Nacer Bouhanni recobra la vista y gana el sprint de San Javier

La imaginaci¨®n y el calor hacen buena pareja y los comisarios, a los que Dios no ha llamado por el camino de redactar con claridad sus comunicados, colaboran. Escriben la v¨ªspera que han penalizado a Nacer Bouhanni por dar empujones al coche de su director, lo que en algunos medios se traduce como golpes al veh¨ªculo, lo que, todos est¨¢n de acuerdo, le cuadra a la perfecci¨®n al sprinter franc¨¦s, que tambi¨¦n es boxeador. Hablando antes de la salida, el comisario redactor reconoce que no debi¨® escribir ¡°pouss¨¦es contre un v¨¦hicule¡± (empujones contra un veh¨ªculo), como hizo, sino ¡°r¨¦tro-poussettes sur un v¨¦hicule¡± (hacer palanca en el coche para darse impulso), que es la maniobra habitual con la que los descolgados sin ¨¢nima, ya perdidos, se ayudan para sobrevivir.

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Y as¨ª marchaba Bouhanni el mi¨¦rcoles hacia Roquetas, descolgado de todos, y solo, a m¨¢s de siete minutos del pen¨²ltimo, afectado por lo que ahora llaman un golpe de calor. Jop¨¦, que no soy un malo violento, qu¨¦ man¨ªa con pintarme as¨ª, reacciona Bouhanni en Twitter para desmentir su pretendida bronca a golpes con un coche y con su director, y horas despu¨¦s, aliado del viento, gana la etapa al sprint, que es lo suyo, y se reivindica con golpes de micr¨®fono en la rueda de prensa.

Molard, otro franc¨¦s que sobrevivi¨® al Levante y sus abanicos, sigue con el maillot rojo, aunque el l¨ªder de su equipo, Pinot perdi¨® 1m 44s, un duro golpe a sus aspiraciones de la Vuelta compartido con Kelderman, quien como buen holand¨¦s la goza con el viento y flirtea con la mala suerte, que en forma de pinchazo en la traves¨ªa de la minera La Uni¨®n, donde el Levante sopla de lado, le deja fuera de la organizaci¨®n de los abanicos que justo entonces, a poco m¨¢s de 20 kil¨®metros de San Javier, empieza a tomar cuerpo.

Bouhanni tiene 28 a?os y, como tantos ciclistas, muchos golpes f¨ªsicos en el cuerpo. El m¨¢s grave lo recibi¨® hace a?o y medio, un golpe en la cabeza que, revela despu¨¦s de la victoria, le caus¨® graves problemas de visi¨®n. ¡°Fue m¨¢s grave de lo que parec¨ªa, pero recuper¨¦ la vista y he vuelto a ganar¡±, dice Bouhanni, quien adorna su memoria literariamente para dar m¨¢s calado a su cuento moral. ¡°Mi ¨²ltima victoria en una grande fue justo hace cuatro a?os, el 30 de agosto de 2014, en Albacete, un d¨ªa de abanicos tambi¨¦n, y justo tambi¨¦n la v¨ªspera hab¨ªa llegado tambi¨¦n el ¨²ltimo¡±.

En realidad lleg¨® el 149? de 192, que tampoco es poco, y la exageraci¨®n redondea la historia y la deja acorde con la tendencia de los primeros d¨ªas de la Vuelta, los del calor y la supervivencia, y el recurso a la imaginaci¨®n, que se hace fuego atravesando Calabardina, junto a ?guilas, donde, siguiendo el mayo del 68 y su bajo los adoquines est¨¢ la playa, han llenado de pedruscos la arena y destruido la playa de Cola, y se aviva en Cartagena, donde la luna broncea m¨¢s que el sol y un submarino Peral, un himno al genio, yace varado en una rotonda que hilvanan los ciclistas en tangente.