El pozo sin fin de Italia

El verano m¨¢s triste de los ¨²ltimos 60 a?os no tuvo el efecto esperado en la selecci¨®n italiana. El escarmiento m¨¢s duro, ver un Mundial en la pantalla de casa, el cambio de entrenador, la renovaci¨®n total de la plantilla o la indignaci¨®n colectiva no han servido, ni siquiera, para mejorar una estructura federativa rota y un estado de ¨¢nimo melanc¨®lico que el t¨¦cnico Roberto Mancini sigue sin enderezar. La derrota del lunes frente a Portugal (0-1), en un partido en el que no jugaba ni Cristiano Ronaldo, ha helado las esperanzas y a?ade ansiedad a un conjunto a la deriva. Mientras la Serie A, verdadera pasi¨®n de los aficionados, trata de sacudirse el polvo con fichajes de relumbr¨®n y nuevos contratos televisivos, la Nazionale sigue grogui y ya es ¨²ltima en su grupo de la Liga de las Naciones. ?Una crisis hist¨®rica?

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Mancini (dos derrotas, dos empates y una victoria) cambi¨® a nueve jugadores respecto al partido anterior. Una alineaci¨®n sin una sola aportaci¨®n de la Juventus, algo ins¨®lito en 20 a?os, y compuesta por jugadores sin un papel principal en sus equipos de la Serie A, donde los extranjeros suelen ser las estrellas. A lo sumo, alguna apuesta por figuras de escuadras sin grandes desaf¨ªos, como el goleador Immobile, del Torino. Mancini sigue experimentando, y solo resistieron al mal partido contra Polonia (1-1) el portero Donnarumma ¨Cque a punto estuvo de fabricarse un autogol- y el habilidoso medio del Chelsea, Jorginho. Ni siquiera Mario Balotelli, recuperado de urgencia pese a que, seg¨²n L¡¯?quipe, la balanza marcaba los 100 kilos cuando volvi¨® del verano, aguant¨® tres d¨ªas despu¨¦s y vio el partido desde la grada. No sirvi¨® de nada. Pese al planteamiento ofensivo, la Nazionale lleva 7 goles en los ¨²ltimos 10 partidos. ¡°Hay que marcar, encontrar soluciones en ese aspecto. Si no, no ganas¡±, simplific¨® Mancini.

Pero sin resultados, ideas o juego, la prensa muerde y apunta a un declive que, en realidad, ya hab¨ªa comenzado cuando Fabio Cannavaro levant¨® la Copa del Mundo en 2006. Arrigo Sacchi, exentrenador del A.C. Milan, reclamaba al tel¨¦fono algo m¨¢s de paciencia, pero advert¨ªa de los problemas que arrastra la selecci¨®n. ¡°El entrenador es nuevo, la federaci¨®n no tiene presidente y est¨¢ hu¨¦rfana. Ese es un problema fundamental. Es un momento delicado. ?Cu¨¢ndo variar¨¢ la din¨¢mica? La cultura del cambio es muy dif¨ªcil de implantar en Italia. Tenemos una visi¨®n breve de la historia, siempre estamos m¨¢s cerca del pasado que del futuro, pero hace falta tener el coraje de jugar como protagonistas. De ir hacia delante, defender con el bal¨®n, tal y como hace Espa?a¡±, se?ala. Para Sacchi ¡°la inteligencia es la clave del juego ¡°Es la cabeza la que trabaja y determina todo, no los pies¡±. Una frase que ya hab¨ªa pronunciado dos d¨ªas antes y provoc¨® la ira de algunos jugadores como Balotelli, que se sintieron se?alados.

La media de edad ha bajado en picado con Mancini (la m¨¢s joven desde 2010), en fase exploratoria todav¨ªa. Por eso, Dino Zoff, portero de la Juve durante 11 temporadas y el m¨¢s veterano en ganar un Mundial con Italia ¡ªlevant¨® la Copa disputada en Espa?a en 1982¡ª pide prudencia y, a diferencia de Sacchi, lo f¨ªa todo al talento individual. ¡°Hay j¨®venes interesantes y creo que despu¨¦s de algunos partidos mejoraremos. No digo que seamos los mejores, pero empezaremos a subir. Hay un cambio generacional, y eso requiere tiempo. Este es el ¨²nico camino, hay que esperar que aparezca alg¨²n joven interesante. Porque al final, todo es mucho m¨¢s simple de lo que la gente piensa: deben salir ¨®ptimos jugadores. Punto¡±.

El problema, sin embargo, apunta m¨¢s bien a la estructura ¨®sea del calcio. Un mal end¨¦mico que comienza en las categor¨ªas inferiores, donde los jugadores viven abrumados por las lecciones t¨¢cticas y descuidan la t¨¦cnica. ¡°El dribling es un enemigo en Italia¡±, denunciaba el periodista Gianni Mura hace algunos meses. Muchos ayer sosten¨ªan que el pa¨ªs afronta su peor crisis futbol¨ªstica desde los a?os 50, cuando el avi¨®n del Torino, proveedor de 10 de los 11 titulares de aquella selecci¨®n, se estrell¨® contra el monte Superga y descompuso por completo al calcio. Una exageraci¨®n a la italiana que, sin embargo, ofrece un perfecto retrato del ambiente de cat¨¢strofe nacional en el que deber¨¢ trabajar Mancini.