La Vuelta de la liberaci¨®n
Quintana lidera junto a Nibali, Porte, Aru, Yates y Pinot la lista de damnificados por el dominio en Tour y Giro del Sky, que llega sin Froome ni Thomas
Terminaron el Giro acogotados y hundidos, terminaron el Tour doli¨¦ndose y lament¨¢ndose. Para ellos, para los derrotados del a?o, llega en agosto la Vuelta, la carrera imprevisible, abierta y monta?osa. La carrera de la liberaci¨®n. Por primera vez en mucho tiempo acuden a una grande con la sensaci¨®n de que nadie es superior a ellos. Son una docena o m¨¢s.
La Vuelta, que sale este s¨¢bado de M¨¢laga c¨¢lida con una contrarreloj de ocho kil¨®metros por sus calles m¨¢s conocidas, ser¨¢ la gran oportunidad de todos.
Para Ur¨¢n, para Nibali y para Porte, que dejaron el Tour con los huesos rotos; para Simon Yates, Aru y Pinot, a quienes el Giro se les hizo enorme; para Nairo y los escaladores puros, derrotados por los m¨¢s grandes de tama?o en sus ¨²ltimos intentos, el Giro de Dumoulin, los Tours de Froome y Thomas. Para todos los que sufrieron el yugo del Sky, que no ha llevado a M¨¢laga a sus figuras de las cuatro ¨²ltimas grandes, el Tour, la Vuelta y el Giro de Froome, el Tour de Thomas. Y esto es la Vuelta, la carrera del descontrol y de las sorpresas, para los j¨®venes casi desconocidos como Kuss y Tao Geoghegan; o para el Chris Horner o el Cobo de turno, se llame como se llame el posible vencedor sorpresa de 2018.
Solo se sabe que, muy probablemente, no ser¨¢ espa?ol. Puede ser Zakarin, Dan Martin, Kruijswijk, Superman L¨®pez, Kelderman¡
¡°Ser¨¢ una carrera para corredores de perfil parecido, m¨¢s escaladores que contrarrelojistas¡±, dice Eusebio Unzue, el director del Movistar, el mejor equipo espa?ol. ¡°Y Nairo, que est¨¢ bien, no ha dado motivos para no pensar que pueda ser el m¨¢s favorito de todos despu¨¦s de un Tour en el que no estuvo donde esperaba¡±.
El colombiano, de 28 a?os, es, al menos, el que m¨¢s claro ha hablado de sus intenciones, y ha recordado que hace no tanto, en 2015, ¨¦l tambi¨¦n gan¨® la Vuelta despu¨¦s de correr el Tour. Ni el siciliano Nibali, que se retir¨® del Tour despu¨¦s de romperse una v¨¦rtebra al caer enredado por un espectador en la ascensi¨®n a Alpe d¡¯Huez, ni el australiano Porte, que se rompi¨® la clav¨ªcula en el pav¨¦s de Roubaix, antes de llegar a la monta?a del Tour, han sido muy optimistas respecto a sus posibilidades. Ambos hablan de buscar victoria de etapas y de ir d¨ªa a d¨ªa, lo que tampoco significa mucho ni sirve para descartarlos de la lucha por la general. Para Porte, de 33 a?os, eterno favorito desafortunado en las grandes, la Vuelta ser¨ªa la primera en un palmar¨¦s que no est¨¢ a la altura de su capacidad. Para Nibali, ganador de las tres grandes, y dos veces del Giro, ser¨ªa una m¨¢s.
No hay ninguno del pelot¨®n nacional entre los m¨¢s favoritos. Mikel Landa ser¨ªa uno de ellos si no se hubiera roto costillas y v¨¦rtebras en la Cl¨¢sica de San Sebasti¨¢n. El alav¨¦s, el proclamado heredero en las pruebas por etapas de Contador y Valverde, los dos ¨²ltimos ganadores espa?oles de alguna de las grandes, no podr¨¢ gozar de la oportunidad por primera vez al frente de un equipo espa?ol. Ser¨¢ la primera Vuelta ya retirado Contador, que gan¨® la primera de sus tres hace 10 a?os, la Vuelta de su debut. Y ser¨¢ la 12? ronda espa?ola de Valverde, de 38 a?os, quien fue tercero en la primera que termin¨®, hace 15 a?os, y primero en 2009. Llega despu¨¦s de disputar el 11? Tour de una carrera que parece inacabable. ¡°Al Tour se va a sufrir, tanto estr¨¦s, tanta responsabilidad, tanto miedo; a la Vuelta se viene a disfrutar¡±, afirma el murciano del Movistar, para quien disfrutar es sin¨®nimo de levantar los brazos victorioso el mayor n¨²mero de veces posible. ¡°Vengo a ganar etapas, si puedo, s¨ª, y tambi¨¦n a ayudar a Nairo, ?eh?¡±
Carrera imprevisible
La Vuelta es, se lee por ah¨ª, la carrera que m¨¢s gusta a los aficionados, que recuerdan que mientras en el Tour y en el Giro apenas hay cambios de l¨ªder, en la ronda espa?ola se produce una media de seis por edici¨®n en los ¨²ltimos a?os.
A ello ayuda el tipo de etapas dispuesto por la organizaci¨®n, amante de finales en repechos, en puertos tan cortos como de porcentajes elevados y diseminados por todo el recorrido. Para la Vuelta es anatema el rigor Tour, de etapas llanas la primera semana y grandes macizos, Alpes, Pirineos, dominando la segunda y la tercera. En Espa?a, cualquier d¨ªa todo es posible, ocho los finales en alto, y forzosos los espejismos, obligatorios. Seguramente, el corredor que parezca imbatible los nueve primeros d¨ªas, los de Andaluc¨ªa hasta Almad¨¦n, sin grandes subidas, desparecer¨¢ del radar en la segunda parte, la que se inicia en La Covatilla (novena etapa, 2 de septiembre) y termina en Lagos de Covadonga (15?, 9 de septiembre) tras incluir La Camperona y la in¨¦dita asturiana de Les Praeres, en Nava. Y este ser¨¢ sustituido a su vez por alguno que permanecer¨¢ agazapado hasta salir a la luz en la contrarreloj entre Santillana y Torrelavega (32 kil¨®metros, 11 de septiembre) e imponerse en los ¨²ltimos d¨ªas, las duras jornadas del Monte Oiz (12 de septiembre) y del col de La Gallina en Andorra, el s¨¢bado 15 de septiembre en la considerada etapa reina, la v¨ªspera del final en Madrid.
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