¡°El regreso de Tiger Woods es como si volviera Michael Jordan¡±
El mundo del golf celebra la vuelta de Tiger a la ¨¦lite tras un calvario y espera un nuevo escenario deportivo y medi¨¢tico
Lo hab¨ªan visto por la tele. Hab¨ªan escuchado la leyenda. Pero no lo hab¨ªan visto en vivo, cara a cara. No como ahora. Para muchos j¨®venes golfistas, Tiger Woods era la segunda p¨¢gina en la enciclopedia de los mayores ganadores de grandes en la historia del golf, un mito viviente, el hombre al que seguramente le deb¨ªan buena parte de sus millonarias ganancias. No con quien se disputaban los t¨ªtulos cada domingo. Tiger como mito no se discut¨ªa. Tiger como jugador no estaba. Hasta que en el seco Carnoustie, con el viento azotando y jugando con la bola, la leyenda se hizo de carne y hueso, y chicos como Rory McIlroy (29 a?os) y Jordan Spieth (24) descubrieron lo que es jugar perseguidos por un tigre hambriento.
Eran dos universos diferentes. Con Tiger y sin ¨¦l. Desde que gan¨® cojo el US Open de 2008 hasta este Open, hasta 30 golfistas diferentes se repartieron los 40 majors disputados en ese decenio. Sin el gran glot¨®n, la tarta se repart¨ªa mucho m¨¢s. Incluso entre los que nunca hab¨ªan probado bocado. De esos 30 vencedores, 25 fueron primerizos en el Grand Slam. Quienes m¨¢s comieron fueron McIlroy (cuatro coronas) y Spieth (tres). En los 40 grandes anteriores, con Tiger en la pista, el n¨²mero de vencedores era inferior: 23, 17 de ellos novatos.
La vuelta de Tiger a las alturas lo cambia todo. Y el golf contiene la respiraci¨®n por saber qu¨¦ pasar¨¢ ahora. ¡°Ha vuelto¡±, tuite¨® la cuenta en Twitter del Open en los 20 ef¨ªmeros minutos que Tiger fue col¨ªder el s¨¢bado. ¡°Nunca he estado tan nervioso¡±, dijo Ian Poulter. Todos coinciden en que lo vivido en este Open ha cambiado las reglas del juego. El rival m¨¢s temido ha entrado en la partida, aunque no se llevara el bot¨ªn.
¡°Su regreso es la bomba¡±, explica Manolo Pi?ero, coet¨¢neo de Seve y capit¨¢n espa?ol ol¨ªmpico. ¡°Es como si Michael Jordan volviera a jugar al baloncesto. Ha sido el deportista m¨¢s admirado del mundo siendo un golfista. Tiger es fundamental no solo por el golf en s¨ª, sino para toda la industria¡±. Pi?ero se refiere tambi¨¦n al factor psicol¨®gico y al factor t¨¦cnico. ¡°La intimidaci¨®n que ten¨ªa Tiger, ese miedo que hac¨ªa encogerse el brazo y el coraz¨®n, los j¨®venes de hoy ya no lo sufren tanto. Y en cuanto al juego, desde que ha vuelto est¨¢ haciendo un swing t¨¦cnicamente mejor que nunca, pegando muy s¨®lido. Repite el swing con mucha facilidad y usa el driver m¨¢s suelto. Debido a las lesiones, Tiger forzaba mucho con la espalda y las rodillas. Arqueaba mucho la espalda, y ahora acaba el swing m¨¢s recto. Eso tambi¨¦n ocurre con los a?os. Cuando eres joven, tienes m¨¢s flexibilidad y fuerzas. Cuando eres mayor est¨¢s m¨¢s erguido. Ese ha sido el gran cambio, adem¨¢s que ha recuperado confianza con el putt¡±.
¡°Un empuj¨®n¡±
El legado del mito ha pasado de generaci¨®n en generaci¨®n. ¡°Es b¨¢sico para el golf a d¨ªa de hoy¡±, cuenta Jorge Campillo, que en este Open se vio bajo todos los focos cuando estando en el campo de pr¨¢cticas lleg¨® Tiger y se puso a entrenar a su lado. ¡°No puede ser mejor noticia que est¨¦ a este nivel. Hubo un antes y un despu¨¦s de Tiger a nivel medi¨¢tico, y ahora el golf necesita que alguien le d¨¦ un empuj¨®n a todos los niveles¡±, a?ade el cacere?o. ¡°M¨¢s que necesidad, el golf le echa de menos. Su regreso es algo incre¨ªble y muy emocionante¡±, a?ade Gonzalo Fern¨¢ndez Casta?o.
No solo es el juego. Es todo. Tiger es la revoluci¨®n en s¨ª. Las marcas no han tenido otro fil¨®n igual. Tampoco las televisiones. Como ejemplo, el Valspar Championship disputado el pasado marzo en Tampa tuvo mejores audiencias en Estados Unidos que cualquiera de los ¨²ltimos grandes hasta este British. Tiger fue segundo a un solo golpe de Paul Casey. Era un aviso.
Entre 1994 y 2008, Tiger pas¨® cuatro veces por el quir¨®fano para ser operado de la rodilla izquierda. Entre 2014 y 2017, otras cuatro intervenciones, esta vez de espalda. Hace un a?o no hab¨ªa ninguna se?al que hiciera pensar en Tiger luchando por un grande meses despu¨¦s. Menos todav¨ªa cuando en mayo fue detenido en Florida despu¨¦s de conducir bajo los efectos de los f¨¢rmacos contra el dolor. La ficha policial, su rostro hinchado y con los p¨¢rpados ca¨ªdos, era la imagen de un juguete roto. Hab¨ªa tocado fondo. De ah¨ª se ha levantado a los 42 a?os como solo lo hacen los elegidos.
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