Groenewegen derrota de nuevo a Gaviria, que es descalificado en Amiens
El sprinter colombiano, encerrado en las vallas por el alem¨¢n Greipel, se abri¨® paso a cabezazos de keirin en el sprint del Tour
El ciclismo es el deporte que no se puede ver, filosofea Matt Rendell. Para el espectador en la cuneta es un paso fugaz y mareante de 180 tipos a toda velocidad por la llanura; para el telespectador es el plano que elija el realizador: si es a¨¦reo, se puede entender la totalidad, pero no se ve la cara del deportista, su gesto t¨¦cnico, su esfuerzo; si est¨¢ tomado desde la c¨¢mara fija o de una moto, se tiene el detalle del alma del corredor reflejado en su forma de mirar tras las gafas, en su manera de mover la cabeza, los brazos, pero el resto hay que imaginarlo, d¨®nde est¨¢, ad¨®nde va. Y las acciones simult¨¢neas: d¨®nde fijar la mirada, c¨®mo captarlo todo. ?C¨®mo entender que Gaviria, FernanDios, la emprenda a cabezazos con Greipel como un luchador de keirin porque el gorila alem¨¢n le cierra el paso cuando intenta colarse entre las vallas y la nada en la ¨²ltima recta de Amiens? ?C¨®mo ver al mismo tiempo diferentes espacios, distintas velocidades en un sprint? ?A Dylan Groenewegen, insolente y ajeno un d¨ªa m¨¢s, adelantar por velocidad pura en los ¨²ltimos 100 metros a quienes disputan entre s¨ª?
Groenewegen, el holand¨¦s del Jumbo, volvi¨® a ganar la etapa. Greipel y Gaviria, segundo y tercero, fueron descalificados y retrasados a los ¨²ltimos puestos del pelot¨®n, con lo que Gaviria puede ya dar por perdida definitivamente la batalla por el maillot verde con Sagan. Van Avermaet sigue l¨ªder. Y las preguntas metaf¨ªsicas, esperando respuesta.
¡°Solo la palabra salva al ciclismo¡±, contin¨²a Rendell, que es escritor y habla para la televisi¨®n. ¡°La palabra hablada de la radio, de radio Tour, es la ¨²nica fuente en la que creen los directores. La palabra, escrita o hablada, es la que conmueve a los lectores, la que les cuenta lo que pas¨®¡±.
En Tissot han aprendido a convertir el tiempo en espacio, el quid de la narraci¨®n, con su t¨¦cnica de fotofinish, que cronometra todas las etapas hasta la diezmil¨¦sima de segundo. Su resultado pr¨¢ctico es un lienzo alargad¨ªsimo en el que se reflejan en un solo plano colectivo las posturas, los gestos simult¨¢neos y al mismo tiempo aislados, la mirada de las decenas de corredores seg¨²n pasan la l¨ªnea de meta, donde se disparan las fotos. ¡°En la l¨ªnea de meta instalamos tres c¨¢maras, una a cada lado y otra cenital, que lanzan sincronizadamente 10.000 disparos por segundo¡±, explica Alain Zobrist, director ejecutivo de la relojera suiza, en el reducido recinto que justo en la l¨ªnea de meta aloja a media docena de t¨¦cnicos que con ordenadores procesan las im¨¢genes para lograr la pintura perfecta. ¡°Y aqu¨ª cuando termina la etapa est¨¢n tambi¨¦n tres jueces que inmediatamente estudian la clasificaci¨®n que preparamos y le dan valor oficial. La fotofinish no es la foto real, sino la foto ideal. Lo que hay entre los corredores es el tiempo que ha transcurrido entre su paso por la misma l¨ªnea convertido en espacio¡±.
La fotofinish, todo lo que cuenta, no elimina la necesidad de la palabra, pero la ayuda. La de Amiens capt¨® un pelot¨®n principal de 93 corredores en el que no figuraban tres que deber¨ªan estar, v¨ªctimas de una gran ca¨ªda a unos 10 kil¨®metros de la meta: el bilba¨ªno Omar Fraile, que se dol¨ªa mucho de un hombro, el irland¨¦s del M?r, Dan Martin, y Alaphilippe, el franc¨¦s volador. La palabra fue necesaria para explicar la frustraci¨®n de Gaviria, el m¨¢s fuerte de todos con toda seguridad, quien se despist¨® de su lanzador, Richeze, y no supo c¨®mo resolver su coyuntura espaciotemporal y salir de las vallas sin cabezazos. Le puso voz Quique Iglesias, de la COPE, quien vio c¨®mo el colombiano, nada m¨¢s cruzar, la meta, dej¨® la bici y se fue directo a por Greipel, no con las mejores intenciones. La fotofinish ya no estaba all¨ª.
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