Pronto empieza la crisis en el Madrid
Las cr¨ªticas han azotado al equipo blanco por el supuesto fracaso de empatar en San Mam¨¦s
Hubo un tiempo en el que empatar en San Mam¨¦s era gloria bendita. Para los equipos grandes, se entiende, que para los peque?os era el ¨¦xtasis. Antes de nada, v¨¦anse las estad¨ªsticas, que de cuando en cuando ayudan. El Madrid se ha enfrentado en Bilbao al Athletic en 88 partidos de Liga. Ha ganado 31. Peor le ha ido al Bar?a, que ha triunfado solo en 26 de sus 87 visitas. Qui¨¦n lo iba a decir. Y algunas de las derrotas de ambos no se han producido en momentos en los que el Athletic era una bestialidad de equipo, tiempos de Zarra en blanco y negro, sino en otros en los que el conjunto vasco era un hazmellorar. Pues bien, a estas alturas de la vida todo eso importa entre poco y nada. El Madrid lleg¨® el s¨¢bado a San Mam¨¦s y su conquista se redujo a un empate (1-1). Lev¨¢ntese en armas, pues, el madridismo ante tama?o desastre. El Madrid ha empatado en San Mam¨¦s. La tragedia est¨¢ servida.
La llamada mejor Liga del mundo, que a ratos solo lo es de Espa?a (y no siempre), ha entrado en una din¨¢mica en la que todo lo que no sea que Bar?a y Madrid ganen, jueguen contra quien jueguen, es un fracaso de ambos. Se dir¨¢ que tienen m¨¢s poder y m¨¢s dinero que el resto, cierto es. Pero en el f¨²tbol todav¨ªa existe el elemento sorpresa y, aunque resulte extra?o, sigue siendo un deporte en el que juegan dos equipos. El ninguneo al que se somete a cualquier rival con el que se midan los dos colosos, con la excepci¨®n del Atl¨¦tico, es delirante. Y hablando del Atl¨¦tico, acostumbra su t¨¦cnico, Diego Pablo Simeone, a enfatizar sobre la diferencia de presupuestos entre Bar?a y Madrid y su equipo. No le falta raz¨®n al argentino en su quejoso discurso, aunque es llamativo que una y otra vez se le olvide destacar la diferencia de presupuesto entre su Atl¨¦tico y, qu¨¦ se yo, el Eibar, o el Rayo, o ponga usted el equipo que guste. En esas ocasiones sufre un repentino bloqueo Simeone, para quien las distancias monetarias entre su equipo y la plebe, por siderales que sean, son un asunto menor.
Pero est¨¢bamos con el tropiezo, por no decir desastre, por no decir hecatombe, del Madrid en San Mam¨¦s. Donde se encontr¨® un Athletic enorme y, aun as¨ª, pudo ganar, lo que no logr¨® por la formidable actuaci¨®n de Unai, joven portero del Athletic, que par¨® lo que no est¨¢ escrito. Pocas horas antes, en San Sebasti¨¢n, el Bar?a hab¨ªa derrotado a la Real Sociedad (1-2), a lo que ayud¨® un fallo de Rulli, guardameta donostiarra. Ocurre que los aciertos de uno y el error de otro han provocado que el Bar?a se quede solo en el liderato y que el Madrid, ay, entre en una peligrosa deriva. Todo ser¨ªa al rev¨¦s si, pongamos, Unai no rechaza el misil que le lanz¨® Asensio y Rulli despeja el bal¨®n como se supone que lo hace un portero de categor¨ªa.
Dir¨¢ el siempre cr¨ªtico lector que esto se parece mucho a lo de la abuela, las ruedas y la bicicleta. Correcto. Pero es que la tendencia a la exageraci¨®n que nos invade comienza a resultar estomagante. M¨¢s todav¨ªa si al empate del Madrid en Bilbao se une el hecho de que Cristiano acabara con su sequ¨ªa en la Juve y le marcara dos goles a esa m¨¢quina de jugar al f¨²tbol llamada Sassuolo. Es entonces cuando tantos que tanto disfrutan en medio del apocalipsis subrayan lo mucho que ha perdido el Madrid con la baja de Cristiano. Y cuestionan, porque hasta ahora no hab¨ªan podido hacerlo, el rendimiento de Bale, el jugador llamado a liderar este equipo, que en San Mam¨¦s tuvo una actuaci¨®n gris que solo le dio para regalarle un prodigioso pase de gol a Isco. Es Bale ese futbolista cuya incidencia en el juego del Madrid es insignificante, como demuestra que en los ¨²ltimos 10 partidos oficiales que ha disputado su contribuci¨®n sea solo de 10 goles y tres asistencias. La ¨²ltima vez que Bale jug¨® un partido del Madrid sin participar al menos en un gol fue en la jornada 33? de la pasada Liga, cuando el equipo, con ¨¦l en el banquillo y liderado por Cristiano, logr¨® un extraordinario resultado ante el Athletic: 1-1.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.