Con el Euskadi Murias, el ciclismo vasco vuelve a viajar en preferente
Viviani gana al sprint la tercera etapa de la Vuelta, en la que debuta el equipo de Odriozola cinco a?os despu¨¦s de la desaparici¨®n del Euskaltel
El pelot¨®n lanzado bajo el sol achicharrante entre vegetaci¨®n escasa es una entidad dial¨¦ctica de j¨®venes que dan patadas a los pedales y sudan que se cruza unos segundos apenas con la mirada de los espectadores que jalean en las cunetas de las sierras de M¨¢laga sin enterarse apenas de nada y con prisa para volver a casa y verlos por la tele y ver c¨®mo gana al sprint el italiano favorito, Elia Viviani y su maillot tricolor de campe¨®n, quien, sin embargo, ansioso, solo mira a su interior, y duda.
Es el l¨ªder del Quick Step, el mejor equipo de la especialidad. Est¨¢ obligado a ganar. Y sale victorioso, su larga nariz afilada contra el viento, y su cara, cuando se despoja del traje de guerrero, traiciona su oficio, y el sol que quema, con las grandes manchas blancas en su rostro, rodeando los ojos, la frente, el rastro de las gafas y el casco, su huella. Sagan se acerca, pero a¨²n no llega.
Y dudan quienes convierten su compa?¨ªa en pelot¨®n, pues ninguno tiene seguro si llegar¨¢ a la meta, si no se caer¨¢ patinando sobre el asfalto tan liso y resbaladizo, como el pobre Campenaerts, si no se romper¨¢. Son los aventureros puros. Su existencia, su discurrir, sus preocupaciones, dolores y problema, la lucha de clases que pelean, es ajena a las carreteras por las que vuelan.
Son un mundo cerrado al que llega Jon Odriozola y grita: ¡°Por fin. Ya estamos aqu¨ª. Hemos vuelto¡±. Algunos habr¨ªan matado para conseguirlo, para poder decir y demostrar: ¡°Existimos¡±.
Los aficionados ven pasar un mundo y ni se enteran ni oyen los gritos de sus pobladores y solo a veces los claxonazos de los coches. Y antes de a ellos, ven a los fugados, entre los que siempre hay corredores de los equipos que debutan en la Vuelta, los invitados Burgos BH y Euskadi Basque Country, como se lee en la relaci¨®n oficial de equipos. Van en la fuga con su maillot verde sin apenas publicidad, el sitio obligatorio para ellos, que como el viajero humilde va en preferente sabiendo que a¨²n no es preferente.
Odriozola es la fuerza motriz del Euskadi Murias y conduce un coche en el que el cap¨® es una ikurri?a, el s¨ªmbolo que le gu¨ªa. Hace cinco a?os el Euskaltel Euskadi, el equipo naranja del que salieron grandes figuras como Iban Mayo, Haimar Zubeldia, Samuel S¨¢nchez o Mikel Landa, disput¨® su ¨²ltima Vuelta, y el grupo creado a pura fuerza de deseo por Odriozola es su heredero espiritual, que no material. Encarna ese intangible que se llama ciclismo vasco, casi una religi¨®n para sus fieles, conscientes tambi¨¦n de sus contradicciones.
¡°En el Pa¨ªs Vasco hay muchos y buenos ciclistas y mucha afici¨®n, pero a las empresas les cuesta entrar a patrocinar el ciclismo¡±, dice Javier Lasagabaster, uno de los responsables del equipo, quien, a la vez que explica la modestia del proyecto, un equipo que juega en las grandes ligas con un presupuesto que se acerca a la d¨¦cima parte del que maneja el Sky, intenta despertar la conciencia de posibles financiadores. ¡°Nuestro proyecto se basa en la fuerza colectiva y es a largo plazo. Queremos crecer con la cantera¡±.
El Euskaltel creci¨® hasta morir de ¨¦xito porque fue un proyecto pol¨ªtico, una suerte de embajador del Gobierno vasco, una imagen brillante y triunfadora de Euskadi. El Euskadi actual, que se apellida Murias, el nombre de una empresa de construcci¨®n que le apoya desde que era, m¨¢s que nada, una idea en la imaginaci¨®n de Odriozola, quien a pura fuerza de voluntad la hizo crecer, llev¨¢ndole del escal¨®n continental, poco m¨¢s que un equipo amateur, al continental profesional, el paso previo al WorldTour.
El momento de volver a la Vuelta ya lo anunciaba hace tres o cuatro a?os Odriozola cuando se hablaba con ¨¦l en las carreras, sobre todo francesas, en las que fue haciendo crecer a sus ciclistas y a su equipo. Pocos le cre¨ªan entonces. ¡°Pero aqu¨ª estamos. Y no nos ha ido nada mal en nuestro primer a?o en esta categor¨ªa¡±, dice Odriozola, uno que cuando era ciclista amateur fue capaz de irse a buscar equipo en Italia para saltar a profesional, otra prueba m¨¢s de la fuerza de su deseo. ¡°Hemos conseguido seis victorias y nos hemos codeado con los mejores en Arag¨®n o la Vuelta a Noruega y el Tour de Yorkshire, con Edu Prades, por ejemplo. Ahora no pararemos de crecer y, por supuesto, acabaremos corriendo el Tour¡±.
Hasta que no llegue ese momento, que llegar¨¢ pese a que tantos duden, el Euskadi Basque Country seguir¨¢ mostrando su idea por el mundo, como lo hizo en Colombia en febrero, como lo har¨¢ en China en septiembre. Y acabar¨¢ siendo preferente.
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