Parece que es bueno el 8 de Alemania
Dicen que el Madrid anda como loco buscando jugadores en el Mundial
Si hay un equipo que acostumbra a faenar, con mayor o menor ¨¦xito, en ese caladero de jugadores llamado Mundial es el Real Madrid. Florentino P¨¦rez, en sus dos ¨¦pocas como presidente, que parecen una sola, y eterna, ha logrado echar la ca?a a algunos de los futbolistas que m¨¢s han destacado en el evento. Recordemos los antecedentes: Mundial de 2002. Nada ni nadie detiene a Ronaldo Nazario, el brasile?o aquel que convert¨ªa cada partido en una juerga para ¨¦l y para la humanidad. Fue el m¨¢ximo goleador del torneo y no fue elegido por la FIFA el mejor jugador, lo fue Kahn, porque salir de noche perjudica sobremanera (a los de la FIFA, decimos, que a Ronaldo le sentaba de maravilla). Dos meses despu¨¦s del Mundial, y tras una interminable negociaci¨®n a garrotazos con el Inter, el Madrid fichaba a Ronaldo.
Cuatro a?os despu¨¦s, en 2006, el pomposamente llamado Grupo de Estudios T¨¦cnicos de la FIFA nombr¨® a Zidane mejor jugador del Mundial de Alemania, como no pod¨ªa ser de otra manera, seguido muy de cerca por Cannavaro, lo cual no hizo sino demostrar que algunos segu¨ªan saliendo de noche. No era por entonces P¨¦rez presidente del Madrid, pues hab¨ªa dimitido en febrero de aquel a?o, pero a su sustituto, Ram¨®n Calder¨®n, no se le ocurri¨® otra cosa que fichar al siempre bien ponderado Cannavaro. Junto a ¨¦l lleg¨®, como un directo al ment¨®n, el brasile?o Emerson. Sin comentarios. Por suerte, y en un arrebato de buen gusto, Calder¨®n logr¨® fichar tambi¨¦n a Van Nistelrooy.
De vuelta a la presidencia, el Mundial de 2010 sirvi¨® a Florentino P¨¦rez para reforzar la plantilla al gusto del nuevo entrenador, Jose Mourinho. Y de quienes estuvieron en Sud¨¢frica llegaron al club blanco Carvalho, Khedira, ?zil y Di Mar¨ªa, algo as¨ª como nubes y claros. Lo ocurrido en Brasil 2014 es de sobra conocido. Gan¨®, y c¨®mo, Alemania, que firm¨® la goleada de todas las goleadas, 1-7 a Brasil, partido en el que un tal Kroos marc¨® dos goles. As¨ª que Florentino P¨¦rez ech¨® el lazo al centrocampista alem¨¢n, a quien Guardiola no ve¨ªa imprescindible en su Bayern (eso es vista), adem¨¢s de a James, m¨¢ximo goleador del torneo, y a un portero que caus¨® entonces, y sigue causando, sensaci¨®n, Keylor Navas.
Y as¨ª llegamos al Mundial actual. Por tierra, mar y aire se nos ha avisado de que la inminente renovaci¨®n de la plantilla del Madrid, renovaci¨®n obligada dado que de las ¨²ltimas cinco Champions solo ha ganado cuatro, una verg¨¹enza, oiga, pasa por echar el guante a los futbolistas que m¨¢s brillen all¨¢ en Rusia. Y es entonces cuando uno, observador como es, repasa la lista de aquellos que m¨¢s han destacado, entre los que est¨¢n dos jugadores a los que el Madrid supuestamente pretende: Hazard y Kane. Con el belga Hazard sucede que en su fichaje llevaba insistiendo Zidane dos a?os, sin que Florentino P¨¦rez le hiciera el m¨¢s remoto caso. De hecho, el t¨¦cnico franc¨¦s dimiti¨® de forma inopinada cuando tuvo la certeza de que los planes del presidente,?siempre bien asesorado por no se sabe qui¨¦n, respecto a altas y bajas, no ten¨ªan nada que ver con los suyos. El caso de Kane es m¨¢s sencillo. Su equipo, el Tottenham, no le va a soltar por un precio inferior a lo que costar¨ªa la venta del Bernab¨¦u.
Contin¨²a uno, pues, con su mejor intenci¨®n, repasando la lista de quienes vienen destacando en Rusia. Y en ella no encuentra a Lewandovsky, a Kant¨¦, a Salah, ni siquiera a Neymar, jugadores todos que supuestamente pretende el Madrid. Pero s¨ª al n¨²mero 8 de Alemania y al 10 de Croacia, que curiosamente son el 8 y el 10 del Madrid. De Modric, el croata, ya se ha dicho todo. Nunca ganar¨¢ el Bal¨®n de Oro sencillamente porque el Bal¨®n de Oro no le merece. De Kroos, el alem¨¢n, poco hay que decir tras el gol que marc¨® a Suecia, all¨¢ en el minuto 95, con su selecci¨®n al borde de la eliminaci¨®n, autor como fue de un lanzamiento perfecto que entr¨® directo en la historia y que el 8 de Alemania se atrevi¨® a ejecutar por una raz¨®n sencilla: no sab¨ªa que era imposible.
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