Goles no son amores
Ni remotamente hay alguien en el mercado que se acerque a CR
Tan intrincado es el f¨²tbol que 45 d¨ªas despu¨¦s de proclamarse campe¨®n de Europa por tercera vez consecutiva, en el Real Madrid han pedido la baja sus dos principales s¨ªmbolos: Zinedine Zidane y Cristiano Ronaldo. Por lo que se ve, no hay t¨ªtulos ni goles suficientes que satisfagan a las partes. Le ocurri¨® al t¨¦cnico y ahora la espantada le corresponde al icono de los ¨²ltimos nueve a?os. Y, en los dos casos, los divorcios no solo han tenido aristas econ¨®micas. Solo hay que contrastar la fr¨ªa despedida entre CR y el club ¡ªcon dos comunicados¡ª y el emotivo adi¨®s p¨²blico de Zidane.
Zizou se fue lamentando su bacheado tr¨¢nsito por la Liga y sabedor de que de no haber sido por la escala en Kiev hubiera sido despedido. Y ahora vuela a Tur¨ªn Cristiano. Una diferencia entre ambos: el entrenador dio un portazo tan repentino y sonoro que al rector del club le dej¨® sin maniobra posible. De alg¨²n modo, tanto refunfu?arse cada campa?a, Cristiano llevaba siglos negociando su ida, dale que dale con su contrato, un ojo en la cuenta de Messi, otro en la Hacienda de Messi y otro en las caricias azulgranas a Messi. Para el portugu¨¦s, su obra ha estado muy por encima de lo much¨ªsimo que ha recibido (en caja y en adoraciones). Lo que quiz¨¢ descubra con la madurez es que ni aunque le regalen la FIAT evitar¨¢ sentirse agraviado. Pocos divos necesitaron tanto subrayar un legado que por s¨ª solo explica de sobra la dimensi¨®n del mito.
Por m¨¢s que se mercantilice el f¨²tbol, a pesar de su desorbitada veta comercial, a¨²n queda un reducto invencible: su extraordinario arraigo como dep¨®sito sentimental, casi tribal. Por ello no siempre goles son amores. Ni siquiera cuando la cifra es tan marciana que llega a los 450 goles en 438 partidos. Hay otras cuestiones que trascienden al mero rendimiento deportivo.
Cristiano Ronaldo es un futbolista sublime, de ¨¦poca, pero se va del Real Madrid mucho m¨¢s admirado que querido. Gol a gol, gesta a gesta, resulta que el chico no lleg¨® a sentir el cari?o que su inmenso omblig¨®metro le hac¨ªa creer merecer. El hombre reclamaba y reclamaba, morro a morro, latigazo verbal a latigazo verbal, silencio va silencio viene, intermediario va intermediario viene, un doble amor. La caranto?a del dinero y mimos y m¨¢s mimos de cuantos le rodeaban, ya fueran los bedeles o el presidente. Si a Messi cuesta verle venir, Cristiano nunca tuvo disimulo. Y nunca se sinti¨® saciado, m¨¢s all¨¢ de que el presidente, Florentino P¨¦rez, siempre le tuviera por un hijo adoptivo, dado su fichaje por su predecesor, Ram¨®n Calder¨®n.
Al margen de sus cuitas con el dirigente, en su d¨ªa a d¨ªa todo era una reivindicaci¨®n a perpetuidad: cada gesto, cada golpe de pecho a lo Hulk, cada mueca, cada desplante, cada plante, cada gui?o a Messi, cada Bal¨®n de Oro... Tan insoportable hasta para un eg¨®latra como ¨¦l. Tan insufrible hasta para un mandatario que aspira a la hermandad eterna con Santiago Bernab¨¦u. E irremediable para una entidad ya desfondada de tanto llevar a hombros a su estrella. Que la instituci¨®n te contemple mucho m¨¢s de la cuenta es una cosa, querer tenerla en un pu?o cada vez que te da una ventolera es intolerable hasta con una celebridad como Cristiano. Del divorcio es probable que a corto plazo quien m¨¢s crudo lo tenga sea el Real Madrid. No hay Cristiano a la vista ni remotamente. Los genios no se clonan. El gol es impagable y al portugu¨¦s se le ca¨ªan a racimos. No hay Bale, Neymar, Mbapp¨¦ o Kane de los que colgar medio centenar de dianas por temporada durante nueve cursos. El Madrid se ver¨¢ ahora ante una encrucijada. Por un lado, se sentir¨¢ obligado a ligarse a un crack del segundo escal¨®n ¡ªel siguiente a Messi y CR¡ª que llene el cr¨¢ter que deja el luso. Una sobredosis de presi¨®n para cualquiera que sea se?alado como inmediato sucesor.
Cabr¨ªa, por otro lado, que intente parchear el vac¨ªo de forma coral, con un goteo de buenos jugadores. Pero, en ese caso, se resentir¨ªa la tesorer¨ªa del m¨¢rketing y otras derivadas. El Madrid, por su modelo, precisa de una figura tot¨¦mica. Y m¨¢s cuando no solo ha perdido a Cristiano, sino tambi¨¦n a Zidane. Hoy, el Madrid est¨¢ m¨¢s solo que antes de ganar la 13? Copa de Europa. El f¨²tbol no tiene precio.
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