Cuando el golf se parece al f¨²tbol

Sucede cada dos a?os. Da igual que sea en Estados Unidos o en Europa. Durante tres d¨ªas, los mejores golfistas del mundo se visten para la guerra. Abandonan entonces ese mundo individual en el que viven ¡ªel golf al fin y al cabo es un deporte en el que uno juega muchas veces contra s¨ª mismo¡ª y se ponen orgullosos la camiseta de su equipo. Como si, durante ese breve instante, lo suyo no fuera el golf sino el f¨²tbol. Es la Ryder Cup, la competici¨®n que tiene una mayor repercusi¨®n global despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos y del Mundial de f¨²tbol. La lucha bienal entre estadounidenses y europeos para dirimir qui¨¦n r¨ªe y qui¨¦n llora. No hay ni un d¨®lar, ni un euro en juego. Nadie cobra por alistarse. Es m¨¢s que eso. Es pasi¨®n, es sentimiento. ¡°Vivo para la Ryder Cup¡±, dec¨ªa el ingl¨¦s Ian Poulter, uno de los mejores herederos de la sangre caliente que Seve Ballesteros inyect¨® en la tropa. ¡°Los europeos deber¨ªan ser nuestro caddies¡±, sol¨ªa burlarse el recordado Payne Stewart.

En Nos vemos en dos a?os. El embrujo de la Ryder Cup (C¨ªrculo Rojo), Antonio S¨¢ndeto desgrana con una documentaci¨®n exhaustiva mezclada con su propio an¨¢lisis cada edici¨®n de la Ryder en la considerada era moderna, desde 1983 a 2016. Son 17 vibrantes torneos que tendr¨¢n su continuidad en el cap¨ªtulo de este a?o en Par¨ªs, del 28 al 30 de septiembre.

S¨¢ndeto lleg¨® a la Ryder casi de casualidad, pero desde que palp¨® su hechizo se qued¨® prendado de una competici¨®n que mezcla muchos ingredientes: duelos individuales y por parejas, estrategia, emociones, revancha y unos aficionados que por momentos dejan de lado la habitual flema del golf y se ponen la bufanda de sus equipos. Una obra para conocer en profundidad los entresijos y secretos de esta competici¨®n que naci¨® en 1927 y que debe su nombre a Samuel Ryder, un comerciante de semillas ingl¨¦s. Muchas veces estuvo a punto de desaparecer. Hoy no hay golfista en el mundo, desde Tiger Woods a Jon Rahm, que no quiera estar, cara a cara, y hombro con hombro, en la gran batalla del golf.