas de la prudencia y achicar espacios ante su porter¨ªa. A Australia no cabe encasillarlo entre los m¨¢s sutiles, seguramente tampoco a Dinamarca. Pero, si se atiende a las actitudes, no est¨¢n tampoco entre los m¨¢s remisos. Por eso protagonizaron un partido fren¨¦tico y entretenido pleno de vigor, velocidad, fuerza y coraje, de idas y vueltas que no se quedaban por el camino sino que ten¨ªan llegada. Con justicia acabaron el partido en empate (1-1), exhaustas y, al tiempo, con una mueca de descontento. Dinamarca sinti¨® que tuvo cerca el triunfo y con ¨¦l casi cerrado el objetivo de entrar en octavos de final sin esperar a su partido del pr¨®ximo martes contra Francia. Peor, con tres puntos menos que los daneses, lo tiene Australia, que llegar¨¢ a la cita final ante Per¨² contra las cuerdas. Pero con vida.
Porque a Australia hay que matarla varias veces antes de firmar su certificado de defunci¨®n. Ocurre en casi todas las modalidades deportivas, quiz¨¢s tambi¨¦n en la vida. Se trata de tipos extremadamente competitivos, rebeldes ante golpes y vaivenes. Dinamarca le dio fuerte y pronto, con un gol a los siete minutos que pareci¨® definir el partido porque le dio al menos durante media primera parte el control del juego. Marc¨® Eriksen, que atesora una estad¨ªstica demoledora porque ha participado en 20 de los 21 ¨²ltimos goles de su selecci¨®n, pero que en esta oportunidad oper¨® m¨¢s como llegador que como generador. Dinamarca not¨® su falta de peso en el juego porque Australia quiso convertir el centro del campo en una zona libre de peajes. Cuando lo consigui¨® fue m¨¢s equipo que su rival y la estrella del Tottenham pocas veces se hizo valer.
Ese giro ocurri¨® hacia la media hora de partido. Para entonces Australia hab¨ªa tenido problemas para jugar cerca de su meta porque el delantero Jorgensen estaba dando un recital de espaldas a la porter¨ªa de Ryan. As¨ª forj¨® el tanto dan¨¦s y de esa manera pudo fabricar alguno m¨¢s. Pero le cortaron el suministro. Y la luz que se encendi¨® fue la australiana, la del ardor y la agitaci¨®n, la de la velocidad de Kruse y sobre todo Leckie por los costados. Coincidi¨® adem¨¢s que cuando Australia emerg¨ªa lleg¨® al empate, un penalti que el VAR, impecable en su aplicaci¨®n, ayud¨® a rectificar a Mateu Lahoz despu¨¦s de que le pasase desapercibido un rechace de Poulsen en el ¨¢rea con el brazo en alto. Transform¨® Jedinak.
Australia sali¨® indemne de un susto con un remate de Sainsbury hacia su propia porter¨ªa que oblig¨® a estirarse a Ryan, pero lleg¨® al descanso con mayor peso en el partido, siempre amenazante en el juego a¨¦reo, como en la acci¨®n que forz¨® el penalti. Y todo con la gasolina de la fe propia de los esforzados que obtienen premio. Tras el par¨®n se acomod¨® para defender sin la pelota y aplicarse en un intercambio de golpes. Igual porque todo iba a todo trapo falt¨® finura en las resoluciones. Rond¨® la victoria a ambos bandos y los cambios mejoraron la aportaci¨®n del cuadro de Ocean¨ªa, que gan¨® categor¨ªa, desborde y descaro con la entrada al campo del joven extremo Arzani, un delicioso contrapunto. Fue a peor Dinamarca con Cornelius en el eje del ataque en sustituci¨®n de Jorgensen, sin minutos para el siempre aguardado Kasper Dolberg, que llega de puntillas al Mundial tras una mala campa?a y no cuenta a¨²n para su t¨¦cnico. No complet¨® los tres cambios Age Hareide, quiz¨¢s no hab¨ªa ni tiempo para hacerlos, ni tampoco capacidad para que alguien se subiese a un tren de alta velocidad en marcha. Eso era el partido, un b¨®lido que lleg¨® desbocado a un final a cara o cruz en el que la moneda cay¨® de canto.
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