Un diccionario del balompi¨¦

Los deportes, como el amor, crean su propio universo ling¨¹¨ªstico. A medida que uno va adentr¨¢ndose en su disfrute, ya sea como deportista o como espectador, incorpora a su vocabulario expresiones cuyo significado viene dado por el contexto en el que se utilizan. Si la modalidad deportiva en cuesti¨®n tiene una masa cr¨ªtica importante esas expresiones se pueden incorporar de nuevo al habla popular. Har¨¢n el camino de vuelta, tendr¨¢n una connotaci¨®n deportiva y servir¨¢n para explicar de forma clara algunas situaciones de la vida.

En ?Qu¨¦ sabr¨¢ usted de f¨²tbol! (Di?resis) el periodista Enric Ba?eres analiza con fina iron¨ªa y elegante humor algunas de las expresiones m¨¢s populares que rodean al balompi¨¦. Se vend¨ªa como un manual para entender a jugadores, entrenadores, directivos, ¨¢rbitros y periodistas, pero tambi¨¦n es una gu¨ªa para comprender mucho de lo que se dice en las gradas.

Para el hincha de f¨²tbol y aunque estemos en tiempos de la econom¨ªa digital, un paquete sigue siendo un paquete: un jugador al que se presupon¨ªan una prestaciones que, a la hora de la verdad, no aparecen por ning¨²n lado. La sotana continuar¨¢ refiriendo al bal¨®n pasando por entre la piernas del rival y siendo una de las artes m¨¢s excitantes o humillantes ¡ªen funci¨®n de si se hace o te la hacen¡ª del f¨²tbol.

Y m¨¢s all¨¢ de los forofos, muchos demostrar¨¢n tener m¨¢s moral que el Alcoyano. Cuando todo est¨¦ perdido, pelear¨¢n hasta el final para hacer un poco menos dura la derrota, emulando a aquel equipo que en la temporada 1947-48 qued¨® por delante del Real Madrid en Primera y que hoy pelea en Segunda Divisi¨®n B. Y otros se pondr¨¢n la camiseta de su empresa para dar lo mejor de s¨ª mismos y defenderla con pasi¨®n. Y eso que las camisetas de los equipos son cada vez menos especiales y m¨¢s caras.

Un colchonero ser¨¢ casi siempre un aficionado del Atl¨¦tico y, en alguna extra?a ocasi¨®n, un profesional del colch¨®n. Cuando llegue el momento se colgar¨¢n las botas, aunque el trabajo sea estar sentado frente a un ordenador. Y tambi¨¦n tocar¨¢, de vez en cuando, calentar el banquillo. Todo ir¨¢ mejor si se acepta que la vida, como el f¨²tbol, es as¨ª.