El Real Madrid gana a su antojo
El equipo de Julen Lopetegui supera sin problema alguno a un Getafe (2-0) tan chato que no permiti¨® medir el valor real de la plantilla blanca
El Getafe ni por asomo fue el Atl¨¦tico, as¨ª que Chamart¨ªn se qued¨® con las ganas de deliberar sobre si este Madrid de contenci¨®n de gasto precisa o no de fichajes. Con lo que tiene fue sobrado ante un adversario que compareci¨® con aire de telonero, como si se hubiera dado otro partido de pretemporada. Muchas faltas y ni una pizca de juego. Con un animado Bale, varios fogonazos de Asensio, un buen manejo de Kroos, el empuje de Carvajal y Marcelo y la firmeza de Nacho, el Madrid tuvo m¨¢s que suficiente. Hasta pudo dar carrete a Ceballos y procurarse una noche de abanico que pusiera entre par¨¦ntesis las consecuentes dudas sobre el fondo de armario. Antes de que cierre el mercado, solo el Girona se cruzar¨¢ en el camino de los blancos. Salvo descalabro en Montilivi, las decisiones sobre los refuerzos obedecer¨¢n a la intuici¨®n de los rectores m¨¢s que el dictado de la cancha.
No es el Getafe un equipo de entretiempo. Con Jos¨¦ Bordal¨¢s de brigada lo mismo le da que sea agosto que diciembre. Los chicos tiran de la manta hasta las cejas y cruzan los dedos. Es su modelo, y bien que le sac¨® provecho el pasado curso. En Chamart¨ªn, quiso ser m¨¢s de lo mismo y se qued¨® en nada. Ni se inmut¨® siquiera el t¨¦cnico getafense cuando percibi¨® que su colega Julen Lopetegui reblandec¨ªa el medio campo, con Casemiro y Modric en la sombra y Ceballos e Isco como ¨²nicos mosqueteros de Kroos, forzado a ser el ¨²nico centinela en el eje. Una faena que disgusta al alem¨¢n, pero no hubo cadete azul¨®n que le incordiara. Como tampoco hubo visitante alguno que propiciara el debate sobre la porter¨ªa madridista. Imposible que hubiera plebiscito entre la parroquia. A Navas solo le dio tajo su compa?ero Courtois durante el calentamiento.
Sin remangue ofensivo del Getafe, que ni chapote¨® en el horizonte de Keylor o de Kroos, el Madrid traste¨® con la pelota a su antojo. De paso, cierta presi¨®n en el campo visitante le bast¨® para atornillar a un rival ya de por s¨ª chato con la pelota, como si esta fuera un artefacto explosivo. Sin medio pase el Getafe y sin nadie que arrestara a Kroos, el germano pudo jugar con el frac. ?l marc¨® la hora del Madrid, con un peritaje id¨®neo de lo que conven¨ªa en cada momento.
Todo en orden en un Real sin agobios defensivos, con Marcelo y Carvajal plantados en la periferia de David Soria, portero azul¨®n. A un centro de Marcelo respondi¨® de maravilla Bale, cuyo cabezazo en plancha estall¨® en el larguero. No fue la ¨²nica productividad atacante de los laterales blancos. Poco despu¨¦s del cuarto de hora, Marcelo asisti¨® de nuevo al gal¨¦s, esta vez ubicado como extremo. El brit¨¢nico sac¨® de rueda a Dami¨¢n y su centro con la zurda destempl¨® al guardameta Soria. El hombre, sin oposici¨®n, dio un cachete a la pelota, no un guantazo como Dios manda. El bal¨®n le llovi¨® a Carvajal, que muy p¨ªcaro cabece¨® a la red con un toque sutil por encima del cogote de Soria. El meta, de 1,90, hab¨ªa dejado el rancho tan a la intemperie que le gole¨® de cabeza el jugador m¨¢s bajo del Madrid.
Si la alineaci¨®n de Lopetegui no hizo descamisarse algo a Bordal¨¢s, tampoco el tanto de Carvajal produjo mudanza alguna en el Getafe, tan rebajado con el bal¨®n como sin ¨¦l, limitado a encadenar un pu?ado de faltas. Hasta el punto de ganarse con justicia dos tarjetas en una misma jugada ya con 2-0. Todo un s¨ªntoma. Cabrera, un central alistado de lateral para esposar a Bale o Asensio, nunca pudo con ninguno de los dos, sueltos y frescos.
Los asistentes del VAR acertaron al descartar un evidente penalti a Sergio Ramos por fuera de juego anterior de Benzema. Ni se inquiet¨® el Madrid, que toda la jornada se vio varios escalones por encima. Le bastaba con dar vuelo a la pelota de costado a costado o por el embudo. Por cualquier sector desbordaba a su rival, m¨¢xime si interven¨ªan Asensio y Bale. Ambos tejieron el segundo tanto. Djen¨¨, tan firme la pasada temporada, pifi¨® un control sencillo ante Asensio, que le birl¨® el cuero, le dej¨® por los suelos y centr¨® para que Bale cargara la zurda y batiera a Soria. Punto final para el partido, por m¨¢s que el Getafe intentara disimular con los cambios y un aparente paso adelante. No fue su noche, como si la hubiera descontado del calendario por aquello de la distancia que le separa de su her¨¢ldico adversario. Nada que ver con el competitivo y meritorio del equipo de la ¨²ltima campa?a. Para el Madrid todo fue tropical. Imposible medir el alcance de la plantilla. Por m¨¢s que lejos del palco se adivine un plantel demasiado a dieta.
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